‘Los caminos del olvido’, una propuesta fotográfica sobre la despoblación

Imágenes que devuelven a la vida parajes que, por desgracia, están muy lejos de albergarla, que recrean recuerdos de lo que fue y quizá pudo haber seguido siendo o que invocan los fantasmas que permanecen en cada una de las piedras y de los poyos quebrados que el viento, la lluvia y el olvido erosiona día a día en nuestra provincia. Los caminos del olvido es una exposición colectiva realizada por once artistas de la Sociedad Fotográfica Turolense que puede verse en la Logia del Museo Provincial en el contexto del festival Teruel Punto Photo. 

Toma como punto de partida los relatos cortos que nueve escritores turolenses han realizado, inspirándose a su vez en pueblos o pedanías de la provincia despobladas o en serio peligro que quedar vacías en los próximos años. Recogen determinados textos extraídos de los relatos y los llevan a su dimensión gráfica, en diferentes formatos y técnicas, para servir como una extensión de ellos mismos y como una llamada de atención contra el mal de la desertización humana que se cierne sobre Teruel. Un mal que ocupa las portadas de la prensa pero que sigue avanzando inexorablemente a pesar de los informes, de los estudios y de los programas de actuación. 

Los fotógrafos que participan en Los caminos del olvido, compuesta por 12 imágenes, seis en color y seis en blanco y negro, son Diana García, Pedro Blesa, Sonsoles Valdivia, Juan Marqués, Nacho Navarro, Gonzalo Montón –que también participa como autor de uno de los relatos–, Nacho Sánchez, Santi Albertos, Pablo García, Selma Terzic y Conchita Serrano. 

Por su parte, los relatos escritos sobre la despoblación en los que se basan las fotografías capturadas han salido de algunas de las mejores plumas de la novela contemporánea en la provincia. Son Sueño, de Elifio Feliz de Vargas, La fiesta de Eva Fortea, La piel rota de Angélica Morales, Feo, fuerte y formal de José Baldo, El oscuro temblor de la noche, de Héctor Montón Julve y Gonzalo Montón Muñoz, Sombras de carne y polvo, de Alejandro Nolasco, Las sombras de Iván Núñez y El niño de la Estrella de Juan Villalba.

Como en todos los proyectos colectivos fotográficos emprendidos por la Sociedad Fotográfica Turolense, en Los caminos del olvido destaca la heterogeneidad, la sensibilidad y el sentido estético y creativo con el que está realizados. 

No faltan las fotografías que evocan las imágenes pastoriles en Las Casillas de Albarracín o Paraíso Alto. En el barrio de Villel El Campo Pedro Blesa recrea una escena de La fiesta, de Eva Fortea, en el que una niña viste su traje de domingo ante la mirada feliz y orgullosa de su abuela bajo el dintel de una puerta. La fotografía se ofrece en color, para dotarla de una mayor contemporaneidad para el espectador, aunque las casas en semirruina y la maleza que ha tomado hace años la calle donde transcurre la acción testimonian que las mujeres no son personajes reales sino ficticios. 

Ficticios acaso como fantasmas, figura recurrente en la exposición y que recrea, por ejemplo, Nacho Sánchez con una imagen tomada en Collado de la Grulla, entre Albarracín y Cuenca, que reproduce un fragmento de Sombras de carne y polvo de Alejandro Nolasco en el que se aparece el espectro de un antiguo militar con una fotografía nocturna de larga exposición, en la que el protagonista exhibe un ademán al encender su cigarrillo que repite Santi Albertos y que tantas resonancias rurales evoca. 

También evocan a los fantasmas fotografías como la de Juan Marqués, en la que él mismo da vida a un antiguo habitante de El Alcozal, situada en Las Planas de Castellote, que comparte comida con quienes ya no puede compartir nada; o Pablo García, que muestra una fotografía en blanco y negro tomada en Mas Blanco (San Agustín). Basada en el relato Las sombras de Iván Núñez, su propuesta es un montaje en la que sombras sin cuerpo pasean por las calles y las casas de este barrio, que durante los años cincuenta llegó a contar con escuela propia. 

La exposición ofrece una serie de visiones interesantes y muy diferentes entre sí de lo que la literatura y la fotografía puede generar en torno a la despoblación, además de un pequeño pero interesante catálogo de lugares para visitar durante lo que queda de verano. Como todas las exposiciones de Teruel Punto Photo, Los caminos del olvido puede visitarse gratuitamente hasta el 31 de agosto, en este caso en la Logia del Museo de Teruel de martes a viernes (10 a 14 y 16 a 21 horas) y sábados y domingos de 10 a 14 horas.