El Festival Enluquecidos no se arruga ante la DANA y la desafía con carcajadas y un plan B

La segunda edición del Festival Enluquecidos, que arrancó el viernes en la localidad de Luco del Jiloca, hizo bueno el dicho “a mal tiempo, buena cara” y desafío con sonrisas y carcajadas a la DANA que atenazaba a toda la península ibérica durante el fin de semana. Las encargadas de abrir el fuego del humor el sábado por la mañana fueron Las Couchers, con su espectáculo Charlas de Azucarillo, cuyo escenario tuvo que trasladarse al pabellón multiusos para resguardarse de la incipiente lluvia que amenazó durante la mañana después de haber dejado un buen chaparrón matinal. La mañana dejó, además, el récord de una sorbida multitudinaria de flanes estableciendo la marca en 150 unidades, y un lleno absoluto en la Fideguay, repartiendo las 300 raciones disponibles de fideuá de longaniza y ternasco de Aragón.

Por la tarde, la lluvia volvió a trasladar a cubierto algunos de los espectáculos de Y Tan Panchas, Juako Malavirgen y Roberto Montañés, Raúl Massana y Pepín Tre, que recibió el premio Remolque de Honor de la organización del festival.

Uno de los responsables del festival, Roberto Montañés, recordaba ayer que a primera hora de la mañana llovió “fuerte, fuerte” con una “tormenta importante” y, aunque durante la sesión matutino las precipitaciones remitieron quedándose en una ligera llovizna, la actividad se trasladó bajo techo al pabellón, mantuvo viva la intención de matener en el exterior tantas actuaciones como el tiempo permitiera. “Los espacios son mejores ya que el pabellón es chiquitito con limitaciones”, como quedó acreditado con la actuación de Las Couchers, en la que no cabía un alfiler en el recinto.

De hecho, la organización de Enluquecidos llevaba toda la semana anunciando que había un plan B para evitar que quien tuviera previsto acercase a esta localidad del Jiloca cambiase de opinión ante la alerta metodológica. “El plan B es el pabellón”, reconoció Montañés, que explicó que esta opción afectaría en cuanto al aforo “porque en el pabellón solo entran unas 300 personas mientras que en los otros espacios no hay ningún problema”. Aunque la amenaza consumada de la lluvia pudo haber contenido la llegada de público al festival, la organización confía en mantenerse al cabo del fin de semana, a pesar de todo, en cifras superiores a las de la primera edición. De hecho, las actividades del viernes, como la Catacaldos o la actuación de Riki López en el escenario Remolque, repitieron los datos de 2022. “Este año hay muchas más cosas y mucha más infraestructura que el año pasado’, reconoció Montañés.

Además, el viernes se entregaron los premios del I Concurso de Microrrelatos Enluquecidos. José María Solís ganó el primer premio con Basilea 1516, Patricia García Marín fue segunda con Tonto, y el relato de Nerea Díaz fue tercero con Perspectiva.

Y un huevo frito

De todas las formas y tamaños, los huevos fritos volvieron a ser protagonistas de la puesta en escena del festival Los distintos espacios del municipio, los escenarios e incluso el puesto de venta de artículos de broma tenían huevos fritos.

Un gran huevo frito era el centro del fondo del escenario del pabellón en el que por la mañana triunfaron Las Couchers con su espectáculos Charlas de Azucarillo en el que regalaron una delirante parodia de las charlas de autoayuda que proliferan por Internet, de los gurús y de los charlatanes que prometen mejorar las vidas de quienes los escuchan. Su desternillante puesta en escena recuerda a algunos de los nombres de referencia del humor internacional derrochando frescura, inteligencia y visión crítica, enlazando unas bromas con las siguientes de una manera ejemplar y recurriendo, dentro del mismo espectáculo, a registros realimente diferentes.

Además de músico y humorista, Juako Malavirgen colabora con la organización del Festival Enluquecidos. Además de su labor entre bambalinas, el viernes fue el conductor de la actividad Catacaldos y ayer por la tarde, junto a Roberto Montañés, desató una tormenta de risas con su particular Risión de las máquinas: Siri vs Google en el que los dos asistentes por voz de telefonía móvil se enfrentaron en un duelo de sentido del humor. Malavirgen huyó ayer de calificar esta actuación como un espectáculo porque “lo primero, tendría que tener pies y cabeza”, dijo, de un número que “es una ida de olla de Roberto Montañés y mía, que queríamos hacer desde hace años”. Aunque Alexa y Siri son asistentes que “todo el mundo tiene en su casa para que le haga la vida más fácil, al final solo se usan para que te cuenten chistes”, explicó tranquilizado después de haber llegado a la conclusión de que, “de momento, la inteligencia artificial no nos va a quitar el trabajo a los cómicos porque cuentan chistes que dan vergüenza ajena”. Malavirgen, destacó de Enluquecidos que “es como una traca” en referencia a lo rápido que pasa el fin de semana y todos el trabajo que tiene detrás en su preparación.

Un libro en una hora

El dibujante e ilustrador Xcar Malavida dirigirá la actividad Taller de Cómic en la que enseñará a los chavales “en una hora a escribir y dibujar un libro”, explicó ayer. Sobre su taller, explicó que su “plan es enseñarles a hacer un libro escrito y dibujado entero en una hora”. Xcar Malavida participó ayer en todas las actividades que se fueron desarrollando en los distintos escenarios y espacios del festival haciendo caricaturas de los protagonistas para subirlas durante un tiempo limitado a sus redes sociales.

A pesar de que el festival bajará el telón a la hora de comer, la actividad será frenética en las últimas horas de esta segunda edición. Sin poder evitar mirar de reojo al cielo, se ha previsto el Colestelove, en el que se prepararán huevos fritos con patatas, y actuarán Raúl Massana con el espectáculo Vendo Humo, y Wilbur y los Motivaos.

Guiño a ‘Top Secret’ con la venta de “artículos de coña”

Bajo una carpa, a las puertas del pabellón multiusos, la organización del festival Enluquecidos montó un puesto de venta de artículos de coña, coñas marineras. Este guiño a uno de los clásicos del cine de humor del siglo XX, la película Top Secret, se ambientó con una maleta de cuero como la que el espía de la película llevaba las bromas que le hacían de tapadera.

En el interior del equipaje habia cojines de pedo, botes de salsa de tomate, huevos fritos de ganchillo para prender de la solapa o en forma de pendientes y, por supuesto, “zurullos de coña”. Por lo que se ve, esta vez sí que trabaja ese artículo.