El curso de Espido Freire en la UVT, telemático: “Escribir una novela no es algo que se pueda hacer por intuición o por instinto”

Más allá del drama humano, económico y social que la pandemia está significando, uno de sus efectos positivos colaterales es que se está universalizando el uso inteligente de las tecnologías de la información. Muchos han tenido que adaptarse a regañadientes, otros han integrado pronto las ventajas que ofrece el mundo virtual y los hay que, incluso, venían con los deberes hechos desde hace años, cuando casi nadie sabía qué demonios es un coronavirus. 

Es el caso de la escritora vizcaína Espido Freire. Su nombre evoca títulos como Irlanda o Melocotones helados, nos recuerda que se puede ganar el Premio Planeta con 25 años y nos lleva directamente a una de las citas clásicas de la Universidad de Verano de Teruel, el curso de creación literaria que dirige desde hace casi dos décadas. 

El lunes arrancó una nueva edición aunque lo hizo en formato online, por vía videoconferencia. “No es un apaño, sino una herramienta formidable para hacer las cosas”, asegura Espido, “Lo maravilloso es poder combinar los formatos presenciales y online, y el problema es que la pandemia obliga a sustituir lo presencial por lo virtual. Pero eso no durará siempre”. 

Ayer se celebraron las dos primeras sesiones de las cinco previstas hasta mañana miércoles, con presencia a través del streaming de un público muy variado, desde jóvenes estudiantes hasta personas jubiladas. “Ese espectro tan variado del público fue el que nos decidió finalmente a que primara la seguridad e hiciéramos el curso de forma online”. “Sabíamos que perdíamos el público que tiene más resistencias tecnológicas y el factor de proximidad, que para mí es importante, pero era lo más inteligente”. 

En cuanto al aprovechamiento del curso, Espido no tiene dudas gracias a la experiencia acumulada. “Llevo tres años como directora del Máster de Creación Literaria de la Universidad Internacional de Valencia, tengo mucha experiencia en la formación online y sé de sobra que los resultados son muy buenos. Este tipo de herramientas y de formación es algo que quise incorporar a mi oficio hace años, y en ese sentido tengo cierta ventaja ya sobre quien ha tenido que reciclarse ahora”. 

El mundo de la novela

Más allá de otros géneros y formatos, este año el curso dirigido por María Laura Espido Freire se centra en cómo debe abordarse el trabajo en una novela. No siempre ha sido así y en otras épocas ha dominado la poesía o el teatro, desde finales del XIX “la expresión literaria más exitosa y aceptada por el público es la novela”, según Espido, “siempre que nos refiramos a la literatura y no al audiovisual, que es otro tipo de narrativa”. 

Tanto es así que la primera parte del curso se centró en mostrar el recorrido histórico de la novela, “cómo llegó, a qué sustituyó y con  qué se complementa”. A este respecto, Espido Freire distingue entre la novela de género, como la rosa, la negra o la histórica o la novela literaria o pura. “Este tipo de novela rompe el género o se sale de él. La histórica o la negra es más previsible, pero la literaria puede llegar a confundir la realidad, supone una estructura más compleja y un desafío lingüístico mayor”, tanto para el escritor como para el lector. 

En el curso se abordan temas como el tiempo de la novela, su espacio, los tipos de  narrador o los personajes, pero también se desbrozan algunos de los mitos que existen en torno al género. Entre ellos está su dificultad. Para algunos escritores noveles o no tanto, con experiencia en cuentos o relatos, la novela larga parece una especie de ogro inalcanzable: “Esto ocurre porque la novela no se puede escribir por intuición o por instinto, cosa que a veces, otras no, puede hacerse con el relato”, explica Espido. “La novela requiere unos conocimientos técnicos que en ocasiones no tienen los aspirantes, que tienen buena capacidad de redacción, o de análisis, como ocurre con muchos periodistas, profesores o psicólogos. Pero el formato de novela requiere aptitudes que puede que se te escapen si nadie te las ha enseñado”.

Novelar en tiempos de Covid

Para cualquier escritor es casi imposible renunciar a escribir una historia sobre la Covid-19, y en cualquier caso es difícil sustraerse a su influencia. Respecto a lo primero, Espido Freire recomienda tomar distancia temporal. “En novela nunca es recomendable escribir sobre algo que acaba de suceder o incluso está sucediendo todavía, como es el caso. La novela requiere tiempo y distancia”.

Y en cuanto a lo segundo, Espido afirma que “hay escritores que se bloquean ante situaciones de crisis y otros para quienes es todo un acicate. En todo caso lo que está ocurriendo tiene un componente emocional del que no se libra nadie”. Así que, del mismo modo que existen elementos que permiten describir o identificar las novelas escritas en determinados momentos históricos o en circunstancias concretas o especiales, como el periodo de entreguerras, el regeneracionismo y la crisis del 29, por citar tres ejemplos, quizá la pandemia genere algún tipo de sensibilidad especial reconocible en el conjunto de la literatura generada en este tiempo, incluso entre la que no hable estrictamente del coronavirus.

La vizcaína prepara una reedición corregida de ‘Diábulus in música’

Espido Freire lanzó dos novedades en 2019, la novela De la melancolía (Planeta) y La suerte está echada (Anaya), que cierra su trilogía de novela juvenil. Actualmente está trabajando en la corrección y reedición de Diábulus in Música, “una novela que salió en 2001, un año después del Planeta, y que pasó un poco desapercibida porque el Planeta de algún modo lo devora todo”. Diábulus in Música es una historia fantástica sobre fantasmas en escenarios contemporáneos, y cuyo título hace referencia al tritono o intervalo de cuarta aumentada (o quinta disminuida) –el intervalo del diablo–, del que se decía durante la Edad Media, por su extrema disonancia, que era una de las puertas a través de las cuales Satán era capaz de entrar en el mundo real. 

Además la vizcaína tenía previsto publicar un ensayo esta primavera, pero se ha aplazado hasta 2021 por la recesión que ha sufrido el mercado como consecuencia de la pandemia. “Afortunadamente para mí, tengo la actividad muy diversificada y no dependía tanto de conferencias o actos presenciales, pero en general la pandemia para el sector está siendo una tragedia y para quien dependía en buena medida de ellos está siendo un momento muy duro”, explica Espido. “Aún así tenía una agenda muy nutrida día a día, y un día de marzo se vino abajo absolutamente todo. El horror vacui me duró unas horas, y tuve un vértigo que hacía mucho que no sentía”.