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La exposición ‘Flores de Otoño’ retrata la invisibilidad que sufren las personas mayores LGTBI La exposición ‘Flores de Otoño’ retrata la invisibilidad que sufren las personas mayores LGTBI
Marià es uno de los seis protagonistas que forman parte de la muestra de Hanna Jarzabek, expuesta en la Escuela de Artes de Teruel . Hanna Jarzabek

La exposición ‘Flores de Otoño’ retrata la invisibilidad que sufren las personas mayores LGTBI

Hanna Jarzabek protagonizó una ponencia en el programa de Teruel Punto Photo
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La fotógrafa Hanna Jarzabek protagonizó una ponencia dentro del programa del Festival Internacional Teruel Punto Photo, en la que relató cómo dejó su trabajo de politóloga para dedicarse a la fotografía y mostró algunos de sus trabajos más destacados, muchos de ellos centrados en la visibilidad del colectivo LGTBI, tanto en España, como en su Polonia natal. 

Jarzabek expone desde el pasado viernes Flores de Otoño en la Escuela de Artes de Teruel, un proyecto que pretende mostrar la realidad de las personas mayores homosexuales, bisexuales o transexuales, invisibles ante la sociedad. Realizado desde 2013 hasta 2015, la fotógrafa narra la realidad de seis personas a las que no les fue fácil salir del armario, y que ahora con la vejez, incluso han tenido que volver a ocultarse.

La muestra comparte el leitmotiv que este año defiende Punto Photo, con los invisibles como protagonistas. Así, las 17 piezas y el documental que componen la exposición revelan el día a día de estas personas y los problemas a los que se tienen que enfrentar, teniendo en cuenta que muchas de ellas ni siquiera se han podido apoyar en sus familias, que les dieron la espalda al conocer su verdadera orientación sexual.

Explica Jarzabek que aunque muchos de ellos salieron del armario con la caída de la dictadura de Franco, “llegando a la vejez se encuentran solos y tienen miedo de reconocer su sexualidad”. “Entre las personas mayores ese es un tema tabú, y muchos tienen que volver a esconderse cuando van a una residencia”, continúa.

La fotógrafa trabajó durante dos años con los seis protagonistas de la muestra, con quienes no fue tarea fácil ponerse en contacto. Les hizo un seguimiento de su vida cotidiana, e incluso paso varias semanas compartiendo casa, cama y rutina con ellos. Escuchó sus historias, la mayoría de ellas de una crudeza difícil de asimilar y las grabó para poder componer el documental, que tiene como banda sonora esos testimonios.

Seis historias diferentes

Maite, Pako, Marià, Pere y la pareja formada por Ángel y Esteve son las personas detrás de las imágenes, cada una con un problema diferente y pocas de ellas con un final feliz. 

Maite tuvo que reprimirse en una españa franquista que la obligó a casarse con un hombre y dedicarse a las tareas del hogar. Doblemente discriminada, por ser mujer y lesbiana, encontró su media naranja en Rosa, también con hijos, con quién compartió 14 años de su vida. Ahora, en un edificio de pisos para ancianos ha tenido que volver al armario, sintiéndose de nuevo aislada.

En un lugar similar vive Pere, abierto y social con vecinos, pero reservado con su vida privada. Luchador en su juventud por los derechos de los homosexuales, hoy recuerda el pasado y cómo nunca pudo mantener una pareja estable más de dos años.

También luchador, aunque por intentar dejar de ser gay, fue Pako, que aunque estuvo cerca de no casarse por las dudas que le asaltaban, la presión social hizo que continuara con la vida establecida para un hombre y tuvo dos hijas y un hijo. Tras estar varios años encerrado, a los 30 años su amor por otro hombre le hizo estallar. Dejó todo y se divorció, y aunque fue duro, ahora cuenta con el apoyo de sus dos hijas, y una buena relación con su hijo.

Al igual que Pako, Marià también se caso, pero no fue hasta los 50 años cuando se divorció de su mujer, una edad tardía que ya no le permitió encontrar una pareja con quién compartir el resto de su vida. Cuando Jarzabek lo conoció vivía en un despacho adaptado para ser utilizado como apartamento, y era el único inquilino de todo el edificio.

Algo diferente a estas historias es la de Ángel y Esteve, a quiénes la fotógrafa conoció en la Asociación Cristiana de Gays y Lesbianas de Cataluña. Ellos también realizaron terapias de adversión, pero tras conocerse en la casa de un cura, supieron que estaban hechos el uno para el otro. Así, durante cerca de 40 años.

Ahora Jarzabek se plantea continuar con este proyecto que dejó parado en 2015, para aportar nuevos elementos e intentar incluir otro tipo de perfiles, como transexuales. Asimismo, pretende estudiar las residencias para personas mayores LGTBI, abierta también a heterosexuales. Flores de Otoño se podrá disfrutar en la Escuela de Artes de Teruel hasta el 31 de agosto, de lunes a viernes de 18 a 20 horas, y sábados y domingos de 11 a 13 horas.