Siete cuerpos de rescate participan en un simulacro interoperativo entre Cella y Gea
Se planteó una situación de búsqueda de cinco personas que se logró resolver en siete horasSiete cuerpos y entidades relacionadas con el salvamento y rescate procedentes de Teruel y Castellón participaron este fin de semana en un simulacro de rescate de cinco personas perdidas en el monte entre los municipios de Cella y de Gea de Albarracín.
En total fueron unas cincuenta personas y una docena de perros adiestrados, pertenecientes a la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Castellón, la asociación Nacional de Búsqueda y Salvamento (NASAR), Bomberos de la Diputación Provincial de Teruel, Protección Civil de Albarracín, Castellón y Cheste y alumnos del Módulo Superior de Técnico en Emergencias y Protección Civil del CPIFP San Blas. Por su parte la Guardia Civil colaboró en tareas de seguridad ciudadana.
La actividad consistió en un simulacro de rescate de cinco personas perdidas en el monte, además de dos talleres. El sábado el topógrafo Carlos Lacaba impartió uno de Orientación con Mapa, Brújula y GPS, y ayer domingo Eduardo Comas, director médico de Formación en Cruz Roja Teruel impartió uno de Principios básicos y normas de actuación en primeros auxilios.
Luis Caracena, de la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Castellón, organizadora del simulacro interoperativo -es decir, que reunía operativos diferentes y dependientes de distintas administraciones- calificó de “éxito” la jornada, ya que durante el simulacro se rescataron “a las cinco personas en un tiempo estupendo -siete horas- y nos hemos llevado todos una buena mochila de conocimientos y experiencias”. Tanto es así que ayer se planteó la posibilidad de darle continuidad en próximas ediciones, “porque creo que todo el mundo acabó muy contento”.
Durante el simulacro se planteó la búsqueda de cinco supuestos desaparecidos en el monte, pertenecientes a una misma expedición. Se distribuyeron 11 equipos terrestres de tres personas y se pusieron en marcha las estrategias de búsqueda de la metodología LandSar. A los 35 minutos de iniciarse la búsqueda el equipo de alumnos del CPIFP San Blas localizaron al primer desaparecido, a 1.5 km. del puesto de mando.
El segundo desaparecido era un maniquí que estaba en el fondo de un barranco de 20 metros, en el río Guadalaviar. A diferencia de la primera víctima, “se entendió que como herido podría no responder a las llamadas de los buscadores”, así que se puso en marcha un equipo de perros, que lograron encontrar y marcar su posición. Un equipo de los Bomberos de Diputación Provincial de Teruel realizó la maniobra de rescate vertical, y una ambulancia de Cruz Roja acudió para la extracción sanitaria.
La tercera víctima se localizó cerca de un camino, a unos cinco kilómetros del puesto de guardia, y facilitó pistas sobre el posible emplazamiento de los otros dos -como puede ocurrir en una acción real de este tipo-. “El operativo reestructura entonces su estrategia y despliega los medios disponibles hacia donde indican los indicios”, explica Caracena. Estas dos últimas víctimas simuladas se habían vestido con ropa de camuflaje y se les había dado la instrucción de que no respondieran a las llamadas de los buscadores, para hacer más complejo su hallazgo. “Esto no es lo habitual”, explica Caracena, “pero también debemos estar preparados para encontrar personas que no vayan a responder a nuestras llamadas o silbatos, bien sea porque están heridos o porque tienen algún tipo de demencia”.
En este último operativo se desplegaron de nuevo los perros, y en torno a las 15.00 horas, unas siete horas después de iniciarse el simulacro, fueron localizadas.
Perros de rescate
La Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Castellón, organizadora del simulacro, participó con diez guías y una docena de perros adiestrados. La unidad funciona como una ONG que tiene convenio con el Consorcio de Bomberos de Castellón, y está formada por guías y adistradores que forman a los animales en diferentes especialidades. Según Caracena, “cada animal está especializado bien en búsqueda por rastreo, en venteo o en cadáveres’. El rastreo consiste en seguir olores concretos, y hace necesario tener una prenda de la víctima y estar muy pronto en el lugar. El venteo se refiere a buscar olores genéricos en áreas grandes de terreno, y ser capaz de detectar personas que estén inmoviles, tumbadas o sentadas, para no confundir a los buscados con los buscadores. Además existen otros perros especializados en la búsqueda de cadáveres, y su localización en zonas que pueden ser de difícil acceso. “Incluso tenemos una perrita que está adiestrada para encontrar cadáveres sumergidos”, asegura Luis Caracena.
El adiestrador explica que “en un salvamento el único que se lo pasa bien es el perro, porque él sale a jugar, no tiene ningún tipo de stress o de miedo”. En ese sentido, adiestrarlo consiste en utilizar sus instintos naturales para que encontrar la persona buscada sea el objeto del juego.
Unificar protocolos
Durante el simulacro interoperativo del fin de semana se aplicó la metodología LandSar que, según explica Luis Caracena, de la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Castellón, hace referencia a una serie de protocolos estandarizados internacionalmente que comenzaron a usarse durante la Segunda Guerra Mundial durante las operaciones de rescate acuático provocadas por los ataques de submarinos, y que más tarde se adaptaron al rescate terrestre. “Hay países como Estados Unidos o Canadá que aplican estos protocolos con mucho éxito, pero por desgracia en España no existe un estandar de rescate, lo que aumentaría muchísimo la eficacia, y cada cuerpo o cada institución utiliza su propio sistema”.
Como ejemplo, Caracena explicó que “en muchos operativos de búsqueda se despliegan a muchas personas por sectores, separados unos metros unos de otros y batiendo el terreno. Hemos comprobado que, durante las primeras horas y en la gran mayoría de los casos eso no es eficiente, sino que es mucho más rápido y eficaz distribuir equipos de tres personas por elementos lineales, como caminos, sendas e incluso carreteras, y llamar al desaparecido son silbatos, o a gritos si no se dispone de ellos, y luego trata de escuchar su respuesta durante unos segundos”.
El Gobierno de Navarra tiene editada una versión en castellano de aplicación de estos protocolos, titulada Manual de Búsqueda y Salvamento Terrestre y accesible gratuitamente en internet.