La gala de fin de curso de Las Torres convierte el Teatro Marín en un mundo de fantasía

La Escuela de Danza Las Torres de Teruel convirtió ayer sábado el Teatro Marín de la capital turolense en un mundo de fantasía durante su Gala de Danza para celebrar el fin de curso con más de 80 bailarines sobre el escenario. Durante el espectáculo, repartido en dos partes, se pudo ver una representación de la danza clásica y danza contemporánea interpretada por su alumnado preparados por sus profesores Patricia Caro, Jeilson Serrano y Ana Sangüesa.

La gala comenzó con un Cuento Ballet, titulado Bailando en Fantasía, dirigido a toda la familia y que estuvo protagonizado por unas niñas que, inmersas en un mundo de fantasía lejos de las pantallas de los móviles, descubren la magia, el juego, la diversión y la amistad. En esta representación se mezcló la danza y la interpretación y las pequeñas bailarinas se convierten en auténticas artistas que adentran al público en un mundo de color e ilusión, hasta que un joven bailarín y las hadas de los dulces invitaron a todos a participar en la fiesta de la fantasía.

Además del alumnado de iniciación, juvenil y predanza de la Escuela de Danza Las Torres, también intervinieron las alumnas de Patricia Caro en la Escuela Municipal de Música y Danza de Monreal del Campo, con una preciosa pieza titulada La belleza.

Álvaro Sánchez presentó esta gala donde tres niñas pasaron de las pantallas de los móviles a un mundo de fantasía donde encuentran magia, juegos, diversión y amistad gracias a unos nuevos amigos, los duendes de la cajita de música. En este mundo mágico había payasitos, bailarinas de sus sueños más bonitos, arlequines del juego o bailarinas de la belleza. Y aunque también aparecieron sus peores pesadillas, pronto desaparecieron con una gran dosis de azúcar gracias al príncipe de los dulces y de sus hadas. Sánchez explicó que las coreografías del ballet habían sido creadas por los profesores Patricio Caro y Jeilson Serrano y que la escenografía y el vestuario habían sido posible gracias a la colaboración de los alumnos y sus familias. Además, contaron como invitadas a las alumnas del ballet de la Escuela Municipal de Música y Danza de Monreal del Campo, “fomentando así la convivencia entre alumnos de danza en la provincia”.

Segunda parte

Tras un pequeño descanso dio comienzo en el mismo Teatro Marín la representación de las coreografías de danza clásica, neoclásica y contemporánea, de estilo libre y de repertorio, bailadas en grupo, dúo e individual.

Se pudieron ver sobre el escenario todas las coreografías que han llevado a los concursos y que han sido premiadas por su originalidad, expresividad y técnica. También hubo nuevas creaciones de los alumnos de nivel medio y preprofesional y de otros grupos como los de danza de adultos, de danza clásica y contemporánea. Intervinieron alumnas muy queridas en la escuela, apuntó Caro, “algunas de ellas amantes de la danza desde pequeñas y otras que la han descubierto recientemente y que están muy ilusionadas”.

Con sus compañeras, interpretó el vals Masquerade (Clásico) mientras que otro grupo de adultas interpretó Le Monde, de Danza contemporánea.

Entre ellas se encontraba Carmen Oquendo, que minutos antes de iniciarse la segunda parte de la gala, destacaba que era la primera vez que se subía al escenario para bailar y lo hacía con otras dos compañeras que tienen hijas entre las alumnas y ellas a su vez se habían apuntado a las clases. “No nos conocíamos, comenzamos el curso y ahora estamos aquí”, contó y aunque nunca había bailado en público aseguró que se sentían “arropadas y confiadas” gracias al trabajo realizado durante estos meses, que en estas últimas semanas se había intensificado para la gala. “Patricia ha tenido mucha paciencia con nosotras”, reconocía.

Tanto los alumnos como los profesores y también los padres han estado preparando durante este último trimestre todos los detalles para dar lo mejor de sí y que la de ayer fuera una jornada muy especial para los bailarines y para el público asistente. La profesora Patricia Caro para celebrar los 10 años impartiendo clases en la Escuela y dar las gracias a todos los que han confiado en ella, bailó la Suite No.1. in G Major Prelude de J. Sebastian Bach, interpretado a viola por Francisco Gasque, director y profesor del Conservatorio Profesional de Música de Teruel.

Cambio de ubicación

Patricia Caro recordó que este curso cambió la Escuela a un local propio en la avenida Sagunto 55, lo que ha supuesto que se haya duplicado el número de alumnos en el centro. Este incremento de alumnado es lo que llevó a hacer este año la gala en dos representaciones que se pudieron ver con la misma entrada y un único precio. Hasta 27 muestras coreográficas se interpretaron en esta segunda parte de la gala en la que intervinieron los grados medios de danza clásica y contemporánea, el juvenil de danza contemporánea así como los preprofesionales y las de los adultos.

Patricia Caro explicó que desde principio de año están preparando las diferentes coreografías, buscando músicas y vestuarios y el resultado de esa labor creativa se pudo comprobar este sábado sobre el escenario del Teatro Marín. Caro agradeció la participación de las familias en los preparativos del espectáculo.

La gala contó con la colaboración de Jorge Puerto y su equipo que se encargaron de la luz y el sonido, la Pastelería Cafetería Horno Peñalba que aportó sus deliciosos dulces, Caja Rural de Teruel y el Ayuntamiento de la capital, que incluye esta gala entre las que diferentes asociaciones están realizando a lo largo de este mes de junio y a las que da soporte.

Esta tarde la escuela Marta Dance Factory celebra su festival de fin de curso, también en el Teatro Marín, con un espectáculo que lleva por título Date permiso y que ha sido diseñado para la ocasión por el equipo de profesoras de la escuela con 200 bailarines. Habrá dos pases a las 17 y las 19,30 horas.