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Miguel Ángel Tobías, productor audiovisual y coach: “Estamos pagando las consecuencias de un estilo de vida que no deja tiempo para vivir” Miguel Ángel Tobías, productor audiovisual y coach: “Estamos pagando las consecuencias de un estilo de vida que no deja tiempo para vivir”
Además de productor audiovisual, Miguel Ángel Tobías es viajero y aventurero empedernido

Miguel Ángel Tobías, productor audiovisual y coach: “Estamos pagando las consecuencias de un estilo de vida que no deja tiempo para vivir”

El vizcaíno regresa este sábado al Teatro Marín de Teruel con un evento titulado ‘Renacer’
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Miguel Ángel Tobías, director y productor de cine y televisión y coach sobre derechos humanos, emprendimiento o liderazgo, regresa al Teatro Marín de Teruel (sábado, 15 de marzo, 17 horas) donde, de la mano de Caja Rural de Teruel, ofrecerá el evento de desarrollo personal Renacer. En él comparte su experiencia sobre la búsqueda del auténtico sentido de la vida.

-¿En qué consiste exactamente 'Renacer'? Tengo la impresión de que no se trata de una conferencia al uso...

-No, no lo es. De hecho no es una conferencia. Se trata de un taller de cuatro horas en el que vamos a reflexionar sobre el sentido de la vida y el por qué nos cuesta tanto realmente vivir una vida más acorde con lo que en nuestro interior sentimos que nos gustaría vivir. Es un trabajo de introspección lleno de emoción y conocimiento que nos puede ayudar a entender nuestro lugar en el mundo y a manejarnos mejor en un mundo que nos resulta hostil en muchos momentos y así conseguir una experiencia de vida más llena de sentido y más feliz.

-El evento contempla algún tipo de dinámica interactiva, requiere de algún modo una participación activa del público?

-Desde que creé Renacer me planteé que quería que fuese un viaje en que los participantes me acompañaran sin tener más información que la de saber que el objetivo del mismo es ayudarnos a todos a entender porqué nos cuesta tanto entender, porqué nos cuesta tanto realizar cambios en nuestra vida a pesar de que no nos sintamos bien con muchos aspectos de ella, qué es lo que nos impide hacerlo, y una vez sabido, generar el conocimiento, la capacidad, la voluntad y la fuerza para hacerlo. Seguir el camino del corazón que lo tenemos tan abandonado e infrautilizado por culpa del sentido utilitarista de vida que hemos creado. Así que prefiero no explicar mucho más. El evento se llama Renacer porque la idea básica es ayudarnos a todos a nacer a una nueva forma de ver la vida más acorde con lo que en el fondo y en nuestro interior todos sabemos que debería ser.

Pero si la pregunta tiene que ver con si los asistentes tienen que gritar, saltar, revolcarse por el suelo, la respuesta es no. Eso se lo dejo a los que montan shows con el tema del autoconocimiento y el desarrollo personal, hoy tan de moda. Esto no es un espectáculo. Es un trabajo de verdad, muy serio y profundo al que puede acudir cualquier persona de más de 16 años con y en cualquier condición.

-Llama la atención la extensa duración del acto, cuatro horas. ¿A qué se debe? ¿Cómo consigue mantener enfocados a los asistentes durante tanto tiempo?

-La realidad es que a mí me gustaría que durara 6 ó 7 horas, para poder extenderme y desarrollar más algunas cosas que suceden en Renacer. Pero me he enfocado en compartir todos los aspectos y conocimientos que consideraba que eran importantes para ayudar de verdad a las personas a salir del evento con la comprensión, el conocimiento, la voluntad y la fuerza para cambiar sus vidas en esos puntos que nos generan apatía, dolor, sufrimiento, hastío, agotamiento vital en definitiva, y sustituirlos por nuevos parámetros que nos den mayor felicidad y paz interior. Yo no pensé en hacer un evento de cuatro horas y luego lo doté de contenido, sino que fue al revés. Creé el contenido y vi que necesitaba cuatro horas. Sobre mantener la atención, solo le puedo decir, que en algunas ocasiones, le he preguntado al público si parábamos a las cuatro horas y siempre me piden seguir. Cuando consigues que las personas reconecten con su interior, nadie quiere irse de sí mismo.

-Precisamente se dice que estamos en tiempos de realidad acelerada, en la que todo tiene que ser breve e inmediato, porque somos incapaces de centrarnos el algo -lo que sea- durante espacios largos de tiempo. ¿Qué opina?

-Eso es un hecho. Cada vez nos cuesta más mantener la atención o mantenernos centrados en algo. Pero esto no es producto de una evolución lógica ni sana, sino del interés económico y político de mantenernos distraídos y sin pensar todo el tiempo. Es así como se maneja a las pueblos y a las personas, deshumanizándolas y convirtiéndolas a todas en un producto sin una mente capaz de pararse a pensar, a reflexionar, ni a sentir y sentirse.

