‘La soledad de los que no existen’, Mejor Documental en el Cult Critic de Calcuta
El documental inspirado por Acompañando-T está obteniendo gran reconocimiento internacionalEl documental La soledad de los que no existen, rodado por Alfonso Burgos y un grupo de estudiantes del grado de Bellas Artes en el campus de Teruel, acaba de ganar el Premio al Mejor Documental en el Cult Critic Movie Awards de Calcuta (India), un premio que significa además la nominación para la próxima edición de los Premios Jean Luc Godard, cuya celebración presencial está prevista para 2022 en India.
Apenas dos semanas después de la presentación y el estreno en público de La soledad de los que no existen, el audiovisual sobre el agravamiento del problema de la soledad no deseada como consecuencia de la pandemia, y la actividad del proyecto turolense Acompañando-T para paliarlo, comienzan a llegar los primeros reconocimientos internacionales. Además del primer premio obtenido en Calcuta, la obra de Alfonso Burgos ha sido semifinalista en el Texas Film Festival (EE UU) en categoría Covid Films; y ha pasado a la fase final en Los Ángeles Film Festival (EE UU) en categoría Películas Inspiradoras, donde competirá contra 60 filmes de todo el mundo en un concurso cuyo resultado final se fallará a lo largo de enero. También se conocerá, a lo largo del próximo mes, el fallo de otro concurso en el que está compitiendo el documental; el International Symbolic Art Film Festival de San Petersburgo (Rusia).
Alfonso Burgos, director de La soledad de los que no existen junto a un grupo de estudiantes de Bellas Artes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel, donde imparte clases en el Área de Pintura y ejerce como coordinador del grado de Bellas Artes, se mostró muy satisfecho con la buena acogida que está teniendo la película en los festivales donde ha comenzado a competir. “Competimos contra películas que están realizadas con muchos más medios, pero creo que la historia tiene tanta fuerza y transmite tanta emoción y ritmo que se nos está valorando muy bien en todo el mundo”.
La soledad de los que no existen explora la incidencia y el agravamiento del problema de la soledad con motivo de los confinamientos, las cuarentenas y el aislamiento sanitario al que obliga la lucha contra la covid-19 desde marzo de 2020. A través de entrevistas personales con diez personas de diferente edad, origen y estrato, residentes todos ellos en la capital turolense, se indaga sobre sus vivencias y necesidades y se habla abiertamente sobre la soledad, sobre el tabú que pesa sobre ella y sobre la dificultad que en ocasiones implica pedir ayuda incluso cuando esta está disponible.
“El proyecto nació después de dos reuniones con Samantha (Gómez) y Patricia (Blasco), que son quienes llevan adelante el proyecto de voluntariado Acompañando-T, para ayudar mediante una red de voluntariado a las personas que por diferentes motivos necesitan alguien con quien hablar, compartir su tiempo o simplemente sentirse acompañados”, explica Alfonso Burgos. “Este programa nació con la pandemia y me parece espectacular, muy especial y positivo. Por eso me sorprendió que no tuviera más presencia social, que no fuera más conocido en la calle. Así que nos planteamos colaborar para darlo a conocer, sin ambición pero intentando ofrecer al público una visión positiva de todo esto”.
Acompañando-T es un programa que puso en marcha una red de voluntariado para atender en plena pandemia las necesidades de las personas aisladas física o psicológicamente en Teruel, heredero de otro que el Ayuntamiento de Teruel y la Federación de Asociaciones de Vecinos pusieron en marcha en los primeros momentos del confinamiento, denominado Aislados pero no solos, y que a lo largo de la pandemia ha ido creciendo y adaptándose a las necesidades más acuciantes en cada momento. Acompañando-T recibió, entre otros reconocimientos, el Premio Solidario de ONCE Aragón 2021.
En lo formal, el documental se articula a través de numerosos temas con los que estudiantes de Bellas Artes conversaron con las diez personas que protagonizan la película. Ellos son los auténticos protagonistas, “ya que evitamos la figura del entrevistador o del experto, y preferimos que de algún modo los entrevistados dialoguen entre ellos”. A través de esas entrevistas, se habla de Teruel, de los lugares favoritos en la memoria de los entrevistados “hasta tocar el tema más intenso, que es el de la soledad”. Ahí se comprueba la diferente percepción que se tienen de la misma, “desde quien opina que es feliz en soledad, porque la ha elegido, hasta visiones mucho más crudas de quienes han pasado la pandemia alejadas de su familia, por proteger y por protegerse, pese a que en esos momentos era lo que más necesitaban”. Ahí es donde entra la labor de los voluntarios de Acompañando-T y del programa, que organiza visitas para que quienes lo solicitan puedan compartir su tiempo con ellos.
Una visión positiva
Uno de los elementos que desde su concepción han sido clave en el documental es que evita conscientemente “lo lacrimógeno”. Según el director, “no tiene ningún interés hablar sobre cómo combatir y paliar la soledad no deseada desde la tristeza”. “Es verdad que hay pasajes del documental que emocionalmente son muy intensos, pero predominan los mensajes positivos sobre el trabajo voluntario o sobre los prejuicios que existen acerca de pedir ayuda”.
