Emilio de Justo, matador de toros: "Parte de la clase política no acepta lo que somos, lo que de cultura llena este arte"
"Estoy seguro de que llegará mi momento", dicePocos toreros disfrutan de tanto respeto entre los aficionados como el que ahora mismo se le guarda al extremeño Emilio de Justo. Su lucha personal por salir de ese pozo hondo en el que se oculta a veces la calidad y el magisterio de toreros desconocidos, condenada al ostracismo por la ausencia de oportunidades, digamos que él ha logrado romperla y aflorar con toda su calidad...
-¿Pero a qué precio? ¿Qué ha tenido que entregar para salir de esas sombras en las que el toreo oculta a algunos grandes toreros?
-Supongo que el precio es el sacrificio constante por esta profesión y la dedicación absoluta que requiere dejar al margen casi todo lo demás. Eso te hace meterte en ti mismo y te hace sentir una fe inquebrantable y una confianza que te libra del aburrimiento cuando nadie más cree en ti.
-Supongo que en ese sacrificio casi sobre humano está aquella tarde de Mont de Marsan… ¿La más difícil de su carrera?
-Fue una tarde de muchos contrastes. Aquel día había fallecido mi padre y mi sentimiento más íntimo era ofrecer todo lo bueno que pudiera ocurrir a su memoria. Luego un toro me hirió y pasado el tiempo he llegado a pensar que así es la vida real, que esas cosas pasan y no son pesadillas que uno tiene cuando duerme. Viví aquellas circunstancias con mucho dolor pero al final saqué la conclusión de que pude sobreponerme. Y eso te hace más fuerte.
-Pero fíjese porque este año debía ser definitivo en su asalto a la cumbre de este arte…
-Al principio del confinamiento se me pasaron cien mil preguntas por la cabeza. Encerrado sin entrenar, ferias suspendidas, festejos que dejas de torear… Pero con el transcurrir de los días comencé a resignarme y a aceptar la situación como otras adversas que he vivido. Y no son pocas. Me resigné y me armé de paciencia porque estoy seguro de que llegará mi momento. Antes o después. Y ahora no dejo de entrenar en el campo para cuando volvamos a los ruedos.
-Cree que sus lesiones del año pasado le frenaron de alguna manera para ser reconocido como una figura del toreo con todos los pronunciamientos
-Sí. Las lesiones cortan de cuajo el ritmo que llevas y más si son óseas como fue mi caso. Además la rotura del escafoides en Vistalegre por un toro de Victorino me quitó de torear en Olivenza o Valencia, que eran apuestas fuertes para comenzar el año. Era al principio de la temporada, cuando uno comienza a tomar impulso. Y la lesión de Cáceres me hizo perder Madrid, Nimes, Badajoz… Fueron dos contratiempos importantes pero sé que el reconocimiento a mi lucha y a mi toreo llegará.
-¿Se considera un torero de culto? Algo parecido, salvando las distancias, a un Curro Romero o a un Curro Vázquez…
-Esa palabra suena muy fuerte. Pero es muy gratificante que haya aficionados partidarios de tu arte que te vayan siguiendo por las plazas. Eso me motiva porque no quiero defraudar a nadie, empezando por mí mismo. Por otro lado ese respeto que noto me motiva muchísimo y me enchufa al toreo. Es más… Para mí todo eso está por encima de lo material, del dinero. Soy torero de afición y amo mi profesión y la forma de vida que la envuelve.
-¿Y cómo se encuentra de ánimo en este momento?
-Muy bien. He luchado todas estas semanas contra la frustración y contra esa espiral de agobio que se te mete en el coco con miles de preguntas sin respuesta, pero ahora estoy toreando mucho en el campo y eso me da fuerza y mucha ilusión. El campo es como la metadona de los drogadictos. Porque el toreo es una droga y necesitas la dosis para sentirte bien.
-¿Cómo contempla la situación que está viviendo la fiesta en este momento?
Pasamos por un momento muy confuso y también a nivel político. Esto está afectando al toreo porque desde esa clase política se están despreciando los valores que atesora la fiesta de los toros. Eso es lo peor de todo. Parte de la clase política no acepta lo que somos, ni nuestra historia ni tampoco lo que de cultura llena este arte. Y con ese desprecio están confundiendo a la sociedad porque se da a entender que el toreo es prescindible porque hay crueldad. Yo he visto corridas desde niño y no he sufrido ningún trauma, soy una persona equilibrada y estoy perfectamente integrado en la sociedad.
-¿Considera que el toreo está siendo atacado por el Ministerio de Cultura al dejarlo abandonado a su suerte con la que está cayendo?
-No sé si lo están haciendo de forma calculada pero el desprecio es evidente. El toreo es cultura y así consta en la parte superior de mi carnet profesional. Pone Ministerio de Cultura en un renglón. Eso lo dice todo. Luego veo la frivolidad con la que se desprecia la riqueza que genera este arte, los puestos de trabajo que promueve, la profusión biológica que hay en torno a él y me quedo sorprendido de ese ninguneo. Supongo que alguna cabeza política quiere que esto desaparezca y nos pretende ahogar poco a poco con actitudes como esta. No lo van a conseguir.
-¿Qué opina de la reunión de algunas figuras del toreo como Ponce, Roca, El Juli, Manzanares etc de hace unos días para plantar cara a esta situación? Faltó gente en esa reunión y quizá faltaron estamentos
-La verdad es que no puedo opinar. No estuve. No sé quién estuvo ni de lo que se habló. Lo puedo saber de igual forma que lo sabes tú, pues los medios de información han dado cuenta de ello. Supongo que todo lo que se hablara será en beneficio del toreo y de la profesión. La verdad es que no te puedo contestar.
-¿No tiene la sensación de que la reunión sonó un poco a cortijo?
-Mira… Yo quiero lo mejor para la fiesta de los toros y creo que eso es lo que queremos todos. Supongo que lo que se tratara mejorará las cosas para nosotros. Yo no estuve porque no se me llamó y la verdad es que no me siento dolido por ello. Si algún día quieren contar conmigo, de corazón ofreceré mis opiniones. Pero insisto en que no sé de lo que se habló.
-Dígame un par de ganaderías de su gusto
-No tengo un hierro preferido aunque la verdad es que mi carrera va unida al nombre de Victorino Martín por los triunfos que me han dado esos toros y por la importancia que le han otorgado al conseguir éxitos con ellos. Pero la palabra no es favorita. La palabra es una ganadería especial para mí. Luego también hay muchas otras ganaderías con las que puedo dar mi versión más artista. Por ejemplo con los toros de Juan Pedro Domecq o con los de Núñez del Cuvillo. Son dos versiones de uno mismo.
-Y un cartel en el que anunciarse en Madrid
No sé. Sí. Sería una corrida con José María Manzanares padre y con Joselito. Eran dos toreros que me transmitían muchísimo y a los que yo admiraba profundamente. Sería un sueño torear con ellos.
-Y cuál es el sueño recurrente para su carrera
No tengo un sueño especial y no me centro en un solo objetivo pero me gustaría triunfar en La México y también salir por la Puerta del Príncipe de Sevilla, algo que estuvo muy cerca con ese toro de Núñez del Cuvillo que pinché. Y por supuesto Madrid, porque esa es la plaza que marca la carrera de cualquier torero.