Jóvenes con altas capacidades disfrutan de la ciencia en Teruel con estrellas y dinosaurios

Mirar al cielo y descubrir la historia enterrada desde Teruel. Los niños aragoneses con altas capacidades han tenido la oportunidad de profundizar en sus inquietudes científicas gracias al campamento Entre estrellas y dinosaurios que se celebró del 24 a 28 de junio en la colonia Polster de Alcalá de la Selva y que tuvo espacio también para que las familias compartieran experiencias.

La Cátedra Caja Rural de Teruel-Universidad de Zaragoza para el Desarrollo del Talento y Personalización del Aprendizaje organizó este primer campamento para jóvenes con altas capacidades donde de lunes a viernes realizaron diferentes talleres de astrofísica y paleontología, de la mano del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca) y la Fundación Conjunto Paleontológico Dinópolis. El fin de semana se sumaron sus padres y madres que participaron en una escuela de familias e hicieron talleres con sus hijos.
 

La actividad ha contado con la colaboración de Caja Rural de Teruel, Gobierno de Aragón, Diputación de Teruel, Cefca, Galáctica, Fundación Dinópolis y Dinópolis.

El codirector de la cátedra y responsable del campamento, Alberto Quílez, explicó algunas de las actividades que se habían desarrollado como la observación del cielo, tanto en avistamientos diurnos como nocturnos, durante dos jornadas en Galáctica. Además, visitaron Dinópolis y fueron de excursión a El Castellar donde tuvieron un contacto muy cercano con los fósiles en dos yacimientos, uno de icnitas y otro de huesos.

Quílez destacó la peculiaridad de la actividad que ha consistido en incluir a las familias. “En la escuela de familias los padres han podido hablar de cómo educar a sus hijos con altas capacidades, trucos, qué es lo que pueden hacer en casa y qué pueden reclamar fuera del hogar”, explicó. El responsable del campamento valoró especialmente la oportunidad que ha supuesto para que las familias “hagan piña”, se acompañen y compartan experiencias.
 

Además, realizaron actividades motivadoras con sus hijos, hicieron talleres de aviones de papel especiales, globos aerostáticos, volcanes que reproducían una erupción y cohetes de aire y agua.

Alberto Quílez aseguró que el feedback con los participantes tras finalizar el campamento fue muy positivo y comentó que todos ellos han pedido que se repita.

Agradeció la implicación de todas las instituciones. “Cuando todos arriman el hombro y ponen su granito de arena estos proyectos se pueden llevar adelante”, destacó.