Los protagonistas del documental comparten con el espectador sus miedos y sus dudas, pero también sus sueños, sus logros y sus expectativas de futuro, en lo que, como afirma Alfonso Burgos, “al final es un retrato psicológico de Teruel”, que por extensión puede universalizarse en buena parte como un retrato psicológico de la sociedad española.
Ese retrato sirve para extraer conclusiones, algunas más o menos previsibles y otras menos. “Un rasgo que sale a la luz desde el primer momento es ese que más o menos todos suponíamos, y es que la menor escala social de Teruel, con menos habitantes que otras ciudades, ofrece un trato más familiar, cercano y humano, y eso es una ventaja contra la soledad por el soporte que ofrece”.
Pero al mismo tiempo esa escala demográfica más adaptada a las necesidades humanas conlleva un problema, “y es que la soledad puede llegar a convertirse en un tabú”, según Burgos, en el sentido de que la gente es más reacia a asumir que tiene un problema de soledad y a pedir ayuda en un contexto en el que, como Teruel, se supone que no debería existir. “Para mucha gente puede ser un estigma que tu familia, amigos o vecinos no te acompañen en una ciudad pequeña como esta, así que tienen más reparos a la hora de pedir ayuda”.
Al mismo tiempo esa pueda ser una de las claves para que “Acompañando-T esté funcionando tan bien”, como explica el director. “Ese tabú puede hacer que una persona no quiera hablar con sus familiares de sus problemas o de su soledad, porque al final no quiere que vivan preocupados por él. Pero eso cambia cuando se trata de hablar con alguien que sabes que está ahí para escucharte, que va a ser una conversación íntima que no trascenderá y que esa persona, como no es un familiar directo, no se va a llevar la preocupación o el problema a su casa, sino que te apoyará simplemente cuando tú lo necesites”.
La soledad de los que no existen apela con su título a “dos ideas muy interesantes con las que queríamos jugar”, explica Burgos. Por un lado la reivindicación que hizo popular Teruel Existe y que de alguna forma redunda en que esta ciudad es el origen de Acompañando-T y del propio documental, aunque el premio a Mejor Documental del Cult Critic Movie Awards de Calcuta y la gran aceptación en Texas y Los Ángeles atestigua que la obra es absolutamente universal.
“La otra idea sobre los que no existen son aquellos que durante la pandemia fueron olvidados, la gente mayor o los contagiados que pasaron por una fase en la que eran meros números en una estadística”, recuerda Burgos. “Y eso nos da pie para hablar de lo revolucionario que ha resultado Acompañando-T, una experiencia original a través de la cual personas generosas comparten su tiempo para ayudar”. “El programa tiene un valor inmenso que no debe pasar desapercibido, ni en Teruel ni fuera. Es un ejemplo que se puede extrapolar a cualquier ciudad, y que en una población grande, con más medios y una red de voluntariado mayor, todavía podría ser más ambicioso”.
Protagonistas
Una de las patas fundamentales del documental son las diez personas que son entrevistadas, Maximino Pardo, Jorge Galán, Ana María Ipenza, Mohammed Bouzroud, Josefina González, Soledad López, Pilar Doñate y Sheila J. Calvo, entre voluntarios, estudiantes, jubilados o trabajadores en diferentes sectores, además de Shamanta Gómez y Patricia Blasco, responsables y cofundadoras de Acompañando-T.
El proceso de selección fue especialmente complejo por culpa del tabú, “ya que hay demasiados prejuicios sobre que te etiqueten como una persona que se siente sola”. “Nos hubiera gustado hacer muchas más entrevistas, pero después de la primera sesión, sin cámaras, hubo muchas que terminaron cayéndose”.
En los créditos de la película, cuya postproducción finalizó el pasado 1 de diciembre, figuran además del propio Alfonso Burgos como director y guionista y Samantha Gómez como productora asociada un grupo de estudiantes del grado de Bellas Artes en Teruel; Ángel Celiméndiz, Marta Burriel, Sheila J. Calvo, Elena Patón, Adrián G. Jarque, Ana Luque, Xavi Urrios, Jowita Tyska y Carlos Romano, que han realizado tareas de arte, dirección de fotografía, dirección de sonido o cámaras, y Raquel García Patón, que se ha encargado de subtitular el documental en inglés. “Excepto la fase de montaje, de la que me encargué yo para cumplir los plazos que nos habíamos propuesto, el resto de fases de la película se han llevado a cabo de un modo muy orgánico”, explica Burgos, “desde la confección de las entrevistas hasta su realización, la grabación o los dibujos e ilustraciones que aparecen en el documental, todo el mundo ha colaborado en las diferentes tareas”.
Además el director destacó la producción de la Fundación Antonio Gargallo, “que es la que nos ha ayudado económicamente tanto en la realización de la película como ahora, en la presentación a diferentes festivales”. También han colaborado la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del campus turolense de la Universidad de Zaragoza, la Diputación Provincial de Teruel, el Ayuntamiento de Teruel y la Caja Rural.