Ocho artistas inauguran en el Bajo Aragón el proyecto artístico Armonatura

Joaquín Macipe, Manuel Cirugeda, Gerardo Villarroya y Estela Ferrer inauguraron este fin de semana las tres primeras instalaciones escultóricas del proyecto Armonatura, concebido para impulsar la creación artística y dotar de un atractivo añadido a diferentes lugares que se salen de las rutas turísticas habituales.

Creado por Villarroya y apoyado económicamente por la Comarca del Bajo Aragón a través de los fondos FITE, los cuatro artistas han trabajado durante seis meses para crear tres proyectos artísticos en seis espacios, que fueron inaugurados este sábado. Se trata de Vigías frente a la Torre Piquer, Prédica en el desierto en el Convento del Desierto de Calanda y Disonancia sin destino junto a la antigua estación de ferrocarril de Alcorisa. Son lugares que aunque encierran una evidente belleza natural, habitualmente están vacíos por no estar en las rutas turísticas habituales.

La inauguración tuvo lugar durante la mañana y no faltó público en un acto “muy bonito y fluido”, según Estela Ferrer, una de las artistas participantes.

Algunas de las particularidades de los proyectos escultóricos es que ninguna de ellas corresponde a un autor en concreto, sino que en las tres han participado de forma colaborativa. Además de Macipe, Ferrer, Villarroya y Cirujeda, han participado los poetas Salva Peguero -en Calanda-, Yaiza Yeguas -en Alcorisa- Y Vega Latorre -en Berge-, además del graffitero Jordi Costa. Y la otra particularidad es que las tres están diseñadas para ser capaces de producir música con la interacción del visitante, de forma que rompen la barrera que habitualmente se establece entre el arte y el espectador, e invitan a la intervención para completar el hecho artístico.

La pieza Vigías de Bege alude al caracter bélico de la torre Piquer de ese pueblo, emplazamiento junto al que se ha instalado. Varios troncos vaciados, de diferentes longitudes y grosores, se han colocado en sentido vertical y anclados al suelo. Horadados en una de sus caras y siendo percutidos con dos barras de madera por el visitante, se produce un registro de sonidos con reminiscencias de contiendas pasadas.

Cada tronco, además, tiene el símbolo de una orden militar-religiosa de las que se han disputado el territorio y el agua de la Fuente del Salz y que han sido protagonistas en este emplazamiento; la orden Templaria, la de los Calatravos y la de San Juan. Orden templaria, orden de los Calatravos y orden de San Juan.

Disonancia sin destino tiene un claro carácter reivindicativo. Situado junto a la estación de tren en desuso, se ha elegido este emplazamiento dado que el proyecto de ferrocarril es un proyecto frustrado para la comarca del Bajo Aragón. “A muchos de los habitantes les surge la pregunta de qué hubiera sido de esta tierra si se hubiera implanado la línea”, según los autores, que añaden que “es una escultura reivindicativa, de promesas incumplidas a lo largo del tiempo. Esta década las estaciones cumplirán 100 años, en desuso y olvido. La tarima representa la vía, y los bancos los andenes donde los pasajeros esperan un tren que probablemente nunca llegará”.

Por último, Prédica en el desierto es un gran hang, un instrumento de percusión melódico también denominado tambor de lengüetas metálicas. Se ha situado en un lugar tan místico como el propio instrumento, los restos del convento del Desierto, en Calanda. Se quiere representar también el vacío que sufre el monumento, olvidado y sin ninguna actuación patrimonial a la vista. La pintura de hojas representa como la naturaleza va tomando un espacio que antaño le perteneció. El propio título, Prédica en el desierto, da a entender la falta de interés por escuchar a quienes reclaman la intervención en el edificio.

El objetivo del proyecto puesto en marcha en la Comarca del Bajo Aragón es que siga adelante y que, en la medida en que sea posible obtener nueva financiación, vaya incrementando el número de piezas y los espacios intervenidos.