Entre Gúdar y la Fuensanta, VerdeTeruel hace su agosto sin salir de la provincia
La revista de turismo activo publica su número 64José Ignacio y Pablo Perruca, nombrados Senadores del Museo de la Imprenta en Valencia
VerdeTeruel rinde homenaje a la Orden de Monte Gaudio en su 850 aniversario
Un pueblo de altura como Gúdar, el santuario de La Fuensanta de Villel y su posible origen templario, las posibilidades del embalse del Arquillo para los amantes del piragüismo o las espectaculares pasarelas del Valloré en el Geoparque del Maestrazgo son algunas de las alternativas que propone el último número que ha publicado VerdeTeruel, la revista sobre patrimonio y turismo activo en la provincia de Teruel.
El número que publica la editorial turolense Dobleuve se encuentra en los quioscos desde primeros de agosto, y teniendo en cuenta que suele ser el mes del tiempo libre y las vacaciones por excelencia, lanza una serie de propuestas a lo largo de todo el territorio de la provincia de Teruel y pensado para todas las edades.
Nerea Lozano Hernández abre la revista con una semblanza de Gúdar, que con sus 1.581 metros es el tercer pueblo más alto de España. Una serie de espectaculares fotos aéreas destaca la imponencia del espolón rocoso, la Peña de la Magdalena, sobre el que se haya situada la localidad, auténtico balcón natural sobre el río Alfambra. El reportaje recoge algunos de los principales atractivos del casco urbano del pueblo, además de sus alrededores, donde destacan La Dehesa, el barranco de las Umbrías -uno de los espacios más mágicos del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra- y el paraje natural más conocido del municipio; los Caños de Gúdar, un rincón excepcional en el que el río Alfambra se estira a través de varias cascadas que además es accesible para toda la familia.
La propuesta del fin de semana se dirige hacia el paseo fluvial de Calamocha de la mano de Gonzalo Montón. Se trata de un agradable paseo que discurre a lo largo d dos kilómetros por la ribera del Jiloca.
Lugar donde se asentaron las primeras fábricas e instalaciones industriales por la necesidad de agua que tenían, hoy está consagrado al esparcimiento. A lo largo del sendero se localiza el denominado Paseo de las Letras, donde es posible encontrar diseminados diferentes atriles con pasajes de obras literarias importantes. También hay paneles informativos sobre la biodiversidad de la zona, especialmente rica en especies vegetales y animales, entre las que destaca el ciervo volador, un escarabajo gigante que utiliza como refugio el interior de los chopos cabeceros.
También cuenta con muestras de arte, como una gran pluma de hierro con la punta incrustada en la roca, obra de José Azul, forjador del hierro de Burbáguena. Y una vez el camino desemboca en el parque Rafael Angulo, sorprende el Museo de las Piedras, con abundantes bloques pétreos que provocan la sorpresa y la curiosidad del visitante.
Además el número de VerdeTeruel propone la navegación por el embalse del Arquillo, en el barrio turolense de San Blas, con piragua a través de sus aguas tranquilas. Además Fernando Zorrilla ofrece una visión del proyecto Tierra de Centenarias, formado por los vetustos olivos que reúnen la cultura basada en el oleoturismo, naturaleza y patrimonio del Bajo Aragón.
Javier Ibáñez y Rubén Sáez desgranan las principales claves del Santuario de la Fuensanta de Villel, un enclave de gran interés paisajístico e histórico, que sorprenderá a quienes no lo conozcan.
Para los más pequeños y también para los adultos amantes de los ferrocarriles clásicos, la revista propone un viaje al pasado, a bordo del tren de Utrillas, que además es la excusa perfecta para visitar el Museo Minero de la localidad.
Para los aficionados a las rutas en mitad de la naturaleza, VerdeTeruel propone dos de las más espectaculares que pueden hacerse en la provincia: la primera se refiere a las pasarelas de Valloré en el Geoparque del Maestrazgo, entre Aliaga y Montoro, y la otra a través del Sabinar de Monterde de Albarracín, un espacio que se encuentra dentro de los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC).
Otra de las propuestas de turismo activo lleva al lector por la sierra de Javalambre, de la mano de Beatriz Carrasquer-Álvarez. Esa zona ha sido siempre un paraíso para los botánicos, desde los tiempos de Jordán de Asso, que en el siglo XVIII fue probablemente el primero de los naturalistas que dejaron testimonio escrito de unas tierras que, como al visitante actual, le dejaron enamorado