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Turia entrevista a fondo a Manuel Gutiérrez Aragón y Eduardo Martínez de Pisón Turia entrevista a fondo a Manuel Gutiérrez Aragón y Eduardo Martínez de Pisón
El geógrafo Eduardo Martínez de Pisón

Turia entrevista a fondo a Manuel Gutiérrez Aragón y Eduardo Martínez de Pisón

También publica un inédito de Rafael Azcona
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Los lectores del nuevo número de la revista Turia, que se distribuye este mes de marzo, podrán disfrutar de dos entrevistas a fondo y sin cortapisas con Manuel Gutiérrez Aragón y Eduardo Martínez de Pisón. "Se trata de dos conversaciones exclusivas y sin desperdicio,  que permiten no sólo conocerlos mejor, sino  también descubrir sus opiniones sobre un amplio repertorio de asuntos de interés", indica la publicación en una nota de prensa. Ambos son dos de los más valiosos protagonistas de nuestra actualidad cultural: Gutiérrez Aragón ha abandonado el cine pero su nueva vida como literato a tiempo completo nos resulta muy atractiva por la calidad de su labor creativa. Por lo que se refiere a Eduardo Martínez de Pisón, es mucho más que un prestigioso catedrático emérito de geografía, escritor y montañero, es un sabio que ama y defiende la causa de la naturaleza. 

Gutiérrez Aragón y Martínez de Pisón son, sin duda, dos personalidades muy seductoras y conviene tener muy en cuenta lo que nos dicen sobre el tiempo que vivimos. En Turia nos hablan, con absoluta libertad y solvencia, de sus respectivas obras y trayectorias. Y, sobre todo, con sus respuestas se ocupan también de abordar diversas cuestiones que nos afectan o interpelan. 

Por ejemplo, con Gutiérrez Aragón conversamos sobre literatura y cine, sobre el territorio pasiego en el que ocurren casi todas sus películas. Exploramos también su interés por Cervantes o por el director de cine Jean Renoir. Además, en la entrevista se analiza la evolución de la sociedad actual, el populismo, el fascismo y la necesidad de una mayor autoexigencia.

Eduardo Martínez de Pisón es la voz española más autorizada para hablar de la importancia del paisaje. También ha escrito libros inolvidables reivindicando no sólo el valor estético sino cultural de la montaña. De ahí que hablemos con él de cómo es nuestra relación con la naturaleza, del cambio climático, o sobre el papel depredador del turismo.   

Por otra parte, y entre otros contenidos relevantes, el nuevo número de Turia publica un relato inédito de Rafael Azcona (Logroño, 1926-Madrid, 2008), considerado el mejor guionista de cine español. Se trata de un texto de carácter romántico que escribió bajo el seudónimo de Jack O’Relly y que publicó, en 1953, en una revista para jóvenes lectoras. 

Capacidad de adaptación

Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942) es, sin duda, uno de los escritores y directores de cine más sugestivos e interesantes del panorama de la cultura en español. Películas como Maravillas, La noche más hermosa o Demonios en el jardín son ya incuestionables clásicos del nuestra cinematografía. Como también es inolvidable su celebrada serie para TVE sobre El Quijote de Miguel de Cervantes, protagonizado por Fernando Rey y Alfredo Landa. Más reciente es su dedicación exclusiva a la escritura, con libros como su primera novela La vida antes de marzo, con la que ganó en 2009 el premio Herralde. 

El hoy académico de la RAE ha reconocido siempre que, en su caso, el oficio de filmar historias en el cine le venía de la literatura y que por eso, en sus comienzos, sus compañeros le vaticinaban que sería un buen guionista, “pero dudaban que llegar a ser director de cine”, entre otras cosas, por no tener claro que fuera capaz de “sobrevivir al caos”. 

Si le preguntamos por su orígenes, Gutiérrez Aragón nos confesará que “la atmósfera de la infancia era adusta, gris… y el mundo de los cuentos, a esa edad, conseguía sacarle a uno de la opresiva realidad familiar”. Reconoce también que se siente un privilegiado “por haber podido compartir en el cine y en la literatura mis propias historias, obsesiones, territorios personales, como se los quiera llamar”. Ahora no podría hacerlo. Todo ha cambiado y por eso dejó de hacer películas.

Si los cuentos son el hilo conductor de las narraciones de Gutiérrez Aragón, también están los paisajes, esa geografía reconocible en gran parte de sus novelas y películas. Casi todas ellas ocurren en Cantabria y, más concretamente en el territorio pasiego: es “un territorio muy especial porque en sí mismo bordea la irrealidad”. 

Lamenta Gutiérrez Aragón el que la cultura tenga hoy cada vez menos peso “y, de alguna manera, tiene un cierto desprestigio”. También afirma que “el director con el que me siento más identificado es Jean Renoir”, aunque echa de menos la “belleza plástica que lograron algunos cineastas como Renoir, Visconti o Ford”. Preguntado por Buñuel, nos dirá: “el suyo es un cine inimitable. A los directores buenos los puedes admirar, pero poco más”. 

