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Jotas, la otra forma de comunicarse en medio de la pandemia sin salir de casa Jotas, la otra forma de comunicarse en medio de la pandemia sin salir de casa
Eduardo Albalat y sus dos hijas, Candela y Mar, interpretando una jota en su casa de Castellote

Jotas, la otra forma de comunicarse en medio de la pandemia sin salir de casa

Las coplas que el coronavirus inspira permanecerán en el tiempo y enriquecerán el folclore
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Cruz Aguilar

La jota ha sido a lo largo de la historia un medio de comunicación y también lo es ahora, al igual que los aplausos, en plena pandemia sanitaria mundial. Son muchos los músicos que estos días se expresan con rimas en las que narran las situaciones que viven, las ganas que hay de volver a ver a los amigos, las peticiones al Gobierno o los agradecimientos por la labor de los sanitarios y del resto de los trabajadores esenciales. Todo cabe en un lenguaje que sienten como propio los aragoneses y que ahora se ha internacionalizado, más de lo que ya lo hizo en el siglo pasado gracias al Pastor de Andorra, a través de las redes sociales.

Los aficionados al folclore crearon un grupo en Facebook el 14 de marzo que se llama Rondadores contra el virus y que en un mes roza los 14.000 seguidores. Es el escenario al que se suben los joteros de diferentes regiones de España para compartir coplas, músicas y baile. Una compañía que en estos momentos sirve de entretenimiento, pero también constituye una píldora de ánimo. 

Fernando Cortel, que es miembro de la ronda Asti Queda Ixo! cuelga las jotas que graba desde su casa en Mora de Rubielos, acompañado con la guitarra por su mujer y su hija. “El mundo jotero hemos iniciado una espontánea campaña de difusión de la jota en general y aragonesa en concreto”, relata. En los centenares de vídeos que se pueden ver en internet hay de todos los estilos y un gran abanico de intérpretes que van desde niños de corta edad hasta cantadores con muchas tablas. “Son gente cantando en balcones, en salones de sus casas, en solitario, a dúo, acompañados con instrumentos o a capella”, relata Cortel, quien reconoce que esta actividad ha sido un entretenimiento en las jornadas de confinamiento. 

 

Improvisada o de letra alusiva

En opinión del músico hay un elemento común a todas estas coplas, además del uso de la palabra coronavirus en casi todas las rimas, y es que se trata de “jota improvisada y letra alusiva”. Especifica que se entiende como jota improvisada aquella en la que “la letra surge en el mismo momento en que se desea cantar”, mientras que las alusivas “se suelen cocinar con algo más de tiempo y se llevan preparadas al entorno donde se quieren interpretar”. De todas formas, recalca que en esta situación marcada por la crisis del Covid-19 “está fluyendo tanto la improvisación como la alusión, lo que está muy bien”. Esto se produce porque “ha surgido la necesidad de transmitir mensajes reales con fuertes deseos”, aunque utilizando los estilos musicales y melodías de siempre. 

Además, Cortel plantea que las nuevas coplas surgidas de la situación inédita que la sociedad está viviendo estos días seguirán interpretándose en un futuro junto a otras que “a veces caen bien y en otras ocasiones quedan un tanto anacrónicas o descontextualizadas”, comenta, para añadir que la jota siempre ha servido como instrumento que, a través del canto, sirve para lanzar mensajes. Hay momentos en los que lo hace “incluso con más facilidad y permisividad que los mensajes hablados”. Para ello la jota cuenta con elementos que le aportan “frescura, admiración o asombro”, recapacita.

“La renovación en la jota debe de basarse en un escrupuloso respeto en lo que a la interpretación de los estilos y tonadas se refiere, y centrarse en la actualización de las coplas hacia temáticas con las que se pueda identificar el público del siglo XXI”, explica el profesor de canto César Rubio, frase con la que Fernando Cortel coincide plenamente. 

Precisamente esas temáticas que ahora plasman los compositores van a contribuir a enriquecer la jota, según aseguran los expertos. Además, estos días están componiendo coplas incluso personas que antes se limitaban a interpretarlas: “Estoy seguro de que, entre todas estas nuevas letras, algunas de ellas pasarán al acervo del repertorio popular de la jota aragonesa en particular, y de la jota en general”, concluye el músico de la ronda Asti Queda Ixo!.

El interés por mantener las rondas a pesar del coronavirus quedó patente el Sábado de Pascua en Castellote, donde se realizó una Ronda Virtual ante la imposibilidad de que los músicos salieran a la calle a cantar a todas las mozas casaderas de la localidad. Y es que, como entonaron Candela y Mar Albalat, acompañadas por su padre Eduardo con el laúd: “No podrá parar la Ronda, un bichito tan pequeño, si esta noche no nos canta, ya cantaremos nosotras”.

Esa jota desde Castellote es una de las que se pueden escuchar en el grupo de Rondadores contra el virus, donde Edurne Terrado, desde Torrijo del Campo, también muestra sus dotes para la jota con solo 6 años.