La Feria del Libro y el Cómic de Teruel reedita las cifras del pasado año, pese a la lluvia

Pese a que la lluvia e incluso el granizo a primera hora de la tarde de ayer hizo su aparición en momentos puntuales desde el jueves, la octava edición de la Feria del Libro y el Cómic de Teruel se clausuró con buenas sensaciones, unas cifras de venta de libros casi idénticas a las del pasado año, algún visitante menos por las bajas temperaturas, y en general la sensación por parte de libreros, editores y organizadores de que la muestra está plenamente asentada en el calendario de Teruel.

Según las cifras que manejan los organizadores de la cita, desde la apertura del jueves a la clausura del domingo se vendieron en las 25 casetas instaladas 2.481 libros, veinte menos que el año pasado. “Teniendo en cuenta que las previsiones de lluvia eran malas, y que después se han cumplido buena parte de ellas, creo que podemos estar muy satisfechos”, aseguraba ayer Joaquín Guillén.

Entre los expositores, Guillén explicó que “las casetas de las editoriales han incrementado sus ventas, especialmente los editores infantiles, y las librerías han bajado ligeramente”. Además se ha incrementado el número medio de libros comprados por visitantes, según la organización. “El año pasado calculamos una media de un libro por persona, porque fueron 2.500 libros y calculamos en torno a 2.500 personas. Este año la climatología ha restado visitantes pero ha mantenido el número de ventas”. Según Guillén, “este año hemos visto mucha gente que se llevaba varios títulos en un día, ante la posibilidad de que la lluvia le impidiera regresar al día siguiente”.

Ayer, durante la jornada de clausura, el programa previsto pudo completarse pese a que la lluvia, mezclada con un ligero granizo, precipitó sobre las 15.30 horas, durante la pausa para comer.

El invitado más esperado de esta última jornada fue el encargado de cerrar el turno de presentaciones. Félix Teira, recientemente galardonado en el Premio de las Letras Aragonesas 2022, trajo a Teruel su última novela, Fuego frío (Prensas de la Universidad de Zaragoza). El Fuego frío es metáfora de la ambición desmedida que, a menos a juicio de algunos, es capaz de sacar lo peor del ser humano. En la novela, un ambicioso hombre que abandonó a su familia, y que por odiar la mediocridad ha terminado odiando al ser humano, incluido a sí mismo, convoca a sus nietos en el lecho de muerte y les propone heredar una enorme fortuna a cambio de cumplir una sola condición, sorprendente y envenenada. La obra explora desde la ficción cómo el deseo de poseer puede extenderse como un cáncer corrosivo y acabar con todo patas arriba.

Antes de eso, Antonio Cabanas presentó El sueño de Tutankhamón (Ediciones B), una novela histórica a través de la cual el experto egiptólogo comparte parte de sus conocimientos a través de un viaje en el tiempo en el que el propio faraón niño, hijo de Akhenatón y Nefertiti, narra su vida y desvela sus pasiones y sueños más íntimos.

Julio César Cano por su parte presentó La soledad del perro (Maeva), la sexta entrega de los casos del inspector Monfort, en el que varios delitos se entrecruzan con el cuadro de Goya Perro semihundido como telón de fondo.

También se habló de cuadros y de museos con Javier Alandes, que presentó Los guardianes del Prado (Espasa), novela en la que se narra la rocambolesca historia del traslado de las obras maestras del Museo del Prado durante la Guerra Civil, temerosos de que los golpistas accedieran a las ambiciones nazis sobre algunas de las pinturas más emblemáticas a cambio de su ayuda militar. Durante su presentación, Alandes narró alguna de las cientos de anécdotas e incidentes que tuvieron lugar durante esa carrera contrarreloj para poner a salvo el patrimonio artístico español de las garras de los fascistas, como el camión cargado de cajas que golpeó en un balcón de una casa baja en su traslado hacia Valencia, haciendo que una de las cajas que transportaban los cuadros se rompieran. Todavía es visible el siete y el cosido que tuvo que hacerse al lienzo de La carga de los mamelucos, de Goya.

Además durante la jornada final de la Feria se presentaron El guerrillero de Polo y Peylorón (Taula), Cuentos para niños y niñas valientes (Hola Monstruo) de Mariela Cisneros o The end. Interludio (Libros del Gato Negro) de Jesús Soria.

Entre los autores que firmaron libros estuvieron Clara Fuertes (Todas las horas del dia, Plaza & Janés) o la turolense Angélica Morales, con La casa de los hilos rotos (Destino).

Concurso de Ilustración

Además de actividades paralelas que han tenido lugar desde este jueves en La Glorieta con motivo de la Feria del Libro y el Cómic de Teruel, como Matemáticas en la Calle, talleres infantiles o visitas concertadas con colegios y centros educativos, este año por primera vez se organizó el Concurso de Ilustraciones Instantáneas, dirigido a pintores, dibujantes, estudiantes de Bellas Artes o de la Escuela de Arte de Teruel o simplemente aficionados al diseño, para que realizaran una ilustración rápida basada en La vuelta al mundo en 80 días, de Verne, que cumple su 150 aniversario este año.

Irati Buzumariz, Ángel Gómez y Joshua Quijano obtuvieron por ese orden los tres primeros premios del concurso, dotados con 120 euros, 60 euros y un lote de libros.

“Tenemos que seguir reivindicando que el cómic no solo es para público infantil”

Uno de los autores de cómic que han estado durante la feria en Teruel ha sido José Antonio Bernal, una de las grandes referencias aragonesas, dibujante habitual de revistas como el Jueves y de medios como Aragón TV. Presentó SuperCó, un cómic sobre un superhéroe genuinamente aragonés, escrito por el humorista Diego Peña y editado por GP Ediciones.

-¿SuperCó es un personaje dirigido al público zaragozano, o trasciende a todo Aragón?

-Es aragonés a tope, y de hecho toma sus poderes de personajes populares de todo Aragón. Es verdad que ha nacido en Zaragoza, pero Supermán vive en Nueva York y nadie diría que es un héroe solo neoyorquino.

-Es un personaje recurrente que da para muchas aventuras...

-Lo creó Diego Peña, el humorista, y de hecho lo creó dentro de sus monólogos como un personaje. Después me lo propuso para hacer un cómic, me pasó un guion y me pareció espectacular, porque es muy divertido y da muchísimo juego.

-¿Por qué es para adultos?

-La verdad es que es por tres viñetas que asoman, inevitables en el humor de Diego Peña. Yo se lo advertí pero su humor es intocable, y preferimos dejarlo. Además el género se está volcando demasiado con el público infantil y no está mal seguir reivindicando el cómic para adultos.

-Diego Peña escribe el guion de sus espectáculos, pero escribir cómic es otra cosa. ¿Cómo era el guion que te pasó?

-Un desastre. Pero he trabajado muchas veces con Diego y somos muy amigos. Así que él me planteó la historia más general y el asunto de las viñetas y las escenas lo puse yo. Ahora para el segundo volumen que lanzaremos se está currando hasta un story board. Peña es un gran trabajador y enseguida se ha hecho a este mundo.

-¿Cuándo está previsto el lanzamiento de ese segundo número?

-Uff... Un cómic lleva muchísimo tiempo, y como no solo me dedico a eso sino que también hago libro ilustrado, hago televisión con A escampar la boira en Aragón TV, sigo haciendo historietas para El Jueves... pues échale cerca de dos años, yo creo. Vamos a intentarlo, por lo menos.