Pedro Sánchez, el ‘santo’ turolense del tatuaje japonés afincado en Burgos que gana premios en Suiza
Sanpedrosánchez es el seudónimo con el que el ilustrador de Villarquemado firma sus obras en el mundo del ‘tatoo’ o de la medicina, entre otros ámbitosA raíz de un proyecto del máster de Producción Artística relacionado con la religión, Pedro Sánchez comenzó a ser conocido, medio en broma medio en serio, como Sanpedrosánchez. Ahora es el seudónimo del talentoso ilustrador de Villarquemado afincado en Burgos, donde se está convirtiendo en una referencia del tatuaje sin renunciar a sus raíces, como turolense y como ilustrador. Durante el pasado año ganó dos premios internacionales en Lausana y Berna de esta especialidad, que simultanea con la ilustración de ensayos médicos, para el mundo de la música y, cuando encuentra tiempo, hacer crecer sus proyectos personales.
Comenzó su formación en la Escuela de Arte de Teruel, a la que ha regresado en alguna ocasión para dar charlas, aunque vive en Burgos desde hace ocho años. Marchó allí para trabajar como tatuador y en 2020 abrió su propio estudio que, habiendo nacido cerca de la laguna del Cañizar, bautizó como Grulla. Sánchez es además un gran aficionado al tatuaje japonés, quizá uno de más genuinos que existen, y en esa cultura la grulla tiene gran importancia, relacionada con la fortuna y el cumplimiento de los objetivos. “Además las grullas y yo nos parecemos mucho... somos de viajar, de movernos, de ir de un lado para otro”, asegura el artista.
En esa Escuela de Arte de Teruel fue donde se dio cuenta de que quería encaminar su futuro hacia la ilustración, y estudio Bellas Artes en Valencia, cuando todavía no existía el grado en Teruel. Allí comenzó a trabajar en un estudio de tatuaje, hasta que recibió una oferta en un estudio en Burgos. La aceptó y, en ese misma ciudad en 2020, montó su propio negocio, que él concibe más como un taller artesano del tatuaje.
Y aunque Sánchez sigue considerándose un ilustrador, el tatuaje es una de las especialidades donde destaca, al punto que a Grulla acuden personas de toda España. El turolense viaja a Suiza, uno de los países europeos de referencia en el mundo del tatuaje, dos o tres veces al año. “Allí tengo contacto con los tatuadores que fueron el germen del tatuaje japonés en Europa, a partir de Phillip Lou en los años 60, y están muy imbuidos de esa cultura”. A diferencia de España donde la cultura del tatuaje conserva algo del tópico marginal, o de Islandia, donde probablemente más dinero puede ganarse, Suiza es la capital cultural del tatuaje en Europa. “Allí hay un gran ambiente cultural en torno al tatuaje, y se celebran muchas convenciones o concursos. A nivel profesional es muy enriquecedor”.
Además le ha ido muy bien. En 2022 ganó sus dos primeros certámenes, con el primer premio en categoría Blanco y Negro en el Concurso de Lausana, y otro primer premio en el Concurso de Berna.
Tatuaje japonés
El tatuaje japonés es, sin duda, el que más interesa gráfica y conceptualmente a Sanpedrosánchez. “No es el que más trabajo, porque me piden muchos diseños de realismo, pero por fortuna estoy en un momento profesional en el que puede elegir más los trabajos que hago, y estoy dando más cabida a los proyectos en los que el dibujo tiene más importancia, porque ante todo me considero ilustrador”.
El tatuaje japonés, (Irezumi), es uno de los estilos más antiguos y tradicionales, y en lo estético se caracteriza por cubrir todo el cuerpo, o miembros enteros de él. “Tiene detrás mucha simbología y poso conceptual, tanto a nivel compositivo como a nivel de mitología e historia”, explica el artista. “Utiliza mucho el plano total del cuerpo y se sirve de la anatomía de la persona que lo lleva”.
En España sin embargo todavía tiene poca implantación con respecto a otros países. “Lo hago en menor medida de lo que me gustaría, y el que suelen pedirme no es exactamente como el tatuaje japonés tradicional, sino que, aunque tiene elementos de este, están reinterpretados según mi forma de ver las cosas y el gusto de los clientes, que tienen más que ver con los gustos en Europa”.
Viajar a Japón estaba entre los proyectos de Sánchez en 2020, cuando la pandemia obligó a cancelar tantos planes, aunque espera poder viajar allí para empaparse bien durante este 2023. “Conozco gente de Tokio y Osaka y veo que ellos viven el mundo del tatuaje de forma muy distinta a nosotros, que tiene mucho más que ver con la tradición de su país”, explica. En Europa el tatuaje no tiene un raíz originaria propia y es en mucha mayor medida el resultado de diferentes estilos mezclados. “Al haberse globalizado todo de una forma tan loca y no tener una tradición autóctona propia, estamos influenciados por latinoamérica, el underground británico, Alemania, Austria, Escandinavia... se da una mezcla de muchísimos estilos diferentes”.
Pedro Sánchez concede mucha importancia a los tatuajes que realiza, porque no son un simple dibujo en el cuerpo. “Cuando me piden algo que sé que no va a funcionar, no le digo que no al cliente y ya está”, afirma. “Le ofrezco mi opinión y mi experiencia. Si sé que no va a quedar bien le explico por qué y trato de convencerle para que no tenga que arrepentirse después”. Y si el cliente no se apea del burro, pues entonces Sánchez valora si merece la pena o no, porque un mal tatuaje es también una mala obra de arte que no contribuye al prestigio de su autor.