Sobre la realidad actual, opina Gutiérrez Aragón que “el mundo cambia más deprisa que nuestra capacidad de adaptación”. De ahí que se muestre preocupado porque le parece peligroso “abandonar los principios ilustrados de la cultura y de la libertad, aunque tengan ese aspecto burgués, porque lo que viene puede ser peor”. 

Y, por último, considera que “estamos asistiendo a un movimiento pendular de la historia que no supone un cambio a mejor sino un viraje de vértigo, que tiene mucho que ver con el derrumbamiento de todas las esperanzas puestas en una revolución humanista, de todos los propósitos no alcanzados de mejora social. Creo que lo que hay que tener muy claro  es  que  la  política  no  nos  puede  dar  la  felicidad,  que la felicidad es algo que se

obtiene a nivel personal”. 

El hombre y la naturaleza

Eduardo Martínez de Pisón (Valladolid, 1937) es catedrático emérito de Geografía. Ha trabajado para la Unesco, investigado la Antártida y ha sido profesor en varias universidades. Del alpinismo ha hecho su razón de estar en el planeta y ha ascendido todo lo ascendible. Es director del Instituto del Paisaje de la Fundación Duques de Soria. Tras una vida dedicado al análisis técnico de su disciplina y con más de 500 publicaciones científicas, ha emprendido la escritura de ensayos en los que aborda culturalmente la montaña: La Tierra de Jules Verne (2014), La montaña y el arte (2017) y Viajes al centro de la Tierra (2018).

Eduardo Martínez de Pisón, se muestra en la conversación que mantiene para Turia con Fernando del Val tal cual es: como una persona de acción y pensamiento. Una persona que trabaja para que los espacios protegidos aumenten, que medita cuánto de cósmico y cuánto de humano hay en el cambio climático. Sus certezas son pocas pero firmes. Además, la montaña le obliga a la humildad: “No eres nada a su lado. Un insecto. Te puede llevar por delante una ráfaga de viento igual que a una piedra. La montaña es indiferente a tu existencia. Las rocas te miran, insensibles, desde el poderío de su edad: trescientos millones de años, una cifra que supera lo imaginable”. Lo importante es cómo te muestras ante ella. La disposición. La montaña eres tú.

Preguntado por el gran tema de nuestro tiempo, el cambio climático, Martínez de Pisón considera que no siempre se ha explicado desde la objetividad: “Todo indica que el hombre es causante de polución atmosférica y de elementos nocivos para la estabilidad. Lo cual es compatible con la evidencia de que el clima, por su cuenta, va cambiando. Lo ha hecho a lo largo de milenios. Y entre esos cambios, atravesamos uno”. 

Además, considera que “la respuesta humana frente al cambio climático hay que esperarla a través de la cultura y de la educación. Ellas deben llevarnos a la responsabilidad. Tres cosas que a veces no llegan”.

A propósito del turismo y su incidencia en la naturaleza, Martínez de Pisón no duda en considerar que “el turismo es, como casi toda la industria, insaciable”. Se muestra partidario de regularlo porque, por ejemplo, “tenemos estaciones de metro en las cumbres de los picos y ¡eso no puede ser!”. 

Falta sensibilidad hacia la naturaleza. Y es que “el paisaje es un grado de civilización. Te exige y se sobrepone, él mismo, al territorio. Una persona culta supera la mirada pragmática. Adquiere la mirada estética”. Lo decía Unamuno: el que está con la frente inclinada sobre el arado, difícilmente puede ver el paisaje”. Y lo acaba despreciando.

Rafael Azcona

Uno de los principales estudiosos de la vida y obra de Rafael Azcona, el riojano Luis Alberto Cabezón, publica en el nuevo número de Turia su reciente descubrimiento: el que luego sería célebre guionista estuvo publicando relatos románticos con el seudónimo de Jack O’Relly en Chicas. La revista de los 17 años, destinada a jóvenes lectoras. 

Dichos textos, fechados en la época previa a su entrada en el mundo del cine en 1958, suponen la forja de Azcona como escritor. Son relatos que entroncan con la literatura popular, de consumo rápido y adscrita a la educación sentimental del franquismo: una educación católica de parámetros androcéntricos.  

Como ejemplo de esos textos elaborados por Azcona con seudónimo, está el titulado Regalo de reyes. En este relato, el protagonista se llama Paul y ejerce como cantante en un restaurante del barrio parisino de Montmartre. La suya es una vida marcada por la rutina pero un día algo le atormenta y está apesadumbrado y ausente. Aun así, debe salir y cantar. Pero su suerte cambiará poco después.  

Con estos relatos dirigidos a un público masivo, que buscaba una lectura amena y sin pretensiones, Rafael Azcona aprendió la humildad del oficio de escritor. Como acertadamente señala Luis Alberto Cabezón, Azcona mostró ya desde entonces su profesionalidad y capacidad para ajustarse a lo solicitado. No olvidemos que luego, como guionista, casi siempre trabajaría por encargo. 

Turia es, con 35 años de trayectoria y periodicidad cuatrimestral, una de las publicaciones culturales españolas más veteranas y reconocidas, por cuya labor obtuvo el Premio Nacional  al Fomento de la Lectura. Desde hace un lustro, además de su edición en papel, la revista Turia tiene una versión digital a través de una atractiva web y de una página en Facebook que está obteniendo una muy favorable acogida.