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Diez ángeles que volverán a representar a Teruel en el Vaslav Nijinsky de Huesca Diez ángeles que volverán a representar a Teruel en el Vaslav Nijinsky de Huesca
La directora de la Escuela, Patricia Caro (centro), con los diez bailarines que concursarán en la capital oscense. M. Artigas

Diez ángeles que volverán a representar a Teruel en el Vaslav Nijinsky de Huesca

La Escuela de Danza Las Torres prepara el concurso internacional del próximo fin de semana
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Diez bailarines de entre 8 y 15 años de la Escuela de Danza Las Torres de Teruel participarán durante el próximo fin de semana en el Concurso Internacional de Danza Vaslav Nijinsky de Huesca. Se trata de Dysis Diaconescu, Cristina Pérez, Nuria Brusca, Isabel Hinojosa, Jasmine Raba, Raquel de Carlos, Celia Suárez, Erika Ariño, Lucía Marco y Marcos Aguilar. 

Ya es la cuarta ocasión en la que la cita contará con participación turolense, desde que Lorien Ramo acudiera en 2015 conquistando la segunda posición en su categoría. Desde entonces se ha convertido ya en tradicional para los turolenses, “porque motiva muchísimo a las chicas, que ya pueden fijar una meta a corto plazo. Trabajan algo que luego van a poner sobre el escenario ante un montón de público. Eso les motiva muchísimo, así que vimos que era necesario acudir todos los años”. 

El Concurso Vaslav Nijinsky es uno de los más importantes de España por la cantidad de participantes y su procendencia, ya que compiten bailarines de toda España, de Inglaterra, Rusia o Francia. El jurado está compuesto por algunas de las grandes referencias españolas de la danza, como Virginia Valero. La Escuela Las Torres de Teruel acude casi desde sus inicios, “porque tenemos que apoyarnos entre las asociaciones aragonesas y porque la Escuela Jaca en Danza lo organiza con mucho esmero y nos trata muy bien”, explica Patricia Caro. “Es un concurso donde prima la convivencia por encima de la competencia”. 

No todo es competir, y durante ese primer fin de semana de marzo los bailarines participan en una serie de clases magistrales a cargo de grandes maestros. Aún así cualquiera sueña con hacer un buen papel y llegar a las finales del concurso. “Es realmente difícil porque el nivel en Huesca es muy alto, aunque aquí hay chicas que pueden lograrlo”. En el Nijisky no pasan a la final un número dado de participantes, sino que lo hacen todas las que pasan de determinada puntuación. El pasado año el baremo en principio era de 80 puntos (sobre 100), que fue superado por varias participantes turolenses. Sin embargo el nivel de baile de aquella edición fue tal que el jurado tuvo que subir la nota de corte hasta los 90 puntos, así que se quedaron fuera. “Competimos con escuelas que tienen su propia compañía de danza y las chicas lo saben y se sienten muy orgullosas porque su nivel no desentona ni mucho menos. Si acaso la mayor desilusión viene porque acceder a la final te permite bailar una vez más ante el público, que es lo que más les motiva, por que el de Huesca es un gran escenario con mucho público, y para ellas es una experiencia inolvidable”.

Este año la Escuela Las Torres participará además en el concurso La Pointe, de Madrid, que tendrá lugar en primavera. 

 

Veteranas y debutantes

Bailarinas como Dysis Diaconescu o Cristina Pérez servirán como cabeza de puente en Huesca dada su veteranía, ya que a pesar de su juventud ya han participado en tres ocasiones en el Nijinsky. “Sin embargo las más pequeñitas aún no llevan dos años dando clases y lo van a hacer genial”, asegura Caro. 

Entre los más jóvenes está Marcos Aguilar, el único chico de la expedición turolense que bailará en Huesca. “Todavía están esos tabús entre muchos padres, que no quieren que a sus hijos les guste bailar”, explica Caro. El primer chico que estuvo en Las Torres, Lorien Ramo actualmente estudia en el Conservatorio Superior de Danza de Valencia, actuará dentro de muy pocas semanas actuará en el Teatro Marín y para abril marchará a Washington con una beca. Desde entonces han pasado varios niños por la escuela, y en la actualidad además de Marcos da clase Izán Farid, de ocho años. 

La Escuela Las Torres de Teruel pondrá sobre el escenario oscense trece variaciones. En categoría individual clásica competirán los debutantes Jasmine Raba (El pájaro Azul), Isabel Hinojosa (La fille mal gardee), Raquel de Carlos (Raymonda), Lucía Marco (Harlequinada), Erika Ariño (Swanilda), la infantil Nuria Brusca (El pájaro azul) y las juveniles Dysis Diaconescu (tercer acto de La Bella Durmiente).

En individual neoclásico bailarán los infantiles Nuria Brusca (Mad world) y Marcos Aguilar (Fly me to the Moon) y las juveniles Cristina Pérez (The wind) y Dysis Diaconescu (Dispensa). 

En categoría grupal neoclásico, Celia, Isabel, Raquel y Jasmine interpretarán Tamacun, y Erika, Lucía y Marcos Chocolat, en categorías debutantes e infantil respectivamente. 

Reivindicación

La concejala delegada de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Teruel, Mari Carmen Muñoz, acudió este sábado al ensayo con puertas abiertas que la Escuela Las Torres ofreció al público. La directora del centro, Patricia Torres, agradeció el gesto y el apoyo, aunque también le recordó que “el desarrollo de los niños se ve muy limitado por las condiciones en las que trabajamos”. 

Muchos de los alumnos han aumentado el número de ensayos semanales acudiendo a Monreal del Campo, donde Caro dirige otra escuela, ya que Las Torres comparte con otras asociaciones el uso de la sala de la segunda planta del Edificio Amantes. “Para ir un paso más allá necesitamos disponer de una sala propia”, recordó la profesora. Y no solo es una cuestión de horas, sino también de calidad de los ensayos. “Este año ha habido tres lesiones porque el piso de la sala resbala y no es el apropiado para bailar danza”, explicó Caro. “Yo entiendo que la cámara de aire bajo el pavimento es algo demasiado caro, pero “la escuela compró un linóleo adecuado pero no lo podemos poner, porque otras asociaciones usan esta sala y no les gusta el linóleo”. “Los niños piden más horas y más ensayos”, subrayó, “pero estamos muy limitados”.