¿El cliente que acude a Grulla tiene claro lo quiere? Y en ese caso, ¿tiene buen criterio o anda perdido? “Hay de todo”, contesta el ilustrador. “Hoy en día tenemos una espada de Damocles con internet y las redes sociales, porque aunque es verdad que ha abierto el mundo del tatuaje a mucha gente, de repente se ponen de moda diseños absurdos, y no todo vale”. Sánchez afirma que hay gente que quiere tatuarse sencillamente porque sí, y le da igual una cosa u otra, o que quieren repetir un diseño que vieron en otra persona “que quizá en ella no vaya a funcionar”. Un tatuaje normalmente va ligado a un significado íntimo -o debería hacerlo-, “pero las personas crecen y cambian, y lo que con 20 años significa algo para ti, puede que con 40 sea una estupidez”.
En este sentido, el turolense cita una frase del gremio: “Tatoo for pasion, not for fashion”, que viene a decir que un tatuaje no es un cardado en el pelo o un pantalón de pitillo que puedas renovar cada temporada. “Creo que esto no tiene que ver tanto con el tatoo sino con la percepción estética de las personas. Estamos en un mundo visual, pero culturalmente no sabemos nada de eso, porque en educación se tiende a formar a personas autómatas y no creativas. A veces hablas con clientes de composición y al rato te das cuenta de que no tiene ni idea de lo que le estás diciendo. Y eso me parece peligroso. La percepción visual debería de ser troncal en los itinerarios educativos, al nivel del inglés o las matemáticas”.
Sánchez pone de ejemplo las redes sociales, “donde cuenta más cómo te venden el producto que el producto en sí mismo. Si logran convencerte de que mola llevar esto o lo otro, da igual que sea horroroso. Cuenta más la habilidad del vendedor que la de quien realiza el producto o la obra”.
Por otro lado está la identificación del tatuaje con lo marginal y lo carcelario. Podría parecer que eso está superado pero todavía no es así. “Aún subsiste cierto prejuicio. Ese estigma procede de los años 70 o 80, con los tatuajes propios de los moteros, que tampoco tenían por qué ser delincuentes precisamente. Pero la realidad es que el tatuaje se ha utilizado históricamente para adornar y señalar a la nobleza, a la realiza. En muchas tribus de América o del norte de África el tatuaje era una cuestión cultural, para reafirmar su pertenencia a un pueblo del que se sentían orgullosos”.
Ilustración médica
Fuera del tatuaje, el sector en el que más trabajos hace Pedro Sánchez es la ilustración médica. Puede causar extrañeza, pero los ensayos médicos, los libros de cirugía o los artículos científicos de medicina requieren gran cantidad de ilustraciones, porque las fotografías son poco ilustrativas, “porque en la mayor parte de los casos solo se vería un agujero y sangre”. En la ilustración médica se combina el realismo, la potencia de los esquemas “y un código cultural de colores, que aunque no se dan en la realidad, identifican el estómago con algo rosa, el intestino con el rosa claro o el pancreas con el amarillo, por ejemplo”.
Recientemente Pedro Sánchez también ha creado el arte del librodisco Canciones de la Maravillosa Orquesta del Alcohol, una banda burgalesa con la que ya había trabajado. En Teruel es conocido sobre todo por sus ilustraciones en Teruel Mutante, el fanzine de Bela Ediciones. El turolense ha participado en varios números y en el tercero fue autor de la portada, en la que se trasluce su gusto por el dibujo anatómico. “Cuando me invitaron a participar en el fanzine fue un honor para mí, y desde luego que si ellos quieren seguiré colaborando”, explica. “En Teruel hay mucho movimiento en cuanto a la ilustración. Está Teruel Mutante, pero también el SubterFest, o el Festival Ilustrado... hay un movimiento que si se apoyara de algún modo podría terminar en algo importante, en que Teruel fuera una de las capitales nacionales de la ilustración. Yo que estoy fuera lo veo muy ilusionante, que en un territorio con menos recursos haya tanta calidad y tanta gente joven y buena significa algo”.
En cuanto a los proyectos personales, Pedro Sánchez también los cultiva siempre que tiene tiempo, que es poco a menudo. El más importante, todavía sin terminar, en un bestiario fantástico al que llama Communisnatura. Se trata de una colección de animales imaginarios, surgidos de mezclar pequeña fauna, roedores, pájaros, insectos o reptiles. Tiene su vertiente gráfica, pero también conceptual, como un grillo que aparece con una lleva, simbolizando el concepto del ingenio. “Es un proyecto personal que empecé cuando estudiaba y aún sigo con él, porque me apasionan los bestiarios y la mitología”. Sánchez se siente influido en ese sentido por la mitología de Teruel que se percibe a través de las cerámicas mudéjares o de la techumbre de la Catedral. Buena parte de esas ilustraciones pudieron verse en una exposición en Albarracín, en enero de 2020. Había previsto un recorrido que pasaba por Zaragoza, San Sebastián y Madrid, aunque entonces llegó la pandemia y dejó parado un proyecto “que espero recuperar pronto”.
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