El IAACC Pablo Serrano rinde tributo a la obra más reciente del pintor turolense Gonzalo Tena

Cualquier artista se siente orgulloso de que se homejee su carrera y su trayectoria pasadas, pero todavía más de que se valore la obra más actual, la que sigue realizando hoy en día. Al menos es lo que asegura el pintor turolense Gonzalo Tena (Teruel, 1950), protagonista de la exposición que se abrió ayer al público en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano de Zaragoza, que reúne parte de su obra más reciente y que podrá visitarse hasta el próximo 6 de marzo de 2022.

La muestra está comisariada por Leo Tena, y recorre los últimos quince años de su quehacer pictórico, con una selección que comprende un total de 31 creaciones, muchas de ellas series, que en total suman más de 700 piezas. Entre ellas hay algunas que cuentan ya con algunos años, como las obras correspondientes a sus estudios sobre elpintor flamenco Bruegel El Viejo, acompañadas del documental Bruegel oculto, de José Miguel Iranzo y Pimpi López Juderías, y de otras mucho más recientes, realizadas durante la pandemia.

Gonzalo Tena fue reconocido con el premio Aragón Goya en 2017, y durante los últimos tiempos ha sido objeto de dos grandes exposiciones retrospectivas, en el Museo Provincial de Teruel y en el Salón de la Villa de Puertomingalvo. Pero el pintor se siente especialmente satisfecho porque ahora se exponga su obra más reciente, en la que mantiene su eterna exploración sobre las posibilidades de la pintura y sus relaciones con el lenguaje, una de las grandes obsesiones que siguen acompañando la actividad creativa del turolense. “Tengo la esperanza de que quien vea la exposición siga sorprendiéndose, siga percibiendo el cambio en mis obras”, explica Tena. “Para mí pintar es pensar, y quien piensa siempre evoluciona y avanza. Me hace feliz que siga generando interés mi trabajo más nuevo”, sin que eso signifique renegar ni un ápice de las pinceladas del pasado que le han llevado al presente.

Y más todavía cuando la exposición tiene lugar en el IAACC Pablo Serrano, una de las salas más importantes de Aragón y a la que da nombre el artista de Crivillén “con el que tuve una gran relación. Ese museo tiene mucho de sentimental para mí”, asegura.

Buena parte de las obras expuestas es un conjunto de creaciones realizadas sobre cartulina y PVC, en los que plasma diferentes grafismos valiéndose de materiales con los que les proporciona cuerpo, como si de pintura escultórica se tratara. Tena concibe muchas de sus series como composiciones integradas por una gran cantidad de piezas reiterativas de idéntico tamaño y formato, ejemplo de lo cual es la serie Color-Dolor, con 545 piezas presentadas en vitrina, o Servet 131, con 131 cartulinas disputas directamente en pared con un esquema meticulosamente predeterminado.

El espectador que visite la muestra se encontrará con un artista para quien la actividad pictórica tiene un componente necesariamente crítico -”en mi obra siempre trato de que haya ironía implícita y una crítica al orden establecido”, sostiene -. Si para Tena pintar es crear volumen y pensar, también es una actividad íntimamente ligada al acto de escribir.

Ambas actividades -pintura y escritura- se confunden y se funden en la mayor parte de su obra, en el sentido de que la escritura es el elemento de representación que plasma sobre el soporte de cartulina, como si de las páginas de un libro se tratara, en ocasiones rompiendo la nautra estructura silábica de las palabras, como en díaaldía, inspirada en Gertrude Stein, una de sus grandes referencias artísticas, y en otras jugando a contraponer la semántica del texto y de la pintura, como en el caso de sus Pinturas negras o Colores falsos. Esta pasión por el lenguaje y sus posibilidades gráficas da lugar también a obras como Rongorongo o Maya, escrituras en las que trabajaron otros como el lingüista ruso Yuri Knorosov.

En otra ocasiones la escritura-pintura es un ejercicio casi literal. Como en el caso de Sagradas Escrituras o Grandes formatos, en los que un aparente batiburrillo de letras de diferentes colores forman la composición.

Gonzalo Tena asegura que esos cuadros no están pintados sino escritos, y que de hecho corresponden a diferentes fragmentos de libros, de citas, pensamientos, recuerdos o experiencias del propio pintor, que escritas de forma anárquica, en diferentes colores y diferentes capas, quedan atrapados al final en un lienzo criptográfico imposible de interpretar desde el punto de vista textual. “No creo que nunca nadie llegue a descifrar lo que pone en esos cuadros”, explica Tena, “pero te aseguro que son textos que yo he escrito. Y espero que no se llegue a descifrar nunca, porque hay fragmentos muy críticos y alguna que otra burrada”, bromea Tena.

El carácter y la letra sigue siendo protagonista incluso de las obras que hacen referencia en mayor medida a las figuras, orgánicas y de formas concretas pero sinuosas, y siempre enmarcadas, bien como continente o bien como contenido de letras, palabras o carácteres en aparente -solo aparente, insiste el artista- desorden.

La exposición incluye la edición de un catálogo con textos de Leo Tena y Alejandro Ratia, que analizan la obra artística y la condición de Gonzalo Tena como creador que se sitúa entre la pintura y la escritura, pintando y escribiendo, tal y como queda reflejado en el texto que él mismo firma para el catálogo.

Premio Aragón Goya 2017

El pintor Gonzalo Tena fue elegido por unanimidad del jurado como Premio Aragón Goya 2017, un galardón que contó con el patrocinio de Térvalis, que aportó los 10.000 euros de un premio que recuperó la dotación económica, y que reconoce la labor continuada o de especial notoriedad en el ámbito de las artes plásticas y visuales de artistas aragoneses o especialmente vinculados con esta Comunidad.

El jurado le concedió esta distinción por ser un referente en el contexto nacional, aragonés y por su compromiso con el territorio. Asimismo, distinguió la calidad de su trabajo plástico desde sus inicios como integrante del grupo Trama y su personal y constante exploración de las relaciones entre palabra e imagen.