Entrevista con Laurent Castagnet: "Loquillo es la banda sonora de la vida de mucha gente, y hay que ser fiel a eso”

A los 53 años alguien que adora la vida en el campo y no tiene equipo de música en su casa  puede parecer un rocker atípico. Pero Laurent Castagnet, francés afincado en Torralba de los Sisones desde hace más de una década, lleva la esencia del rock’n’roll en la sangre. El batería de Loquillo comparecerá este sábado junto al resto de la banda en la plaza del Seminario de Teruel, donde ofrecerán el tercer concierto –tras Ibiza y Tudela– de la gira 40 años de Rock and Roll Actitud, que junto a un recopilatorio de 55 temas clásicos de la discografía del Loco del Clot celebra las cuatro décadas que el catalán lleva en la escena musical. Este concierto será el plato fuerte del MIL Festival que tiene lugar en Teruel, Cedrillas y Cella durante este fin de semana. 

- ¿Qué podremos escuchar este sábado en Teruel?

- Auténtico rock and roll español, que es lo que sabemos hacer. Vamos a pescar muchos de los temas incluidos en el último disco, que son los clásicos, aunque lo bueno del Loco es que hasta la última noche no sabes exactamente qué canciones va a meter.

- ¿A los músicos les fastidia que los fans siempre reclamen las canciones antiguas?

- No. Esta claro que un músico es su pasado. Está bien progresar y evolucionar, sobre todo en  una carrera longeva, pero eres la banda sonora de la vida de mucha gente y hay que ser fiel. A nosotros nos vienen chicos de 15 y señores de 60, de todas las clases sociales. Somos conscientes de ello, no podemos renegar de nuestro pasado y, además, los clásicos de Loquillo son temas cojonudos. 

- ¿Tocan pensando en el público de cuarenta y tantos o en el de veinte, los pobres, que también merecen escuchar rock del bueno de vez en cuando?

- Solo pensamos en nosotros. El rock es tocar desde la verdad de lo que sientes, no puedes cambiar tu repertorio pensando en un público concreto. Si para complacerle tocas algo que ya no eres tú, va a ser un desastre. 

- Pero las bandas ya no son los grupos de amigos que aprendieron a tocar en el vigésimo concierto...

- Yo soy músico de Conservatorio y llevo mochos años, he tocado con Miguel Rios, Rosario Flores, Manolo Vega, Amaral, Labordeta, Especialistas... Ahora se buscan músicos de calidad y experiencia, pero en el caso del Loco tenemos que ser una banda con química. Loquillo no quiere mercenarios como casi todos los cantantes. En realidad no es un proyecto unipersonal sino una banda, a él le gusta tocar siempre con los mismos músicos. 

- ¿Tocan con otros solistas?

- Ahora ya no, aunque Igor Pascual tiene su proyecto personal como guitarrista, Mario Cobo, que toca rockabilly, también, y Josu, el tercer guitarrista, trabaja como productor. Yo he tocado con muchos pero ya me dedico exclusivamente al Loco y a dar clases particulares.

- ¿Soy yo o me da la sensación de que ya no habrá más bandas históricas como Loquillo, Rebeldes o Gabinete?

- Tenemos la sensación de que somos los últimos dinosaurios sobre la tierra. Este rock es una forma de hacer música genuina, sobre todo en España, que ya no existe. Hay grupos que beben de ello, o que tratan de hacerlo, pero es una pose. Lo nuestro no es pose sino una historia de vida. Somos la última banda con esta filosofía. 

- ¿En qué sentido fue peculiar el rock español?

- Yo como francés lo aprecio muy bien. En España nació en un momento tras la Transición que a nivel social fue un despertar. Surgieron bandas que no sabían tocar, pero que tenían una inocencia y una cosa especial, difícil de definir, que las convirtió en clásicas. En Francia el rock no sonaba como en España, no tenía el mismo alma, porque todo eso ya se había dado antes. Recuerdo que vivía a 100 km de España y no sabíamos nada de aquí, veníamos con miedo a los grises. Recuerdo los primeros festivales de Jazz de San Sebastián y de repente verte envuelto en cargas policiales. Yo tenía 17 años y wow... ¡Era una dictadura!

