Se cumplen 25 años de la muerte de Salvador Victoria, uno de los pioneros del movimiento pictórico de vanguardia de los años 50
Sus restos fueron enterrados en Rubielos de MoraSalvador Victoria se había percatado en su plena madurez artística que solo regresando a los orígenes aplacaría sus hambres de humanidad escribía Juan Antonio Usero sobre el artista. Falleció en Madrid pero un 27 de junio de 1994 el pintor Salvador Victoria fue enterrado en Rubielos de Mora, su localidad natal de la que nunca se olvidó. De hecho, este pionero del movimiento pictórico de vanguardia de los años cincuenta, tenía previsto jubilarse e instalarse en la tierra que le vio nacer donde quería dirigir un taller de grabado. La muerte truncó sus planes de madurez pero quienes le quisieron y admiraron han conseguido que permanezca presente gracias, entre otras cosas, al museo que muestra su obra.
De este proyecto se hablaba en aquellos días de hace ahora 25 años cuando este periódico se hacía eco de las despedidas que le brindaron, publicando páginas que repasaban su obra y en las que se destacaba esta vuelta a su tierra. Los lazos perdidos con Teruel los retomó Salvador Victoria en 1988 con la concesión por parte de la Diputación Provincial de la Cruz de San Jorge, a la que siguió una exposición antológica en el Museo de Teruel’. Y su talento se había acercado más a los turolenses con el último trabajo artístico ligado a la provincia como fue según leíamos entonces, las ilustraciones que realizó de la revista cultural Turia con motivo de su décimo aniversario.
Hijo predilecto de Rubielos de Mora desde 1992, en la información que daba cuenta de su entierro en esta localidad se citaba el proyecto de una exposición permanente de su obra para el año siguiente, proyecto en el que ya estaban trabajando con el autor antes de su muerte.
En la portada de aquel 29 de junio destacaban además que en Madrid sus restos mortales fueron despedidos por la ministra de Cultura, Carmen Alborch, la secretaria de la Presidencia, Rosa Conde y el director general de Bellas Artes, José Guirao, así como estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la que era profesor. "Todos los que estamos aquí somos amigos de Salvador, un pintor cuyo matiz diferencial va en la línea de la abstracción lírica" dijo el catedrático y académico Antonio Bonet Correa, en el emocionado discurso que pronunció entonces en Madrid.
"Ayer (por el 27 de junio de aquel 1994) murió Salvador Victoria, un hombre bueno y justo: un pintor luminoso y puro" decía de Álvaro Espina en la necrológica de El País que titulaba Ha muerto un pintor: Salvador Victoria.
Un pintor vanguardista, exponente de la atracción lírica titulaba este periódico en la información del 28 de junio en la que daba cuenta de su fallecimiento en el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, en Madrid, por una septicemia.
Su muerte, como su trayectoria, trascendía de lo local o regional y así se lo reconocían quienes repasaban su obra, de la que destacaban su estancia en París, la etapa más decisiva de su vida. Allí se trasladó en 1956 en un momento en el que la abstracción vivía su gran auge y bebió de aquella eclosión. También en la capital de Francia se casó con Marie-Claire Decay, que tanto se ha afanado tras su muerte por darle valor a su obra.
Regresaría a España en 1964, lo que marcó una etapa de plena producción, decía el perfil que publicó este periódico al día siguiente de su muerte. En 1979 comenzaría su etapa como docente en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, sin dejar su labor de investigación pictórica. Críticos y expertos en arte han destacado el lenguaje refinado y personalísimo de Salvador Victoria, y su estilo puro, marcado por una impresionante pulcritud.
"Salvador Victoria era uno de los grandes pintores de la generación que rompió con un arte que estaba estancado" leíamos en las páginas especiales que le dedicaba este periódico en los días posteriores, ilustradas por sus obras, o la fotografía del momento en el que el presidente de la Diputación de Teruel, Isidoro Esteban, le imponía la Cruz de San Jorge y junto a esta imagen, las rúbricas del artista y su esposa cuando firmaron en el libro de honor de Diario de Teruel, en 1992.
Aquel año fue elegido Mantenedor de las Fiestas del Ángel y también tuvo el detalle de ilustrar la portada del suplemento especial de las fiesta de la Vaquilla del Ángel, tal y como el periódico recordaba.
Homenaje
En las páginas le recordaban también el alcalde de Rubielos, Ángel Gracia, y el presidente de la Diputación entonces, nacido también en la localidad, Ricardo Doñate. Ambos escribían sobre la "muerte repentina" de Victoria que les había sorprendido a todos, truncando planes como detallaba el primer edil.
Por su parte, el periódico mostraba su intención de homenajear al artista mostrando sobre todo sus vinculaciones turolenses, con la aportación que firma Juan Antonio Usero, también nacido en Rubielos de Mora y colaborador habitual de este periódico durante años, que en aquella ocasión quiso recordar la vinculación de dos artistas paisanos suyos, Salvador Victoria y José Gonzalvo, nacidos el mismo año. Resaltaba que ambos compartieron el cariño de su villa natal plasmado en las fiestas de 1992, cuando Victoria fue nombrado Hijo Predilecto y Gonzalvo actuó como mantenedor.
Detallaba Usero cómo había concretado Victoria su vuelta a los orígenes; construyéndose una casa en la urbanización que llevaba su nombre, trabajando en las dependencias para abrir un taller de grabado y más adelante se proyectaba acondicionar el museo dedicado a la obra que había prometido ceder a su pueblo.
Volvía Salvador Victoria a la etimología del arte, regresaba al claustro, recuperaba todo el caudal humano que atesoraba como poeta/pintor de esferas, era el segundo soporte siempre anhelado en Rubielos para completar con Gonzalvo el ciclo de su capitalizad artística, así venía de henchido e ilusionado escribía Usero. Su muerte le sorprendió en medio de todos estos proyectos pero la obra del artista queda. Marie Claire Decay, la viuda, está decidida a defender el sueño de Salvador para que Rubielos de Mora cuente con su propio museo’. Un cuarto de siglo después el proyecto es una realidad.
El personal relato de la última entrevista al artista turolense
La repentina muerte del artista hizo que el encuentro que mantuvo José María de Jaime Lorén apenas diez días antes de su muerte fuera la última entrevista que concedió el artista.
Este periódico la publicaba el 2 de julio de 1994 y de Jaime Lorén comenzaba el texto explicando la sorpresa que le había producido la noticia del fallecimiento de su amigo. Un encuentro en el que encontraba más delgado al artista, algo preocupado por unas pruebas médicas a las que tenía que someterse, pero sin sospechar lo que pasó pocos días después. El autor del texto contaba aquel encuentro en primera persona: Las impresiones que me quedaron de aquella tarde en compañía de Salvador y de su esposa Marie Claire. En un relato que hace fácil imaginar cómo transcurrió esa tarde entre amigos, detalla lo que hablaron y muestra la especial vinculación que Victoria tenía con Teruel, muy presente en su vivienda de Madrid. En la conversación salió el Centro de Estudios del Jiloca del que formaba parte de Jaime, este periódico, y la nueva casa en Rubielos del artista: Pasamos revista a amigos comunes como su paisano el escultor Pepe Gonzalvo, por el que, pese a las diferencias estilísticas, siente un gran aprecio. Me doy cuenta hasta qué punto está al tanto de las cosas de Aragón, cuando por ejemplo quiere saber como está lo de declarar la laguna de Gallocanta parque natural".