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El Victoria Ensemble muestra sus dos versiones en Rubielos y Cabra de Mora El Victoria Ensemble muestra sus dos versiones en Rubielos y Cabra de Mora
Gustavo Lapresta, Naiara Ijurko, Almudena Arribas y Eduardo Canto (de izda. a dcha.) forman el cuarteto Victoria Ensemble

El Victoria Ensemble muestra sus dos versiones en Rubielos y Cabra de Mora

La agrupación de Almudena Arribas ofrecerá dos conciertos en la provincia
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Rubielos de Mora acogerá el próximo 22 de agosto su ya tradicional cita con el Victoria Ensemble, la formación de cámara integrada por Naiara Ijurko Risco (piano), Eduardo Canto Arce (violín), Gustavo Lapresta (cello) y la turolense Almudena Arribas (viola). La formación ofrecerá un recital en formato trío, sin piano, en el Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora (martes, 22 de agosto a las 20 horas), donde interpretará la Serenata en Re mayor para trío de cuerda de Beethoven y una selección de las Variaciones Goldberg de Bach, en un concierto que el jueves 23 se repetirá en Madrid durante el ciclo de Las Noches Clásicas del Olivar de la Fundación Olivar de Castillejo.

Para escuchar al cuarteto completo -piano, violín, viola y cello- habrá que acudir el miércoles 23 de agosto a Cabra de Mora, donde Victoria Ensemble pondrá fin a la tercera edición del Festival de Música Clásica de esta localidad. Esta actuación tendrá lugar en la iglesia de San Miguel de Cabra, a partir de las 19.30 horas, donde podrá escucharse un repertorio formado por el primer Cuarteto con Piano en Sol menor de Mozart y Cuarteto con piano de Walton.

Para Almudena Arribas, violista nacida en Monreal del Campo y muy vinculada a Rubielos de Mora, los dos conciertos en la provincia de Teruel suponen un fugaz regreso a casa, en medio de un frenético verano cargado de compromisos musicales, tanto con el Victoria Ensemble como con el resto de proyectos en los que participa o con los que colabora.

Tras nueve años fuera de España trabajando con varias orquestas, especialmente en Alemania, la turolense se afincó en Valencia aunque recientemente se ha instalado en Madrid, ya que su trabajo, colaborando habitualmente con formaciones como la Orquesta Sinfónica de RTVE o la Orquesta Nacional, la obligaban a realizar frecuentes viajes a la capital de España. “Ahora quien viaja más es mi pareja -Gustavo Lapresta, intérprete de cello-, porque él sigue trabajando en la Ópera de Valencia y colabora con varias orquestas sinfónicas por Asturias o Castilla y León”, explica. “Pero desde Madrid es más fácil hacer todos estos viajes”.

Además de una ocasión para revisitar Rubielos anualmente, el cuarteto Victoria Ensemble, cuya última fecha confirmada para este verano es el 18 de septiembre, durante el Festival Internacional del Castillo de Peñíscola supone para Arribas vivir la música desde una perspectiva más completa. “La faceta del trabajo en una orquesta me apasiona, sentir que tocas en un sinfónica con un repertorio bellísimo es estupendo. Pero para mí es necesario complementarlo con el trabajo en una formación pequeña, de cámara, donde desarrollas un proyecto más personal y tocas piezas más pequeñas”.

La vocación de Almudena Arribas nació y comenzó a cultivarse en la Escuela de Música de Monreal del Campo, y aunque ha vivido en los últimos años en grandes ciudades como Aquisgrán (Alemania), Valencia o Madrid, su vinculación con la España rural siempre se ha mantenido viva. La turolense acaba de participar por segundo año consecutivo en el Festival de las Artes en el Medio Rural, que ha tenido lugar en varias pequeñas poblaciones de Asturias. Está dirigido por el flautista oscense Guillermo Laporta y la pianista palentina Josefina Urraca, artistas que desde que trasladaron su residencia de Nueva York a Leiguarda, una aldea del concejo asturiano de Belmonte de Miranda, organizan un ciclo de arte itinerante en el que música, escultura o artes plásticas se funden con el territorio en una cita adonde acuden artistas de prestigio internacional. “Es un proyecto que me encanta”, asegura Arribas, “que nace con el objetivo de llevar la música clásica y otras artes hasta el último rincón, yendo por varios pueblecitos, por poca población que tengan”.

Eso incluye conciertos atípicos, en escenarios atípicos y ante públicos muy reducidos, que convierte cada recital en una experiencia inolvidable también para los músicos. “Hemos tocado en un hórreo un repertorio barroco de Bach, en una capilla pequeñita hicimos una proyección de luz con música electrónica, y el año que viene quieren poner en marcha una instalación al aire libre. Es un proyecto precioso”, afirma Almudena Arribas.