- ¿Morirá con nosotros esa forma de entender el rock?

- Morirá el rock en directo. Lo siguiente será ver un concierto en directo de Michael Jackson en holograma. La tecnología lo permitirá todo pero  la forma de hacer rock y la verdad sobre el escenario ya no existe, de hecho. 

- Y los instrumentos sintéticos ganan terreno a las guitarras y las baterías...

- Ahí se ve la diferencia. En el peor momento de la crisis, cuando todo eran recortes, Loquillo metió tres guitarristas con un currículum de escándalo. Y tenemos como 30 guitarras sobre el escenario, porque para cada tema hay una guitarra, para este es la Gibson, para este la Telecaster, para esta la doce cuerdas... el Fender Rhodes que usa el teclista tiene 37 años... Puede parecer que da igual, pero tratándose de rock and roll no lo da. Muchos músicos no quieren sacar 60.000 euros de guitarras de gira, los tienen pero en sus estudios o en sus casas, y luego tocan en directo con la japonesa. 

- Usted lleva con Loquillo desde la última etapa de Trogloditas. ¿Como fue esa transición?

- Fui el último batería de Trogloditas, entré en 2006, justo después de grabar Hermanos de Sangre, y se disolvieron en 2007. Llegué a tocar con el bajista Simón Ramírez, pero ya solo quedaba Igor Pascual y Guille Martín, que murió poco después, así que la transición ya estaba casi hecha. Desde entonces la banda se mantiene casi tal cual.

- ¿Es usted un músico multiestilo?

- Lo he sido, pero hace doce años que el rock and roll es lo único que me hace sentir yo mismo. Como mucho tocó folk de vez en cuando con Foncho Casasnovas, ex de El Bosque. Tuve una época de mi vida con músicas africanas y latinas, o cuando tocaba y producía con Especialistas, pero ya no soy ese. Ahora solo soy de verdad cuando toco rock and roll. 

- ¿El rock sigue siendo juerga tras juerga cuando se pasa de los 50?

- Intentas tranquilizarte pero no siempre lo consigues. Cuando arranca la máquina del rock es dificil pararla, y al bajar del escenario tienes tanta adrenalina que es difícil domarla. Aunque al día siguiente lo único que quiero es regresar al pueblo, porque odio la vida de urbanita.

- ¿Cómo lleva las giras maratonianas?

- El problema de este país es que las giras se organizan según las fiestas patronales de las ciudades. En Francia una gira son 40 conciertos en un mes y medio, pero aquí recorres todas las fiestas, y se da el disparate de tocar en Cadiz y el día siguiente en Gijón. Eso es muy duro. 

- ¿Qué música escucha en su casa el batería de Loquillo?

- Muy poca, no tengo ni equipo mi casa. Pero si tengo un rato me pongo Radio Clásica.

“Me encanta la enseñanza y, tras 30 años, se me da bien”

Castagnet da clases en Torralba de los Sisones, y desde septiembre en Teruel capital, en un local de la Cuesta del Cofiero. Se podría pensar que la enseñanza es una actividad residual para un músico con más de 30 años de experiencia, pero nada más lejos. “Me encanta dar clases y, aunque esta feo presumir, lo hago bien, porque disfruto con ello y mi bagaje me permite saber como tengo que abordar desde mil sitios los problemas que se plantean a los alumnos. Ver los progresos de un alumno es muy gratificante”.

La batería asusta a los arrítmicos pero no hay nadie incapacitado de serie. “Hay gente para los cuales el camino es más largo, pero se disfruta igual”, asegura. “Y personas con problemas de coordinación los corrigen gracias a la batería. Quizá no lleguen a ser músicos de la leche pero les ayuda en su vida diaria”. 

Y aunque las baquetas parecen un instrumento auxiliar, “se llega a sentir auténtica pasión por ellas”. “Antes era más difícil porque necesitabas un local insonorizado y una batería cara, pero ahora con un buen instrumento eléctrico e internet puedes tocar junto a una banda la música que te gusta desde tu casa, así que es más fácil que te surja la chispa por este instrumento”. 

Es posible contactar con Laurent Castagnet en laurent2012@gmail.com.