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“El Valle de los Caídos debería ser algo parecido a la ESMA” “El Valle de los Caídos debería ser algo parecido a la ESMA”
Eduardo Ranz, durante la ponencia que ofreció este viernes en las Jornadas de la Memoria Histórica de Teruel

“El Valle de los Caídos debería ser algo parecido a la ESMA”

Eduardo Ranz y Fernando Martínez, en las Jornadas de la Memoria de Teruel
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“El Valle de los Caídos debería acabar siendo algo muy parecido a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires, un museo que sea testigo de lo que ocurrió, pero no lo que es ahora, un lugar alejado de cualquier símbolo democrático”. Así se expresó este viernes el abogado madrileño Eduardo Ranz, que compareció  en Teruel durante las Jornadas de la Memoria Histórica, junto al almeriense Fernando Martínez, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Almería. 

Ranz es el abogado de las familias que han pedido la investigación y exhumación de los restos de sus familiares represaliados en el osario del Valle de los Caídos, y que están a la espera de un informe tras los trabajos preliminares que se realizaron el lunes. “Queremos superar esta fase para que la siguiente sea la de la exhumación de los restos, y en el caso de que el informe no sea positivo, esperaremos que nos propongan otras vías de reparación”, explicó el madrileño. 

Ranz, que centró su conferencia sobre los símbolos franquistas que subsisten a pesar de la Ley de Memoria Histórica de 2007, explicó que con este proceso en el monumento que acoge los restos del dictador Franco “se ha iniciado un camino humanitario que sienta un precedente para otras familias que reúnan documentación y puedan abrir una vía de exhumación de sus padres o abuelos. Y en términos generales es el comienzo de una resignificación que hace falta en democracia”. 

La ESMA a la que se refirió Ranz es un centro de tortura y exterminio que funcionó durante la última dictadura militar argentina, y que en la actualidad alberga un Memorial para la Defensa de los Derechos Humanos. 

Símbolos

Ranz ha llevado a cabo más de 500 acciones legales contra municipios que incumplen la Ley de Memoria Histórica manteniendo calles o monumentos con el nombre de políticos o militares fascistas de la guerra civil y la dictadura. “Y eso en términos generales, con avenidas Generalísimo, José Antonio, etcétera... Si nos refiriésemos a calles con nombres de falangistas locales o gobernadores civiles la cifra se multiplicaría por seis”.

Ranz, que ha llevado esas demandas a título particular, explicó que “el gran problema es que la Ley de Memoria Histórica es una ley humanitaria, y como toda ley humanitaria no tiene plazos ni sanciones. Esto ha hecho que alcaldes y obispos decidan no cumplir la ley y que ese incumplimiento les salga gratis. Eso es algo que hay que cambiar. En cualquier caso, decidir qué ley se cumple y qué ley no se cumple en un territorio no es propio de demócratas, sino de dictadores”.

Castilla León es la Comunidad Autónoma que mantiene un mayor número de calles, monumentos y placas en memoria de los ganadores de la guerra civil, y al otro lado se sitúa el País Vasco, “que es la única Comunidad que ha respetado completamente la Ley de Memoria Histórica”. En Aragón ha llevado 22 demandas, seis de ellas en Teruel. 

Tras Eduardo Ranz, compareció en las jornadas de Memoria Histórica el catedrático e investigador Fernando Martínez, quien habló de la razón de ser de la Memoria Histórica: “Es bien fácil. Ha habido un tratamiento asimétrico en relación con la reparación de las víctimas. Mientras que a los vencedores se les reparó moral y económicamente, a los vencidos se les criminalizó y se les eliminó simbólicamente”. “No hay que pasar página olvidando. Este país solo pasará página y cerrará las heridas cuando abra las fosas y entregue las víctimas a sus familias, aseguró.