Estamos sin duda pagando ya las consecuencias en forma de salud física y mental de un modo de pensar y un estilo de vivir que no deja tiempo ni espacio para vivir de verdad. Nunca como ahora fue tan verdad ese viejo axioma que dice: “El conocimiento te hará libre”. Y esto es algo que ya no nos lo va a proveer el sistema, porque no le interesa bajo ningún concepto. Nos prefiere sumisos y esclavos sin que ni siquiera nos demos cuenta de ello. Como explicaba Huxley estamos en un mundo distópico en el que todo está diseñado para mantenernos anestesiados a través del entretenimiento estúpido y degradante. Así que la única opción es que seamos nosotros mismos los que tomemos conciencia y acción para escapar a esta rueda de hámster en la que estamos como borregos, y que además solo nos causa infelicidad.
 

Imagen de una de las conferencias ofrecidas por el vasco

-¿Qué significa exactamente “reencontrarse con uno mismo”? No es una obviedad que, para bien o para mal, no tenemos más remedio que estar permanentemente con nosotros mismos?

-Muy buena pregunta. Es verdad que no tenemos otro remedio que estar con nosotros mismos, pero la cuestión no es esa. La clave es estar en nosotros mismos, no con nosotros. Es decir, ser conscientes de si lo que pensamos, cómo sentimos y cómo actuamos está alineado con nuestro propósito vital, con lo que nuestro corazón profunda e íntimamente nos dice que queremos que sea nuestra vida. Desgraciadamente la realidad es que la gran mayoría de las personas, la mayoría del tiempo estamos con nosotros mismos pero no en nosotros mismos.

-¿A quién va dirigido principalmente ‘Renacer’? ¿Todo el mundo es susceptible de mejorar su vida repensándola y buscando esa reconexión?

-Mire, de corazón le digo que yo he creado este evento de Renacer, después de llevar 30 años viviendo mi propio proceso de crecimiento personal por todo el planeta, pensando en cuán útil me hubiera sido que me contaran e hicieran reflexionar a mis veinte años sobre todo lo que hablo en él. Todos deberíamos pasar por Renacer porque le puedo garantizar que nadie de los que asisten salen del evento sin haber tomado alguna decisión de cambio en sus vidas, tras darse cuenta de que deben, y ahora saben, que pueden y tienen la fuerza para hacerlos. Y lo más maravilloso de todo es que mientras estamos vivos, independientemente de nuestra edad, todos podemos cambiar y mejorar aspectos de nuestras vidas si nos ayudan a reflexionar sobre el qué, el porqué, el para qué y el cómo hacerlo. En uno de los últimos eventos apareció por allí una señora de noventa y dos años. Y cuando le pregunté por la razón de haber venido me dijo que, tras escucharme en una entrevista, se había dado cuenta de que necesitaba “reconectarse con la vida”. ¡Mire qué belleza!

-Usted mantiene, entre otras tesis, que “todos tenemos un propósito en la vida”. ¿No es esta una percepción relativa sujeta a modas o situaciones histórico-sociales concretas, en las que, en cada momento y lugar, ese propósito puede estar ligado a la religión, al servicio a la patria, al desarrollo de la cultura o la ciencia, al placer individual...? Dicho de otro modo, ¿cree que existen objetivos personales universales, perennes, cree que tiene la existencia humana en cualquier lugar y momento histórico?

-Esta es una pregunta que daría en sí misma para hacer una tesis, pero voy a tratar de responder muy sintético y conciso. En realidad el propósito de la vida es la vida misma. Por eso debemos darle importancia a la existencia y a nuestra existencia, y entender el privilegio y el milagro que supone que estemos vivos. Pero esto que acabo de decir requiere en realidad un altísimo nivel de consciencia para ser entendido en plenitud y eso está reservado para muy pocas personas en el planeta. El resto, incluso los que ya llevamos mucho tiempo buceando en la comprensión del sentido último de la vida, solo podemos acercarnos a ella, desde unos peldaños más abajo. Y es ahí donde el propósito adquiere una dimensión más comprensible y asimilable para el ser humano. Y es por eso que encontrar el propósito vital pasa, en parámetros más humanos, por intentar en esta vida cumplir el mayor número de sueños posibles, lo que sin duda nos acerca a vivir una vida más llena de sentido.

En Renacer explico de una forma muy inteligible para todos cuáles son los ítems que se tienen que cumplir para que de verdad sintamos que estamos viviendo una vida lo más aproximada posible a ese ideal último del que yo hablaba en el inicio de la respuesta.

-En su opinión, ¿qué activa el resorte humano para pensar en la auténtica existencia que queremos llevar a cabo? ¿Qué lo activó en su caso particular?

