El III Festival Ilustrado llega a su final tras acercar arte y música al centro de Teruel
La tercera edición del original evento reunió a un numeroso público en las distintas actividadesLa tercera edición del original Festival Ilustrado llegó este sábado a su final. Lo hizo tras una semana cargada de actividades que tuvieron al centro de la capital turolense como escenario protagonista. El plato fuerte, sin embargo, fue la carpa instalada en las inmediaciones del Archivo Provincial, donde se desarrollaron las batallas entre músicos y artistas, que captaron la atención de un buen número de asistentes. Aunque no solo allí se pudieron contemplar obras de arte.
En la plaza del Torico, el más madrugador fue Adrián Zapater, que comenzó a trabajar en su particular pieza artística pasadas las once de la mañana. El artista turolense tenía como lienzo un Hyundai Kona y aprovechó la oportunidad para convertirlo en una verdadera obra de arte. El objetivo de Zapater era homenajear la obra de Alexander Calder, que ya pintó sobre un automóvil en los años 70. Tras una primera capa en tonos azules, rojos y amarillos, que el artista realizó por la mañana, a lo largo de la tarde fue añadiendo diferentes elementos y un entramado de caligrafía con rotuladores. Letras con gotas que chorreaban que pretendían darle a la obra un aspecto informal y descuidado, para no perder la esencia del graffiti de la calle.
La idea llegó del concesionario RM Automoción, que se la trasladó a la organización y aceptaron desarrollarla. Ahora el vehículo permanecerá pintado durante un breve periodo de tiempo y podra verse circular por las calles de la capital turolense. Aunque habrá que retirar algunos de los motivos que cubren parte de los cristales y elementos que dificultan la conducción. Posteriormente saldrá a la venta y aunque la intención es eliminar la obra del artista, si el comprador lo desea, podrá adquirirlo originalmente decorado.
Talleres infantiles
También algo más tarde de las once de la mañana comenzaron en la plaza San Juan los talleres infantiles. Organizados por distintas edades, los escolares pudieron aprender distintas técnicas de expresión artística de la mano de grandes profesionales. Los más pequeños, de 3 a 6 años, trabajaron en el diseño de máscaras con Marta Boza, los de 6 a 12 años ilustraron con Harsa, y los más mayores a partir de 12 años conocieron el arte del graffiti con Hugo Casanova. Además, una vez que los jóvenes finalizaron su trabajo con el spray, Casanova finalizó la obra escribiendo Festival Ilustrado sobre la mezcla de colores.
Paralelamente, el Cine Maravillas albergó la conferencia del popular Javier Mariscal, que hizo un recorrido por su trayectoria y por algunos de los artistas y corrientes artísticas más relevantes. La jornada de la mañana finalizó con un vermú en La Fonda del Tozal, amenizado por el grupo Morirán Todos!, que ya actuó en la noche del viernes. Allí se reunieron muchos de los asistentes a las distintas actividades durante la jornada.
Por la tarde, la Escuela de Artes acogió una mesa redonda de ilustración que contó con la participación de Javirroyo y Miguel Gallardo. Este último es uno de los creadores de la revista Makoki, y creador del personaje. Además, colabora habitualmente en La Vanguardia, El País o The New York Times.
La batalla final
La batalla final de músicos contra ilustradores comenzó algo antes que en la noche del viernes, a las ocho menos cuarto de la tarde. Los primeros en subirse sobre el escenario fueron Jucio Kareado, seguidos por los turolenses Chocabeat y The Ballaguers. Entre tanto, en el flanco iban desfilando numerosos artistas e ilustradores que proyectaban sus obras en una gran pantalla tras los músicos.
Cada uno de ellos disponía de entre 10 y 15 minutos para realizar el máximo de dibujos posibles. En directo se podía ver cómo los desarrollaban y el público permanecía atento mientras los músicos tocaban. Aunque conforme el ritmo de la música iba en aumento, también comenzaban los bailes a lo pies del escenario.
Algo antes de las once de la noche llegó el turno de Black Islands, que contaron con la intervención artística Raychel Carrión. Después de ellos, fueron Clarence Bekker y Aurora & TB, que cerraron las actuaciones de la noche. No obstante la música continuó de la mano de Dj Belle Fleur, que prolongó la fiesta que había en la carpa hasta pasadas las tres de la madrugada.
Así finalizó la edición más espectacular del Festival Ilustrado, que promete volver a enfrentar a músicos y artistas al año que viene, con mucha más competencia y novedades que ofrecer. Hasta entonces, queda el buen sabor de boca de un original evento realizado en la capital turolense.
Javier Mariscal llenó el Marín
Una de las citas más esperadas en la jornada del sábado fue la conferencia de Javier Mariscal. El diseñador de afamadas ilustraciones como Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona, o de los personajes de la película Chico y Rita, repasó parte de su trayectoria y recordó a algunos de los artistas que más le influyeron a lo largo de sus años de experiencia.
La cita comenzó con algo más de media hora de retraso por motivos técnicos, aunque el contratiempo no impidió que el Cine Maravillas albergara a un buen número de personas. Con ritmo rápido para poder visualizar las más de 700 diapositivas que conformaban la presentación, Mariscal comenzó su intervención recordando el objetivo de su trabajo: “sorprender y fascinar” y la manera de alcanzarlo, con “inspiración, referencias e influencias”.
Los primeros que impresionaron al artista, según aseguró, fueron los primeros futuristas, consiguiendo plasmar el reflejo del movimiento. También Miró captó su atención, gracias a los elementos abstractos, o Kandinski, con sus elementos compuestos de miles de colores.
Combinando con sus referencias, Mariscal mostró también algunos de sus trabajos inspirados por los artistas que mencionaba, como Twypsy. Este personaje llegado desde un pasado tan lejano como el Big Bang, fue creado por el artista como mascota para la Expo Hannover 2000. Mariscal también mostró alguno de sus trabajos más destacados para la famosa The New Yorker.