Mario Lafuente, cantante turolense: “El directo siempre es más cañero y eléctrico que lo que se escucha en el disco”

Tras algunos meses alejado de los escenarios, el músico turolense Mario Lafuente regresa a la arena con el concierto que ofrecerá el sábado (entrada libre), a partir de las 23.30 horas, en la Fonda del Tozal. Tocará temas de sus dos discos publicados aunque reservará tiempo para alguna novedad. 

- Concierto en su casa, y además grabado para la televisión autonómica...

- Sí, se grabará para el formato de Comunidad Sonora con Alberto Guardiola en televisión. Emitirán tres o cuatro canciones en el programa de televisión, y en internet sí que cuelgan el concierto completo. Me dieron dos opciones, hacerlo a puerta cerrada, más tranquilo con un público que yo hubiera elegido, o hacer un directo normal. Yo he preferido jugármela un poco e ir a por el directo, que será más auténtico y creo que fluirá mejor. 

- Su última publicación fue A contratiempo (2018), que ya incluía Marcharé contigo y Un trocito de ti... ¿Va a presentar alguna novedad?

- Cantaré la mayor parte de ese disco, cantaré también alguna del anterior, Una historia en Blanco y Negro, y además estrenaré uno de mis temas nuevos, que es Ideas y desastres, pero yo solo con la guitarra y en formato acústico.

- ¿Qué clase de concierto escucharemos en la Fonda del Tozal? ¿Va a ser algo eléctrico y potente o se aferrarás a la vena cantautora?

- El directo siempre es más eléctrico y cañero que lo que se escucha en el disco. Vamos a plantear un concierto más parecido al del MIL Festival que hicimos el año pasado que al que ofrecí en el Teatro Marín. Es un directo casi sin pausa, en hora y media igual paramos tres veces. Llevamos más introducciones entre canciones y la música es más continua. Está todo más o menos sincronizado en claqueta, y de alguna forma controlamos mejor los tiempos y se pueden sincronizar vídeos en directo o iluminación. De alguna forma es más parecido al concepto de espectáculo que al de recital convencional. 

- Conciertos como tal, después de esa primera edición del MIL Festival hace justo un año y en Navidad con David Sancho en la plaza del Torico no ha vuelto a ofrecer en Teruel... ¿no es mucho tiempo?

- Este año para mí ha sido un poco de descanso en ese sentido. Llevaba bastante tiempo muy a tope, así que decidí parar un poco un poco y tomármelo con más calma. En estos momentos creo que ha llegado el momento de retomarlo todo. Quiero que sea algo así como una especie de resurgir.

- A Contratiempo marcó un punto de inflexión en su forma de hacer música, no en cuanto a ruptura sino a evolución, con respecto a su etapa anterior con el disco Historias en Blanco y Negro o la banda 15 a Medias. ¿Mantiene esta declaración de intenciones?

- La evolución es inevitable. Haces un tema y piensas: Ufff... es imposible que haga una canción mejor, o que escriba una frase mejor que esta... Pero cuando vuelves a componer ya tienes ese aprendizaje detrás y cada cosa nueva que haces te parece mejor. Al final es el público quien valora todo eso, pero yo sí que creo que la evolución es inevitable. Por otro lado ahora estoy haciendo la música algo más indie, algo más rock, y me gustaría mantener esa tendencia. En cualquier caso A Contratiempo no ha terminado de lanzarse como me gustaría, pero sus temas no han muerto y todavía le queda mucho por dar al disco. 

- Ya que menciona lo de la valoración del público... ¿Le ha ocurrido que el público se haya quedado frío ante el estreno de un tema que usted veía insuperable, o al contrario, que haya acogido con entusiasmo la canción menos esperada?

- Me pasó con Marcharé contigo. Aproveché el 800 aniversario de los Amantes de Teruel para darla a conocer aunque ya llevaba tiempo hecha. Y tuvo muchísima más aceptación que Un trocito de ti, aunque son dos canciones de amor y desamor. Y El vals de los locos para mí es una canción muy chula y cañera, y me pasó que la colgué en redes dos días después de sacar el disco, y tuvo menos aceptación que en septiembre, que mucha gente flipó y se creía que era nueva, cuando entonces tenía cuatro meses. 

- ¿Va a tocar con la banda que le acompañaba habitualmente?

- Sí. Antón Padilla a la batería, Antón Pérez Salas a la guitarra, ambos de Luciopercas, y Guillermo Ramos al bajo, que es un compañero que estaba conmigo ya en 15 a Medias. En alguna ocasión ha colaborado alguien más, como José Manuel Alba, de Lurte y Lugh, con la gaita, pero en esta ocasión estaremos los cuatro.

- La Fonda del Tozal es un escenario pequeño pero carismático. ¿Tiene ganas de volver a tocar allí?

- Muchas. He tocado allí pero en algún festival que se ha organizado, lo que significa tocar tres o cuatro canciones y dar paso al siguiente. Así que llevo sin tocar allí probablemente nueve años, desde 15 a Medias. En aquella época recuerdo que hicimos dos conciertos muy seguidos, que fueron muy bien, y guardo un especial cariño a la Fonda del Tozal. Y el sitio tiene mucho encanto. No sé cuantas personas cabrán, pero hace mucho que no toco en una sala pequeñita y también me apetece hacer un concierto más de tú a tú con el público.