‘Erial’, el retrato sonoro con el que Edu Comelles reivindica los páramos turolenses
El valenciano expone hasta el 23 de febrero en el IAACC Pablo SerranoEl Museo Pablo Serrano de Zaragoza acoge hasta el próximo 23 de febrero la exposición de arte contemporáneo Erial, creada por el artista valenciano Edu Comelles e inspirada en parte en los paisajes de la provincia de Teruel. Según el propio autor, Erial es una exposición de arte sonoro que parte de los sonidos como experiencia vivencial: “A lo largo de mi vida he ido viendo unos paisajes desde las autopistas, lugares que habitualmente olvidamos pero que a mí siempre me han fascinado”. “Con este proyecto he tenido una excusa para pararme y reconocerlos desde una distancia más cercana”.
La muestra captura los sonidos naturales para acercar al espectador a esos paisajes que se han visto afectados por la civilización, por la construcción de parques eólicos y plantas fotovoltaicas, “que ya forman parte de los mismos y que los transforman”. Al mismo tiempo reivindica un territorio y un paisaje “que pueden parecer pobre y rectilíneo, pero que están llenos de vida, aunque a golpe de autopista es imposible verlo o escucharlos”.
El proyecto artístico de Edu Comelles se nutre de grabaciones que han sido realizadas en paisajes naturales, eriales, paisajes inertes, parques y plantas de producción de energías renovables y distintos contextos geográficos en Sarrión, Mosqueruela, Alfambra, Sierra Palomera, Guadalaviar, Calamocha, Monforte de Moyuela, Rudilla, Herrera de Navarros y, finalmente, Aguilón, Muel y Gallur.
El propio artista admite que su obra bebe mucho de Teruel, y que de hecho está en el centro de lo que serán sus próximos proyectos: “En relación con lo periférico y lo geográfico tengo un especial interés en desarrollar esta propuesta en un contexto aragonés, ya que fue en plenos Montes Universales turolenses donde inicié mi interés por el contexto rural como eje de mis procesos creativos”.
Erial es una instalación sonora multifocal formada por ocho elementos escultóricos diseñados para la escucha. Seis de ellos son estructuras que esconden altavoces a baja altura y actúan como mobiliario para una escucha más cómoda y estática. Los dos últimos elementos, a modo de estandartes, sostienen también altavoces y se adaptan a la arquitectura del espacio expositivo, elevando el sonido.
El conjunto es una metáfora, física, sonora y musical de la forma en cómo deshabitamos y transformamos yermos, estepas y dehesas y cómo estos paisajes extensivos definen una cultura y sus formas de hacer a veces alejadas de tan singulares paisajes dominados por rectilíneos horizontes y suaves curvas. La instalación sonora se completa con fotografías de los paisajes y maquetas , así como un código QR permite al visitante recorrer la muestra de forma guiada por el autor, a través del móvil.