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Serafín Aldecoa explica los detalles de los nichos y de los personajes enterrados en el Cementerio de Teruel. Bykofoto/Antonio García

"Hay mucha historia en este cementerio, muchos personajes del callejero están aquí"

Serafín Aldecoa realiza la visita guiada al composanto de Teruel con mucho público
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Los turolenses se mantienen fieles a su cita con la historia de la ciudad en el Cementerio de Teruel. Un año más, a principios de noviembre, el historiador Serafín Aldecoa hace de guía por el camposanto turolense descubriendo los rincones más curiosos, a personajes de relevancia en la sociedad y la cultura y destacando los elementos más importantes del arte funerario.

La cita comenzó este sábado a las 10.00 horas en la puerta principal de este espacio municipal, la visita gratuita fue seguida por unas cien personas deseosas de escuchar las anécdotas que el autor de la guía Arte funerario e ilustrados turolenses en el Cementerio de Teruel sabe transmitir de manera muy cercana y amena.

“Hay mucha historia en este Cementerio, hay muchos personajes que están en el callejero de Teruel, son familias de toda la vida de Teruel y personajes que han destacado en la ciudad y en la provincia”, destacó Aldecoa. El historiador señaló que, a pesar de que es un cementerio pequeño, “hay una variedad de tumbas, nichos y panteones que es muy interesante”.

Serafín Aldecoa comenzó su explicación en la entrada a las instalaciones, donde relató que este fue el segundo cementerio de la ciudad y que data de 1832, comentó que su ubicación fue criticada por figuras como el médico Miguel Ibáñez quien advertía de que los olores llegaban a la ciudad. Antes de acceder a camposanto, el historiador habló sobre el depósito de cadáveres, obra del modernista Pablo Monguió que entonces era arquitecto municipal, una construcción que sufrió graves destrozos durante la Guerra Civil y luego se reconstruyó.

Contienda

Precisamente, Aldecoa subrayó que en la contienda hubo muchos destrozos y se han perdido panteones, nichos o cruces. “Hubo un momento, en la Batalla de Corbalán, que estuvo ocupado por la brigadas internacionales.  Sufre bombardeos porque era una zona estratégica, con el Cerro de Santa Bárbara para dominar la ciudad. Cuentan que hubo momentos en que unas tropas entraban por esta parte y las otras por el otro lado. En el propio Cementerio se enfrentan. Las tropas franquistas vacían nichos para meterse para disparar y alguno recibió un tiro dentro. No deja de ser una gran tragedia lo que ocurrió”, relató.
 

Parada en la tumba de Manuela Marzo y Antonio Borrás, "obra de sus hijos", con estilo naif. Bikofoto / Antonio García


Una vez traspasada la puerta de acceso al recinto, la primera parada fue el pabellón de los canónigos, también obra de Monguió, donde destacó sobre todo la figura del Deán Buj (1870-1957), quien tuvo una gran influencia en su época y estuvo enfrentado al obispo Antón de la Fuente. “Era mundano y vividor y descuidaba la cuestión religiosa”, comentó.

Los visitantes también pudieron ver los nichos más antiguos que se conservan, de 1838 y 1846, realizados en material cerámico y explicó que algunas otras lápidas de esta época están en el Museo Provincial.

La siguiente parada fue en las tumbas de la familia Giménez Puertas. En este caso, Aldecoa invitó a Mariano Giménez a contar la trayectoria de sus antepasados que recordó que “llevan más de 150 años siendo farmacéuticos en Teruel”. Habló de varios de ellos, empezando por Mariano Giménez Ramos que llegó a la capital desde El Castellar, estudió en el instituto donde recibió el premio de Bachillerato y llegó a ser alcalde de la ciudad en 1833.  De la segunda generación también destacó a Timoteo Bayo que fue el primero en tener una casa de estilo modernista (la Casa Bayo) y que fue un gran botánico junto a sus amigos Loscos y Pardo Sastrón.

También hubo una parada en la tumba del escritor Jerónimo Lafuente Soriano (1838-1899). Serafín Aldecoa recordó algunas de sus obras como Viaje a Italia o Por mi pueblo. Indicó que era muy crítico con la sociedad turolense y con sus costumbres como la Vaquilla por lo que fue bastante polémico. En este enterramiento, el historiador habló sobre la botánica funeraria, ya que en la reja que rodea la tumba hay una papaver somnifeum o flor del sueño eterno.

“Cada planta tiene su significado y no están puestas al azar, el pensamiento es una flor masónica, la hiedra que es una siempreviva que no pierde las hojas o las margaritas como las Miguel Ibáñez que tienen que ver con la sencillez”, explicó.

Matías Abad

Los asistentes a esta visita guiada también pudieron bajar la cripta de San Marcos para ver el nicho del herrero Matías Abad.

El recorrido continuó con paradas en diferentes nichos con un recuerdo para figuras como Vicente Fabregat (1862-1930), director y fundador de la primera banda de música de Teruel; Miguel Ibáñez (1846-1929), médico republicano posibilista y cuya labor fue fundamental en la epidemia de cólera de 1885; Julio Belenguer (1868-1927), el alcorisano impulsor del esperanto; las hermanas Zuriaga o el maestro Miguel Vallés, entre otros.

Asimismo, también se visitaron los principales panteones como los de las familias Garzarán, Pardos Alonso, Pastor, entre otras.

Fue un completo recorrido donde los aspectos de arte funerario se combinaron con el repaso a las biografías de algunos de las figuras más relevantes de la historia reciente de Teruel. Muchos turolenses disfrutaron de esta magistral clase de historia, como María Victoria Pérez que comentó que era la primera vez que asistía a esta visita y que tenía muchas ganas de hacerlo porque en otras ocasiones no había podido porque trabajaba y ahora que se ha jubilado por fin lo lograba. “Quiero conocer mejor este cementerio al que he venido toda la vida”, indicó.

Pero no solo desde la capital se sumaron a la visita, María Dolores Tirado Valero, de Montalbán, acudía con un interés muy especial ya que es nieta de Francisco Valero, que fue un gran artesano de la forja pero que tanto su taller como su obra se perdió y quería ver si alguna de las obras del camposanto podrían ser de él y poder aprender de la mano de especialistas.

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