Los alfares de Hermanos Górriz de Teruel tendrán usos turísticos, educativos y culturales
Reunión del Ayuntamiento y la Asociación AlaraRepresentantes del Ayuntamiento de Teruel y la Asociación Alara, el legado de la arcilla se han reunido este viernes para analizar los usos de los Alfares de los Hermanos Górriz una vez finalice su restauración y se lleve a cabo el equipamiento de las instalaciones, con el fin de que no solo sean un nuevo centro turístico sino que acoja también actividades educativas.
La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, y el concejal de Turismo y Educación, Javier Domingo, se han reunido este viernes con representantes de la citada asociación y han coincidido en los fines y planteamientos, ya que el objetivo es que estos alfares no sólo constituyan un nuevo centro turístico que ponga en valor la importancia histórica de la arcilla en Teruel, sino que acoja también actividades educativas.
Así, podría servir como reclamo para escolares de la ciudad, del resto de la provincia y de otras provincias cercanas, además de acoger actividades artísticas en colaboración con la Facultad de Bellas Artes y la Escuela de Arte, y actividades culturales promovidas por la concejalía de Cultura, según informa el consistorio turolense en nota de prensa.
Con las obras muy avanzadas, los portavoces de los distintos grupos municipales ya han tenido la oportunidad de conocer las instalaciones, y el próximo lunes en comisión informativa podrán realizar sus comentarios, sugerencias o aportaciones respecto a los usos de estos antiguos alfares, que fueron declarados en 2005 Bien de Interés Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.
Los alfares de los Hermanos Górriz fueron adquiridos por el consistorio turolense a través de la vía de la expropiación a sus propietarios abonando a los mismos un importe de 427.884 euros.
En estas instalaciones se han invertido ya unos 600.000 euros en diversas actuaciones, desde el primer taller de empleo que comenzó las labores de recuperación a finales de 2013 hasta las distintas fases de obra financiadas por el FITE, más la adecuación del centro de interpretación de las arcillas que corrió a cargo de fondos europeos dentro del programa Life+.