El patrimonio cultural y artístico de Calamocha crece con tres obras de Luis López

El Ayuntamiento de Calamocha ha adquirido tres esculturas del artista Luis López. EL patrimonio cultural calamochino se ha visto ampliado con la llegada a su colección de tres obras del escultor nacido en la capital del Jiloca y afincado en Mallorca que ya expuso en la sala José Lapayese el pasado mes de abril.

El Beso, Dédalo y El Último Tren son las tres composiciones con las que se ha hecho el consistorio. se trata de tres tallas en madera cargadas de simbolismo y expresividad.

Mostrar una parte de su producción en su pueblo natal, en el que vivió su juventud y con el que nunca ha perdido el contacto, fue para Luis López “como un regalo o lo que fuese, o un homenaje” y reconoció abiertamente que cuando se lo propusieron le “encantó”. “ Fue una exposición de 15 obras que eran tallas de madera con metal y alguna talla de resina de poliéster”, recordó el artesano. Las obras con las que debutó su trayectoria expositiva en Calamocha estuvo “dentro de su estilo”, reconoció , en el que “cada escultura lleva un mensaje o una sensación”.
 

Las tres obras adquiridas por el consistorio se expondrán en el homenaje que se prevé realizar final de año a José Lapayese con motivo de su aniversario. El alcalde Manuel Rando aseguró que "el equipo de Gobierno sigue apostando por la cultura y sigue estimando que la cultura es la mejor inversión. En este caso en arte, el arte de un gran artista de la tierra que conserva muy arraigadas sus vivencias y que se considera calamochino”.

Los trabajos

Las tres obras adquiridas por el Ayuntamiento están realizadas en madera. “Estoy a la espera de algún día tener dinero para poder hacerlas en bronce”, reconoció ayer el artista. “Hacer ahora fundición es muy caro, es carísimo y son prototipos en madera”, explicó.

El Último Tren quiere ser un homenaje a la gente de los años 50, 60 y 70”, dijo el autor, refiriéndose a una época en la que “no había la cantidad ni la facilidad de tener juguetes y siempre lo que nos llamaba la atención era un tren”. Este trabajo supone una simbiosis entre el guiño a los juguetes de la infancia, idealizado en ese “tren que no tuvimos”, y el el tren que nunca nos deja o que siempre cogeremos, que es el último”. “Y con ese pensamiento, esa concordancia, pues pensé en esa escultura”, resumió.

Dédalo estaba incluida en una colección dedicada a la mitología romana y griega. “Sobre esta mitología lo simbolizo en dos semillas, que son las dos alas, que son estas semillas que las tiras al aire y caen dando vueltas”, explicó Luis López señalando que “son las alas de Dédalo”. El conjunto se completa con otro par de alas, de dimensiones más reducidas y confinadas en una urna de cristal “que eran las de Ícaro, eran unas alas rotas”.
 

La tercera obra de las adquiridas por Calamocha es un homenaje al cuadro de Klimt El Beso. “Está la figura femenina, que es más sutil, como quien dice bailando, y la figura masculina queda a la sombra y está hecha en resina con partículas de latón. Pero todo la misma pieza”, explicó el autor.

Próximas colaboraciones

La visita de Luis López a la capital del Jiloca en el mes de abril no fue ni la última ni un hecho aislado.

El artesano regresará el próximo mes de diciembre para presentar públicamente sus obras, que se expondrán de nuevo junto a otros trabajos en el homenaje que Calamocha rendirá a Lapayese. “Después habrá una pequeña sorpresa de la que no puedo adelantar más”, dijo el escultor sin dar más pistas.