Los rostros olvidados del retablo gótico de Villar del Salz recuperan sus facciones
El curso de restauración de Albarracín ha trabajado también en una pieza de CosaLos rostros del antiguo retablo gótico de Villar del Salz dedicado a Santa Águeda que colgaba en lo alto de una pared de la ermita, apenas visible desde el suelo, poco tienen que ver con los que aparecen en las tablas que durante estas semanas se han ido recuperando sobre las mesas del taller de la Fundación Santa María de Albarracín. Allí, once alumnos del Curso Superior de Restauración de Retablos, dirigidos por el profesor Nacho Barceló, han retirado las dos capas de pintura que cubrían la totalidad de los dibujos originales. Al limpiarlas, los expertos han descubierto un riqueza cromática y de calidad técnica que estaba prácticamente perdida. Además, durante la actividad formativa, que se ha prolongado a lo largo de tres semanas, también están trabajando en otras tablas de un retablo gótico de Cosa.
Fondos corlados, que son capas metálicas trabajadas para dar profundidad, una gran delicadeza en los rostros, punteados de lustre o estofados son algunas de las técnicas que han salido debajo de los diversos repintes que habían dejado un retablo plano y mucho más pobre de lo que en realidad era, según reconoció Barceló.
El profesor indicó que las anatomías de las figuras están “muy bien proporcionadas y las caras muy bien ejecutadas, además de que algunas de las técnicas que aparecen “requieren un importante dominio”, aseguró. Además Barceló precisó que cuando se realizó todavía sería más rico de lo que ahora se muestra porque el efecto del dorado sería en origen mucho mayor. Además, especificó que los dos repintes se llevaron a cabo en periodos diferentes “pero de muy poca calidad en ambos casos”, describió.
Está dedicado a Santa Bárbara, es de estilo gótico y los expertos lo sitúan en el siglo XV, por lo que no coincide con la ermita en la que se ubica y que tiene la misma advocación, ya que se construyó en el siglo XVIII.
Repintados en temple
Es una pintura al temple y se repintó también con temple, lo que “ha dificultado mucho la recuperación de las capas”, expuso Barceló, quien matizó que si los repintados tienen un carácter distinto al original es más fácil su retirada puesto que, si coincide, como en este caso, solubilizan a la vez.
A los lados de Santa Águeda, que aparece con los pechos cortados como es habitual en la iconografía, se han plasmado a San Blas y San Sebastián, mientras que el remate del retablo es un calvario. Toda la pieza estaba protegida por un guardapolvo con motivos vegetales que también estaban muy dañados por repintados realizados con poco cuidado y sin ni siquiera tener en cuenta los colores originales.
La restauración del retablo de Villar del Salz comenzó ya en el curso de retablos del año anterior y ha sido especialmente compleja debido a las capas pictóricas posteriores. Ahora, las tablas están prácticamente terminadas, pero todavía quedará por acometer el montaje, que desde la Fundación Santa María quieren que se haga también a través de los alumnos como un proceso más de aprendizaje.
San Cristóbal de Cosa
Además de este retablo, los alumnos han trabajado en la consolidación, limpieza y protección del retablo de San Cristóbal de Cosa, que presentaba complejas patologías, muchas de ellas derivadas del desmontaje de su espacio original y posterior almacenaje inadecuado.
La escorrentía de agua provocó la pérdida de muchas de las zonas, principalmente donde había decoraciones doradas, que se sueltan con más facilidad debido a la solubilidad de la cola con la que están sujetas, según explicó Miguel Ángel Molina, que es uno de los alumnos que se ha ocupado de la limpieza de las tablas. El restaurador especificó que se trata de unos dibujos “que se ejecutaron de forma muy suelta, pero con inteligencia y mucha mano”, detalló.
El retablo de Cosa está fechado a finales del siglo XV y principios del XVI, y es también de estilo gótico. En la localidad tienen otro retablo gótico que no se ha abordado y para el que la Fundación Santa María les realizó un presupuesto de recuperación.
El curso de restauración de retablos, en el que junto con Nacho Barceló está Isabel Castro, está financiado por el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) y todos los participantes cuentan con formación en el Grado Universitario en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, y muchos de ellos han completado o están cursando distintos másteres en la materia.
Las sesiones formativas de Albarracín están entre las más prestigiosas del país no sólo por la calidad de los docentes, sino porque las sesiones teóricas se completan con las prácticas con obra real. En esta ocasión, hasta la serranía se han desplazado alumnos de Andalucía, Asturias, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha.
Entre las alumnas de la formación en retablos estaba Ana Górriz, de Alicante, quien explicó que durante las clases aprendió a “enfrenarse a problemas de limpieza y al repinte realizado en diferentes épocas”. Precisó que se trata de una actividad formativa muy enriquecedora porque al incluir a profesionales de diferentes partes de España “cada uno tiene sus técnicas”, dijo, para añadir que “muchas veces no hay una sola forma de abordar el problema”, dijo.
La alumna reconoció que la restauración del retablo de Santa Águeda de Villar del Salz ha sido “compleja”, sobre todo por el hecho de que han tenido que enfrenarse a intervenciones realizadas con anterioridad.