-Cada persona es un mundo y sería muy pretencioso por mi parte tratar de dar una respuesta universal, pero si le puedo decir que hay algunas condiciones vitales que se suelen dar con mucha frecuencia en lo que yo he podido evidenciar. Hay personas que pareciera que ya vienen con ese conocimiento de antes de haber nacido, y quizá lo sea, pero muchas otras son las situaciones de crisis profundas por cualquier causa: duelos, enfermedades, desengaños, dolor, sufrimiento, situaciones límite de vida o muerte. Pero la situación en la que quiero enfocarme es cuando alguien nos abre los ojos a través de su conocimiento o propias experiencias, para que sin haber vivido personalmente ninguna gran tragedia, podamos aprovechar esas experiencias y conocimientos de otros para darnos cuenta de que otra vida es posible y que merece la pena al menos, intentarlo. Lo ideal es no tener que sufrir una lesión grave por no llevar el cinturón de seguridad, sino aprender de las palabras y la experiencia de quién ya lo ha sufrido. Cuesta más pero es posible. En mi caso creo que fue una mezcla de cosas. Tener una madre muy reflexiva, que me hizo pensar ya mucho desde niño, conocimientos que quizá ya traía antes de nacer porque había cosas que no me encajaban desde siempre, como dañar la salud con tabaco, alcohol y drogas, por las que siempre sentí rechazo visceral. Y por supuesto mis experiencias al borde de la muerte que cuento en Renacer en los Andes, que fueron mis maestras de vida, así como lidiar con el dolor y el sufrimiento humano tras recorrer el mundo en zonas de extrema vulnerabilidad.

-Hay historias inspiradoras de personas que han logrado grandes cosas o que viven en lugares exóticos. ¿Todo el mundo debe o puede soñar con eso? ¿No puede ser fuente de frustración?

-Ni debemos ni podemos. No se trata de imitar nada ni a nadie, sino de encontrar nuestro propio camino y nuestro propio lugar en el mundo. Pero para eso debemos ser capaces de mirar hacia adentro e iniciar un diálogo interno profundo, sincero y sin miedo a las respuestas que puedan emerger de nosotros mismos. Eso es lo difícil, y si lo logramos ya tenemos la mitad del trabajo. Lo que sigue es ya atreverse a experimentar. La vida es tan, tan, tan seria, que solo puede ser vivida como un juego en el sentido de entender que no hay consecuencias últimas de ganar o perder, que todo se basa en entender que, como decía el poeta: “nuestra vida son los ríos que van a dar a la mar”, pero sí merece la pena decidir qué tipo de río queremos ser: ¿un río de aguas bravas y caudalosas?, ¿un río apacible de aguas calmas?, ¿quizá un arroyo?… Se trata de decidir cómo queremos vivir en aquellas parcelas en las que la vida nos permite hacerlo. Y en las que no, que podamos comprender y encontrarle sentido a lo que la existencia nos pone delante.

-Uno de sus proyectos en curso es el documental ‘Life's Ice’, a partir de la circunvalación del sur de Groenlandia en bicicletas náuticas; y 'Atlántico: Navegantes del alma'. ¿En qué consisten y que objetivo persiguen esas producciones?

-Ambas forman parte no solo de mi trabajo como cineasta, como investigador incansable, como aventurero, sino que forman parte de mi vida. Dos de mis sueños desde adolescente eran atravesar el Atlántico en un velero y ver el Ártico. El primer proyecto lo creé yo y me propuse demostrar al mundo una vez más que si juntas a un grupo de seres humanos unidos por un sueño y un propósito común puede lograrlo por difícil que sea. Y así embarcamos en un velero once personas entre 17 y 80 años, que no se conocían entre sí y que no habían navegado antes, y 32 días después llegamos a América. El proyecto de Groenlandia me lo encontré y me dieron la oportunidad de unirme a él y ser una de las primeras cuatro personas en el mundo en hacer la primera exploración polar ártica en bicicletas de mar. En este caso el objetivo era poner un reto deportivo al servicio de mostrar el efecto del cambio climático en el hielo de Groenlandia. Ambos documentales están en fase de montaje y espero que vean la luz muy pronto porque son realmente espectaculares y están llenos de mensajes para la vida.

-’Renacer’ supondrá su regreso a Teruel, hace casi justo dos años con 'El camino interior'. ¿Cómo recuerda aquella experiencia en la ciudad?

-En realidad Renacer nace de la petición de miles de espectadores de El Camino Interior, que me pedían que hiciera algún evento presencial para poder profundizar sobre el sentido de la vida. Mi paso por Teruel en aquella ocasión hizo que ya me quedara emocionalmente vinculado a esta tierra, y es por eso que he querido traer también Renacer aquí, cuando lo habitual es que este tipo de eventos se hagan en las grandes ciudades. Mi compromiso con Teruel es tan sincero que hemos planteado que si hay personas sin recursos que quieran venir, nos lo hagan saber -renacerevento@gmail.com-. Mi relación con el dinero, desde hace ya mucho tiempo, es que quién pueda pagar que lo haga, pero que cosas tan importantes como esta, no pueden excluir a personas que puedan precisamente beneficiarse de este conocimiento para cambiar sus vidas. Así que espero que este mensaje le llegue a todo el mundo ahí y poder ayudar así al mayor número de personas posible.

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