Marisol Julve: "Los poetas solo escribimos al sufrir, cuando lloramos el dolor en verso"
La turolense presenta su primer poemario publicado, 'Hija del carbón'Hija del carbón es el título del primer poemario publicado por la turolense Marisol Julve, que propone una recopilación de los poemas que ha escrito durante las últimas décadas y que por fin ven la luz a través de una edición de Los Libros del Gato Negro prologada por Nacho Escuín. La obra se presentó este viernes en el salón de actos del Museo Provincial de Teruel, donde Fran Gallego puso el contrapunto musical al piano.
Julve es hija de un “marinero entre olas negras” y con su primer poemario rinde homenaje a sus orígenes mineros, aunque va más allá. “El primer libro de un autor es siempre una antología, porque de algún modo seleccionas todo lo que has escrito hasta ahora”, explica Julve, que estructura su ópera prima en tres actos.
La primera sección se titula Todos los caminos conducen a ti, amoR, y está dedicada a la percepción de la otra persona y al amor, “o más bien al desamor”, puntualiza la poetisa, “porque cuando estamos enamorados estamos entretenidos y no nos paramos a escribir. Es más cuando sufrimos cuando lloramos nuestro dolor en verso”. El amor y el desamor siguen siendo para Julve dos de las principales fuerzas que mueven el mundo,â“y que son capaces de pararlo”.
La segunda sección, Expulsada del paraíso, es descarnada y, sin permitirse concesiones mira cara a cara a la muerte, a la vejez y al dolor. “Recrean algunas de las vivencias más duras que he experimentado, y en realidad que ha podido experimentar cualquiera, porque la poesía tiene esa función espejo que permite que el lector la haga suya. El libro habla de mi experiencia, pero no solo de la mía, porque me gusta escribir sobre cosas mundanas, la soledad, la tristeza, la pérdida por la que todos hemos pasado”.
La tercera sección en la que se articula Hija del carbón, homónima al libro, supone un homenaje a sus orígenes y en opinión de la autora “es quizá la parte más optimista” del libro. “Tiene mucho de reencuentro conmigo misma, de afirmación y de reivindicación del territorio, un territorio para el que la actividad minera fue tan importante como lo fue para mí”.
Los versos de Marisol Julve destacan por su plasticidad pero también por su intención comunicativa, ya que ningún recurso, giro o figura la obliga a sacrificar el fondo por la forma. YâÂÂÂÂen lo formal la autora presenta una rica combinación que no es habitual en los últimos años, ya que en Hija del carbón conviven poemas de verso y métrica libre, rabiosamente contemporáneos, con sonetos o décimas clásicas. “Lo más representativo de lo que escribo es el verso libre”, admite la poetisa nacida en Hinojosa de Jarque, “pero estoy convencida de que hay que conocer muy bien el canon para romperlo”. Después es el tema o la sensibilidad con la que se aborda quien te pide un registro u otro.
Marisol Julve escribe desde que tenía 14 años. En ese momento leyó a Rosalía de Castro, “y después le siguieron Becquer, Machado y Espronceda, y ya nunca he abandonado la poesía”. Conserva versos de entonces, que de vez en cuando relee para viajar en el tiempo y reconocerse como una adolescente, y que incluso ha reescrito para hacerles un hueco en el libro recién editado por Los Libros del Gato Negro, porque lo que fuimos también forma parte de lo que somos. “Siempre he escrito poesía, relato breve o microrrelato -ha ganado algún premio en estos últimos géneros- pero nunca lo había hecho con ánimo de publicar. Pero al final siempre te encuentras en el camino con gente generosa que te anima y te ayuda a compartir y a publicar”.
Se refiere a Nacho Escuín, otro de los poetas de la penúltima generación de turolenses que ayer le acompañó en la presentación del libro en el Museo de Teruel y que le prologa el libro, de cuya poesía dice “merece ser leída en más de una ocasión, degustada en diferentes momentos en los que los avatares vitales nos lleven a diferentes estados de ánimo. Su poesía crece y acompaña y uno no puede evitar verse reflejado en sus textos de tal manera que parecen propios”.
En esa poesía se perciben inequívocos ecos románticos, también de la poesía social como “altavoz de los vulnerables”, naturaleza sin la cual Marisol Julve no concibe el acto de escribir. También la poesía de posguerra -José Hierro- le influye, los Novísimos, la poesía contemporánea o “los poetas aragoneses, que son a los que más estoy leyendo en estos momentos”. Multiplicidad de referencias e influencias muy heterogéneas, pero sobre todo en Hija del carbón trasciende una voz propia de la que, gracias a Los Libros del Gato Negro, tiene ya soporte físico en librerías y bibliotecas.