Javier Lambán convierte sus memorias en una emoción política que trasciende a lo humano

El expresidente de Aragón, Javier Lambán, presentó este martes su libro de memorias en el Museo de Teruel, un volumen autobiográfico que como su título indica transmite la “emoción política” del personaje, pero que trasciende también a lo “humano”, como destacó el escritor Javier Sierra en el acto. Sierra fue el encargado de acompañar a Lambán en la presentación, al introducir el acto, junto a la periodista de la SER, Cocha Hernández, que mantuvo una conversación con el político aragonés.

Lambán reconoció durante la conversación que aunque siempre dice lo que piensa, en el caso del libro le había constreñido su “libertad de opinar” el hecho de tener todavía responsabilidades políticas. Aclaró que por ese motivo “en el libro no lo he contado todo”.

El expresidente aragonés prefirió no hacer declaraciones previas a la prensa y se centró durante la presentación a conversar con la periodista Concha Hernández, después de que Javier Sierra hiciera una semblanza del libro y del personaje en la que destacó el talento del político como escritor.

Sierra, que contó que cuando conoció a Lambán siendo presidente aragonés le invitó a comer en el Pignatelli un menú inspirado en su novela La cena secreta, destacó del político su interés por la cultura. Dijo de él que tenía una “curiosidad a prueba de bombas” y que se había encontrado con “alguien reflexivo”.

Lambán presentó su libro de memorias Una emoción política en el Museo de Teruel. La obra lleva por subtítulo Memorias de un servicio a Aragón y España, y comenzó a fraguarse la noche de las derrota electoral en los comicios autonómicos del año pasado. Sierra reconoció que por el carácter del texto bien podría extenderse esa “emoción política” a la que se refiere el título a una emoción “humana” también.

En la obra, Lambán, nacido en Ejea de los Caballeros hace 67 años, repasa su vida desde su infancia y adolescencia en su pueblo natal, su pasión por el fútbol, en particular su madridismo, y sus primeros chispazos de interés por la política y las ideas. Además, aborda en las páginas sus responsabilidades como cargo público, o el papel de la enfermedad en su modo de entender el ejercicio de la política.

Lambán respondió de igual forma a los elogios que le hizo Sierra, de quien dijo que compartía su visión del Grial y que era un “tipo fascinante”. Reconoció a preguntas de Concha Hernández que era una persona “tímida” y también “temerario” en ocasiones.

El expresidente aragonés defendió el “dignísimo oficio” de la política y comentó que aunque el acuerdo con la editorial era hacer una biografía política, al final se habían colado “muchas alusiones a mi vida personal”. Entre ellas su madridismo pasional, hasta el punto de que no podía ver un partido en la televisión porque estallaba de nervios. “Aparte de la política, lo que más me ha gustado en esta vida es el fútbol”, comentó.

Anecdotario

Repasó sus años de juventud antes de que descubriese que se podía hacer política de izquierdas sin caer en las utopías irrealizables, sino trabajando día a día por crear mayores derechos. Recordó una anécdota de cuando fue a un mitin de Felipe González con otros amigos con el fin de boicotear el acto, y que en lugar de interrumpirle salieron de la plaza abrazando el “felipismo”.

Aseguró que el título del libro viene de Azaña, y Sierra le apuntó que tras su larga trayectoria política parecía tener aquella misma emoción del concejal de Cultura de Ejea de los Caballeros con el que inició su trayectoria. Lambán destacó el momento cumbre de la Transición y la Constitución, periodo del que dijo que habían coincidido en política hombres “excepcionales” con una “altísima visión de Estado”. Aclaró que no se refería solo a personajes como Felipe González y Alfonso Guerra, sino también a Adolfo Suárez, Santiago Carrillo o Manuel Fraga.

Mostró su pesar por la “deriva preocupante” de la política en el mundo, deseó que Kamala Harris gane las elecciones en Estados Unidos por las consecuencias que tendría que lo hiciese Trump, y abogó por recuperar el talante de los políticos constituyentes en España.

Sobre la situación en Valencia dijo que era “desolador” y escapaba a cualquier situación a la que hubiese tenido que hacer frente en Aragón siendo presidente. Consideró que cualquier salida debería ser “pactando” y “acordando”, y que echaba en falta que Sánchez y Feijóo no se hubiesen reunido todavía tras lo sucedido.

Reflexiones

Las páginas de Una emoción política están repletas de referencias culturales, así como de anécdotas y experiencias que abarcan todos los años de la democracia. También su visión de lo que fueron sus años al frente del Ejecutivo aragonés, en el que se refiere a Teruel como una provincia que se desarrolla de manera ejemplar, y habla de la despoblación como un “mito y timo”, algo que ya decía cuando estaba al frente del Gobierno.

En el libro, lamenta el “flaco favor” que han hecho a Teruel aquellos que lo han presentado como “paradigma de la España vacía”, que considera una falsedad. “En nada favorece a Teruel adornarla con una reputación de esta naturaleza”, escribe, para aclarar que “la provincia está desarrollándose de manera ejemplar en torno a varios proyectos estratégicos y hoy despierta la admiración de los que la conocen y el interés de los inversores, en modo alguno la lástima disuasoria que algunos tratan de inspirar para ella”.

Argumenta que a diferencia de lo que plantean los “apóstoles de la repoblación”, el problema de la despoblación “no tiene solución”, y que detrás lo que se ha estado vendiendo en los últimos años por algunos es un mito y un timo con el que pretenden dar “gato por liebre”. Defiende en cambio la política que habían impulsado sus gobiernos de garantizar servicios, así como de impulsar la dinamización de los territorios rurales con una ley específica.