‘La Nit en Blanc’ consolida su propuesta cultural y quiere dar la sorpresa en su décima edición
El festival de música y cultura atrajo a 700 personas en una noche trepidante y calurosaLa IX edición de ‘La Nit en Blanc’ de Mazaleón consiguió, una vez más, llenar de artes escénicas las calles y plazas del municipio. Este año volvieron a ser más de 700 asistentes únicos (si se suma el público de cada una de las actividades por separado estaríamos hablando de alrededor de 3.000 espectadores), lo que demuestra que la cita ha consolidado los números que se repiten desde hace ya varios años.
Esta numerosa asistencia convierte a La Nit en Blanc en uno de los festivales que mayor participación tiene en el Matarraña. “Respecto al público, estamos muy contentas porque desde hace unos años mantenemos más o menos la misma participación. Para nosotras es todo un éxito porque consideramos que es el volumen de gente perfecto para este festival, ya que creemos que, ni físicamente debido a los espacios que tenemos en el pueblo, ni a nivel logístico, sobre todo en el tema de la cena, podemos gestionar una asistencia mucho mayor”, apuntó Yolanda Viver, presidenta de la Asociación La Nit en Blanc. Además, Viver también señaló que “lo decimos siempre, pero más allá de los números, para nosotras es todo un éxito poder desarrollar cada año una cita de estas características de forma totalmente altruista y contar con la colaboración de un montón de personas y entidades colaboradoras que nos ayudan en la organización”.
Este año, La Nit en Blanc empezó poco después de las ocho de la tarde con la actuación de La Baldufa Teatre que, con su Safari embarcó a todo el público presente en la ‘plaça del molí’ en un viaje a la sabana africana para encontrar al león del Serengueti. A pesar del intenso calor que aún hacía en Mazaleón, pequeños y mayores quedaron embelesados con el humor y los muñecos gigantes se mezclaron en una historia que escondía un claro mensaje contra el acoso infantil i juvenil.
Una hora después, la actividad se trasladó hacia el centro del municipio, donde las 450 personas que habían comprado la pulsera del festival, junto con artistas y la organización, pudieron recuperar fuerzas con la cena popular a base de tapas de tartar de fuet, ensalada de pasta, ‘xirigol’ y ‘fricandó’. Con cada una de ellas se pudieron degustar los vinos elegidos para esta edición que fueron ‘Serra de Cavalls Blanc’ de ‘Serra de Cavalls’ (El Pinell de Brai), de ‘La Bacchanal -Blanc’ de ‘La Bacchanal Grape Grovers’ (Batea), ‘Envido’ de Lagar d’Amprius, (Calaceit) y ‘Danica tinto’ de ‘Danica Vinos’ (Maella-Batea). La cena finalizó con un postre típico del territorio como son los ‘carquinyols’ (pan dulce tostado con almendras), elaborados por el ‘Horno Llerda’ de Cretas, que estuvieron acompañados por una copita de mistela, de ‘Bodegas Crial’ de Lledó.
“Desde la primera edición tenemos claro que la cena es un elemento fundamental de ‘La Nit en Blanc’. Y para nosotras es impensable hacerla sin darle el protagonismo a tanto a las recetas como a los productos del territorio. Queremos ser un festival sostenible, y eso no solo se consigue reciclando el máximo número de residuos, sino que pensamos que también es importante apostar por los productos de proximidad”, afirmó la presidenta de la entidad organizadora. Como novedad, durante la cena las personas asistentes pudieron decir que vino les había gustado más depositando una papeleta en unas urnas preparadas exclusivamente para ello. “Pensamos que era buena idea poder escoger el mejor vino a través de una votación. Así que en los próximos días lo anunciaremos a través de nuestras redes sociales y haremos un pequeño reconocimiento a la bodega ganadora”, aclaró Viver.
Después de cenar, todo el mundo se trasladó al campo de fútbol, donde la compañía Pakipaya representó el espectáculo Shake! Shake! Shake!, en el que los actores consiguieron hacer disfrutar al público con una propuesta basada en la comedia, las acrobacias y una farsa que hizo creer que una de las mujeres asistentes participaba haciendo acrobacias con los miembros de la compañía.
Los siguientes en salir fueron Urban Dance Terra, que desarrollaron una propuesta que, más que un espectáculo, se convirtió en una actividad participativa en la que, sobre todo los más pequeños, bailaron al ritmo de música de diferentes estilos. De la plaza mayor el público se desplazó a la ‘Replaceta de Sant Roc’ donde el conocido actor catalán Sergi Cervera hizo lo que el mismo denomino su ‘sesión de terapia personal’ en la que contando aventuras y desventuras de su propia vida, consiguió que el público en algunos momentos sonriera y en otros reflexionara sobre lo ‘dura’ que es la vida del artista.
Posteriormente, y después de unas palabras de la organización en las que se presentó esta edición y se pidió a todo el pueblo colaborar para conseguir que el décimo aniversario del festival, que será el próximo 2025, sea inolvidable, llegó el momento del concierto de Siderland. Con unos ritmos muy bailables, los catalanes hicieron que la plaza Mayor se moviese con sus canciones, algunas de las cuales, como la versión Nit vuitantera o la conocida Que esclati tot, fueron coreadas por gran parte del público presente. El punto y final de esta edición lo pusieron los Diables d’Alguaire que, con un recorrido por las calles de Mazaleón muy diferente al habitual, se mostraron muy animados haciendo correr, saltar y bailar a la gente bajo una infinita lluvia de chispas. “Como siempre, ha habido gente a la que le ha gustado más un espectáculo y gente que ha disfrutado más con otro, pero si que nos parece que Safari’, ‘Shake! Shake! Shake! y el concierto de Siderland tuvieron muchos comentarios positivos. También muchas personas asistentes nos dijeron que el recorrido del ‘correfoc’ fue muy chulo y que los ‘diables’ de este año habían sido muy cañeros”, apuntó Viver.
Finalizado el festival, la organización se mostró muy satisfecha tanto por la numerosa asistencia como por el buen recibimiento de todas las actuaciones. Además, quisieron señalar que “es increíble que el apoyo que tenemos para poder organizar el festival. Personas de todas las edades nos ayudan a cocinar las tapas, a montar los escenarios, a servir el tapeo, a llevar la barra, a mover todo el material, nos dejan locales para utilizarlos como camerinos, nos ceden espacios para poder repartir las tapas... Sin todos los vecinos y vecinas que colaboran, esto sería imposible”, enfatizó la presidenta de la Asociación Nit en Blanc.
“Ya lo hemos dicho muchas veces, pero para nosotros cada edición es un regalo, y pensamos que también lo siente así la mayoría del pueblo. Así que ahora toca recogerlo todo, hacer números y empezar a trabajar en el décimo aniversario de ‘La Nit’, que como dijimos durante el festival, queremos que sea una edición muy especial”, enfatizó la presidenta.