Un centenar de personas llena el Salón de la Villa durante el recital de Puertomingalvo
Autores de diferentes puntos de España participaron en la sexta edición de la cita literariaEl edificio gótico de la Sala de la Villa de Puertomingalvo se quedó pequeño este sábado para acoger la sexta edición del recital Villa de las Palabras de Poesía, que reunió a más de una docena de artistas y autores y en torno a un centenar de asistentes procedentes de diferentes puntos de la provincia y también de España, que se encuentran durante estos días de agosto veraneando por la zona.
Cómo ya viene sucediendo desde que la escritora Patricia Crespo, profesora valenciana cuya familia procede de esta localidad de Gúdar-Javalambre y de Teruel, pusiera en marcha en 2019 este encuentro literario en el pueblo, la poesía no fue la única protagonista de la velada, sino que se coaligó con la música para ofrecer a los asistentes una tarde rica y sugerente.
De hecho fueron las notas del violonchelo de Nacho Tolós las que abrieron el acto a las 19 horas del sábado en el interior de la Sala de la Villa. Tolós interpretó una de las piezas de El carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns y Elegía de Fauré, al tiempo que la poeta mallorquina Lluïsa Lladó abrió fuego con los primeros versos que pudieron escucharse, extraídos de su poemario Etiqueta roja (OléLibros). El libro fue publicado el año pasado y tiene a la mujer como protagonista, desde una perspectiva espiritual pero también física, a través de su cuerpo traducido al lenguaje de la poesía.
A partir de ese arranque, diferentes poetas de diferentes procedencias, la mayor parte de ellos de la provincia de Teruel, fueron subiendo al entarimado para leer algunos de sus versos, con la exposición de pintura temporal de Ignacio Mayayo de fondo. Dicha exposición está dedicada al paisaje y en ella el zaragozano, nacido en Layana, explora su vinculación pictórica con el paisaje de Aragón y de la provincia de Teruel. Entre otras piezas, dos magníficos óleos de Puertomingalvo y de la cercana población de Linares de Mora fueron testigos del recital.
Así, entre los autores que ofrecieron algunos de sus mejores texto subió al estrado el turolense Nacho Escuín para compartir poemas de Cover (Bala Perdida), un libro que como el Villa de las Palabras también tiene mucho de música. En él Escuin revisita, reinterpreta y hasta reescribe a algunos de los autores que han sido decisivos en su formación y en su trayectoria como autor y como ser humano.
Por su parte Elvira Perpinyà recitó versos de Di-versos (Ed. Carena). Se trata del segundo poemario de la escritora catalana, nacida a pocos kilómetros de la comarca turolense del Matarranya, en Mora la Nova, que publicó en 2022, solo tres años después de su ópera prima Poemaria. Perpinyà precedió al turolense Jesús Cuesta, conocido sobre todo por su faceta de actor pero también ligado a la creación poética desde hace años. De hecho el sábado leyó algunos versos inéditos que formarán parte del poemario que publicará próximamente, con la editorial Gato Negro.
También se unieron al recital algunos de los autores de la Plataforma de Poetas por Teruel, Antonio José Caralps o Ismael Diallo Cami. Esta asociación se creó a finales de 2023 con la intención de aglutinar a la mayor cantidad posible de escritores de toda la provincia de Teruel e impulsar la creación y la lectura pública de poesía, a través tanto de ciclos y encuentros propios -impulsa recitales mensuales en Teruel, y está proyectando la creación de un festival anual- como a través de la participación en los ajenos. Desde su creación no ha dejado de crecer en miembros y en actividades en las que se implica, siempre de forma altruista.
La poesía nunca es un vehículo que vaya en una sola dirección, y también en Puertomingalvo el micrófono estuvo abierto para todo aquel que quiso hacer uso de él. Algunos vecinos de Puertomingalvo, como Pilar Sanahuja, Amparo Gil, Ana Benages, Alejandro Márquez o Jesús Benages compartieron poemas propios y ajenos, al igual que otros como Maikel, de Mosqueruela, o Àngels Orad, de Cedramán (Castellón).
Para cerrar el VI Villa de las Palabras tomó la palabra el poeta valenciano José Iniesta, quien leyó poemas del último de sus libros, Tigre sin selva (Renacimiento), entre otros libros. Y como ya es casi norma en la cita anual poética de Puertomingalvo, fue la música de Juan Coronil la encargada de cerrar la velada.
El recital estuvo presentado por Begoña Sousa y Patricia Crespo, que condujeron se forma cercana y asequible una cita que ya está consolidada en el calendario de actividades culturales estivales en la importancia, y cuyo objetivo es promocionar la literatura en general y la poesía en particular, acercándola en gran formato a localidades de pequeño tamaño y a públicos de toda índole.
Patricia Crespo se mostró muy satisfecha con la acogida que el público brindó al recital el pasado sábado, y por “la riqueza” que emana “cuando se hermanan las propuestas de poetas consagrados, de talentos emergentes y de autores locales”. Crespo agradeció no solo al público su asistencia, sino también al apoyo institucional que el Ayuntamiento de Puertomingalvo brinda al recital Villa de las Palabras, que el sábado se manifestó a través de su alcalde, Manuel Zafón, y su concejala de Cultura, María Josefa Bou. “Este apoyo es clave en este proyecto, ya que su compromiso supone afianzar su futuro pensando en los próximos años”.
Presentación de una novela
Aunque la sexta edición del recital Villa de las Palabras de Puertomingalvo se dio por concluido el sábado, la actividad cultural y literaria todavía no ha terminado. En el contexto de este encuentro el próximo miércoles, 28 de agosto Sandra Bruce presentará su última novela publicada, La clase (La Pajarita Roja).
Como explicará su autora, británica afincada en España desde 1971 durante la presentación, La clase es una novela distópica ambientada en Puertomingalvo y en algunos de sus espacios característicos, como la cascada del Arquero o su Molino, que durante los años 90 acogió una comunidad naturista visitada por personas de toda Europa hasta que fue abandonada tras sufrir un incendio. La historia plantea una realidad paralela ambientada en un futuro cercano, en la que solo es posible buscar una nueva vida en parajes aislados como aquel.
Se trata de una llamada de atención sobre la alarma medioambiental y también un canto a la simplificación de la vida y a la solidaridad entre las personas en las pequeñas comunidades.