La revista cultural Turia rinde homenaje al escritor Javier Tomeo
El monográfico ha sido coordinado por el autor y crítico Ramón AcínEl escritor Javier Tomeo (Quicena, Huesca, 1932 - Barcelona, 2013) será el principal protagonista del nuevo número de la revista cultural Turia del mes de junio, con un homenaje colectivo a través de textos inéditos de 20 autores y estudiosos que permite conocer a fondo a un autor “original, valioso e inclasificable dentro de las letras españolas”.
Apenas han transcurrido seis años de la muerte de Tomeo, “considerado por muchos como una suerte de Kafka aragonés”, cuya obra “asombrosa y diferente” gozó de “éxito notable” no sólo en España sino, especialmente, en Francia y Alemania.
Este número será presentado en Huesca, en el salón de actos de la Diputación Provincial, el martes, 18 de junio, a las 20.00 horas, por la escritora, académica de la RAE y actual presidenta de Cedro, Carme Riera. La Diputación de Huesca ha apoyado económicamente esta iniciativa cultural y la ha hecho viable.
Tomeo es autor de una obra narrativa extensa, construida al margen de las modas, con labor creativa “rendida siempre a la extrañeza y al absurdo, a lo disparatado y deslumbrante, a lo monstruoso y anormal”, han apuntado desde la revista. No en vano, uno de sus más celebrados títulos fue Amado monstruo, que obtuvo una clara repercusión internacional, han añadido.
Las casi 150 páginas que Turia dedica a Javier Tomeo constituyen una completa aproximación a su obra y trayectoria vital. Entre los autores que participan en este monográfico de la revista, hay varios especialistas procedentes de otros países, así como tres autores de sendas tesis doctorales sobre Tomeo.
El monografico de Turia sobre Javier Tomeo ha sido coordinado por el escritor y crítico Ramón Acín, autor de una tesis doctoral sobre su obra y uno de los estudiosos que mejor la conocen. En su artículo introductorio, subraya la condición de Tomeo como corredor de fondo de la literatura española contemporánea y subraya que su mundo literario es el de un autor “outsider, marginal, extraño, raro, insólito o inclasificable”.
Según Acín, todas sus “permiten ese caminar a lomos de una lectura fácil por la espontaneidad y comodidad epidérmicas de la anécdota que las sustenta y, por tanto, fascinan por su extrañeza y por su alud continuo de sorpresas”. Añade que para entender a Tomeo hay tener en cuenta cuestiones como la importancia del absurdo y la inclinación al esperpento “que descoyuntan la realidad convencional”; la función de los espacios cerrados por donde vagan unos personajes atrapados en unas circunstancias “apenas visibles y asibles y, sin embargo, sentidas como posibles y reales”.
Además, hay que considerar otros elementos como la soledad y la incomunicación; el “constante delirio” de los diálogos o de los monólogos; la agobiante presencia del tiempo cronológico y, por supuesto, el tiempo vivido.
Extravagancia y lucidez
El periodista y escritor Antón Castro, en su artículo El lugar de un escritor distinto y solitario, traza una mirada sobre la personalidad y la trayectoria de Tomeo, del que dice que ha dejado su poso de originalidad, extravagancia, lucidez, percepción caricaturesca del mundo, conocimiento del alma humana y sus paradojas, “y ha puesto su prosa depurada al servicio de la ficción y de sus fábulas morales”.
En el monográfico escriben textos inéditos especialistas internacionales como la hispanista radicada en Suiza Irene Andres-Suarez o la profesora francesa Sylviee Fournié-Chaboche, autora de una tesis doctoral sobre el autor aragonés. También ha dedicado una tesis al libro Amado monstruo de Tomeo otro de los colaboradores de este número, Francisco González García, que estudia ahora su relación con el teatro.
Otros artículos sobre la obra de Tomeo corren a cargo de Ismael Grasa, Agustín Faro Forteza, Antonio Pérez Lasheras, María Pérez Heredia, Fernando Valls, Daniel Gascón, Mariano Gistaín y Ángel Rodríguez Abad.
Uno de los testimonios más valiosos es el de su editor de referencia, Jorge Herralde, que publicó en Anagrama buena parte de los títulos elaborados por Tomeo y que asegura que “el impacto de las dos primeras novelas El castillo de la carta cifrada y Amado monstruo “fue muy fuerte, quizá, aparte de su gran calidad, por la sorpresa de un tipo de literatura que no tenía nada que ver con lo que se hacía en España ni en ningún otro lugar. Ya tenía entonces un club de fans que, aunque no muy numeroso, matarían por Javier Tomeo”.
No faltan artículos de quienes fueron otros de sus editores, como Enrique Murillo y Juan Casamayor. En el capítulo de testimonios, no pueden faltar los amigos de Tomeo, como Javier Gurruchaga, Luis Alegre o Joan de Sagarra.
Por último, se reproduce un texto poco conocido de Tomeo, publicado en 1972 en la revista Camp de lArpa, titulado El prelado acuático y otras pequeñas historias. Cierra el monográfico una pormenorizada y útil biocronología elaborada por Pablo Pérez Rubio.