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El órgano de la Catedral de Teruel romperá hoy viernes una década de silencio El órgano de la Catedral de Teruel romperá hoy viernes una década de silencio
Imagen del órgano de la Catedral de Teruel, recién restaurado por el maestro organero guipuzcoano José Antonio Azpiazu. J. A. V.

El órgano de la Catedral de Teruel romperá hoy viernes una década de silencio

Martínez Gil ofrece esta tarde un concierto tras la restauración del maestro José Antonio Azpiazu
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El órgano de la Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel volverá a sonar hoy viernes por la tarde, en un concierto que comenzará a partir de las 18.00 horas con José Martínez Gil, el canónigo organista emérito, al teclado. El recital, en el que podrán escucharse desde temas de música sacra o gregoriano hasta composiciones del siglo XIX como la celebérrima Marcha Nupcial de Mendelssohn, está organizado con motivo de la finalización de los trabajos de restauración del instrumento, que se han desarrollado durante los últimos cinco meses con un coste de 82.200 euros.

José Martínez Gil es el canónigo organista emérito de la Catedral de Teruel, además de autor de la tesis doctoral La música en la Catedral de Teruel y presidente de Honor de la Asociación Cultural Banda de Música Santa Cecilia de Teruel. Él será el encargado de volver a hacer sonar este instrumento a partir de las 18.00. Contará con la ayuda de Mari Carmen Muñoz, profesora del Conservatorio Profesional de Música de Teruel, que introducirá los temas que se interpretarán.

Detalle del secreto de órgano antes de la restauración, con abundante polvo, escombro y zonas quebradas

El encargado de los trabajos de restauración ha sido el maestro organero José Antonio Azpiazu, de Azpeitia (Guipúzcoa), que operó especialmente en el secreto, notablemente agrietado, en las electroválvulas y en la limpieza del instrumento. El secreto del órgano es la parte del instrumento que comprende el arca de vientos, algo así como la caja de madera superior sobre la que asientan los tubos, por encima del sistema de fuelles y motor que impulsa el aire a través de ellos. Según Azpiazu, “la madera del secreto estaba bastante agrietada en alguna de sus partes”, probablemente debido a los grandes contrastes de temperatura a los que ha estado sometido durante los últimos 60 años. El organero explicaba que “el órgano es un instrumento muy delicado. Hay que tener en cuenta que cualquier instrumento, incluso una trompeta, ya sufre mucho con los cambios de temperatura, y en el caso del órgano provoca muchos problemas”.

Además el organero ha cambiado las pieles membranosas de las electroválvulas, una especie de almohadillas blandas que controlan el flujo de aire a través de los tubos en función de las teclas que se accionan. “Son las únicas piezas que se han tenido que reponer porque en realidad tienen una vida de 50 o 60 años, y era necesario hacerlo”, según Azpiazu.

Detalle de algunas de las electroválvulas que han sido repuestas

Por último fue necesario una limpieza a fondo de todo el instrumento, ya que “tenía mucho polvo y escombro”. Según el constructor de órganos, “puede decirse que el órgano de la Catedral de Teruel ha quedado en su estado original, sencillamente con las pieles de las electroválvulas cambiadas, y está listo para volver a ser usado”.

El presupuesto para la restauración del órgano se solicitó en marzo de 2021, según el Vicario de la Catedral, Alfonso Belenguer, y en octubre comenzaron los trabajos que terminaron hace apenas una semana.

Belenguer especificó que la restauración se ha financiado con fondos de la Fundación Ibercaja (20.000 euros), de la Diputación Provincial de Teruel (15.000 euros) y de la dirección general de Patrimonio del Gobierno de Aragón (5.000 euros). El resto, 42.800 euros, proceden de “donaciones particulares y anónimas de turolenses, algunas de ellas muy generosas”. Alfonso Belenguer quiso hacer público su agradecimiento a las instituciones y administraciones que han cofinanciado la reparación y a los donantes particulares, “gracias a los cuáles se han podido hacer unos trabajos que eran muy necesarios y esperados desde hace tiempo, porque una Catedral sin un órgano en funcionamiento es algo poco habitual”.

El instrumento, que según los responsables catedralicios llevaba en torno a una década mudo, volverá a utilizarse “siempre que se pueda” en las misas y los oficios litúrgicos, acompañando a los mismos, ya que “esa es la función primordial de este tipo de órganos”, según Alfonso Belenguer. Pero el Vicario no descarta que se puedan celebrar conciertos como el de esta tarde con cierta regularidad, “ahora que ha quedado perfectamente dispuesto para que suene”.

José Antonio Azpiazu, durante los trabajos de restauración del órgano

José Antonio Azpiazu explica que no hay razón para que no puedan realizarse “uno o dos conciertos al año”, aunque también advierte que “el órgano de la Catedral de Teruel, aunque es muy completo, no es el más apropiado para ofrecer conciertos. No es que sea ni mejor ni peor, sino que no fue construido para conciertos sino para acompañar actos litúrgicos”.

Según Azpiazu, que nada más terminar su trabajo en Teruel marchó a Comillas, donde está trabajando sobre el órgano de la Universidad Pontificia de Comillas, explica que tanto los registros musicales que es capaz de reproducir como su propia colocación, cerca del coro, son los propios de órganos concebidos para el acompañamiento litúrgico. “Los órganos apropiados para los conciertos tienen otro tipo de características, tienen un registro más amplio y facilitan al organista la interpretación de piezas más complejas”.

Por otro lado, hace unos días se inició un procedimiento en el Gobierno de Aragón para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) medio centenar de órganos aragoneses, trece de los cuales están situados en la provincia de Teruel. El de la Catedral no está incluido en el listado y, aunque ahora está abierto el periodo para solicitar la inclusión de más órganos, Alfonso Belenguer opina que la declaración de BIC se refiere a “órganos históricos construidos quizá durante los siglos XVI, XVII o XVIII, y el nuestro es de mediados del siglo XX”. No obstante Belenguer aseguró que se informarán por si fuera apropiado solicitar la inclusión.

Detalle del teclado del instrumento

Restaurado por el hijo del constructor del instrumento

José Antonio Azpiazu Mateos es hijo del José Antonio Azpiazu Gómez, que fue quien construyó el instrumento de la Catedral de Teruel en 1958, y que falleció en 2020. El instrumento que está en Teruel fue construido cuando Azpiazu trabajaba en Organería Española Sociedad Anónima (OESA), que cerró en 1975. Entonces fue cuando Azpiazu padre fundó el Taller de Organería José Antonio Azpiazu en su Azpeitia natal, una de las localidades de más larga tradición en la construcción de órganos modernos en España. Este taller ha trabajado en instrumentos como el del Teatro Real de Madrid, el Palacio de Música de Barcelona, la Parroquia San Pío X de Lourdes o el Valle de los Caídos.

Según la tesis doctoral de José Martínez Gil La música en la Catedral de Teruel, este actual órgano del templo de la capital, de mediados del siglo pasado, sustituyó a otro, que fue destruido durante los bombardeos de la Guerra Civil, y que databa de 1685. Fue construido por José Sesma, y según el estudio de Martínez Gil “se dijo que era el mejor órgano de toda la producción” del zaragozano.

Y todavía hubo un órgano anterior en la Catedral, según la tesis doctoral, en 1510, creado por Joan Alemany, nombre con el que se conoció al organero alemán Joan Spindelnoguere, que trabajó abundantemente en España y fue uno de los más reputados del tránsito del siglo XV al XVI.

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