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Carlos Méndez, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Teruel: “Los Fueros no será un auditorio de urgencia, sino un equipamiento que necesitaba Teruel”

El 27 de junio arrancará el Verano Cultural de la capital con un concierto de la Camerata Santa Cecilia
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El Auditorio del parque de Los Fueros está cambiando de cara durante estos días para convertirse en el único escenario que habrá este verano en Teruel, un verano sin festivales, sin fiestas patronales y sin aglomeraciones de público. Carlos Méndez, concejal de Cultura, ultima una programación municipal “que como poco será igual de amplia que la de otros años”, asegura el edil. Hará falta paciencia, cambiar algunos hábitos, y derrochar responsabilidad.

-El auditorio del parque de Los Fueros se va a convertir en el gran escenario turolense del verano de la desescalada...

-Así es. Estamos invirtiendo en ese espacio para recuperarlo y hacer de él un emplazamiento fijo hasta el final del verano, porque la situación nos obliga, y porque además es muy atractivo. Hasta ahora se usaba para acontecimiento esporádicos y no contaba con muchos de los equipamientos que debiera y ahora se va a dejar con la capacidad de que acoja toda la programación del verano. Pero tenemos que pensar que es un espacio que la ciudad necesitaba y ahora, por culpa de esa circunstancia especial e indeseada, tenemos la ocasión para acometerla. 

-¿En qué consistirá la adecuación a la normativa?

-De entrada que la butaca sea al aire libre y que esté preasignada, así que en una primera fase hemos delimitado las butacas y las estamos numerando, haciendo un mapeo de todos los asientos. Lo subiremos a la plataforma web del Teatro Marín y, aunque la gran mayoría de las actuaciones serán gratuitas, quien quiera acercarse para ver los conciertos, las obras de teatro o el cine de verano tendrá que entrar en la web o acudir a la taquilla del Marín en los horarios habituales y seleccionar la entrada. 

El público lógicamente tendrá que esta sentado, y para la fase 3, en la que previsiblemente estaremos cuando comience la programación, habrá que guardar cierta separación. También habrá que respetar el límite del 50% del aforo y nunca más de 800 espectadores, y eso también lo cumpliremos porque en el Auditorio caben 1.300 personas, así que nuestro aforo máximo será de 650 personas. 

-¿Y más allá de la fase 3?

-Más allá todavía no se conoce a ciencia cierta, aunque empieza a haber conversaciones porque los grandes artistas necesitan tenerlo claro para organizar sus giras. Se habla de que habrá porcentajes de aforo sobre el 70 o el 80%, pero son rumores y nadie puede asegurar que las cosas van a cambiar o de cómo vaya a evolucionar la desescalada. Nosotros tratamos de ponernos en un escenario más estricto, siendo muy metódicos y tratando de prever la mayor parte de casos posibles, y conforme vayan saliendo nuevas normativas iremos adaptándonos. 

-¿Qué otros equipamientos se están instalando en el auditorio?

-Vamos a colocar un puente de iluminación y sonido que estará fijo durante todos los meses que se utilice, lo que permitirá instalar los equipos más cómodamente y que la calidad del sonido sea mejor, y estamos mirando la mejor forma de instalar una carpa para proteger los equipos de la lluvia. Ya hemos instalado las barandillas de seguridad en los accesos al teatro, se van a pintar las gradas jugando con dos colores para dar un poco de alegría y vistosidad, también se pintará la caseta del proyectos de cine, señalizaremos los escalones de la grada con franjas amarillas, se han recolocado escalones movidos o con desperfectos. Los camerinos también van a cumplir estrictamente las normativa, con desinfecciones tras cada actuación...

-¿Será el único escenario del verano en Teruel? ¿O se contempla la posibilidad de utilizar otros espacios abiertos como la Glorieta?

-Será el único. Tal y como están las cosas tiene que tener una estructura fija que acoja todas las actuaciones. Pero durante una o dos semanas se va a estar trabajando y yo creo que no va a quedar un auditorio improvisado o de urgencia, sino un espacio muy bonito que Teruel necesitaba. 

-¿Cuando comenzará la actividad y quién será el encargado de romper el hielo?

-Será el 27 de junio, y como uno de los actos habituales es el concierto de Santa Emerenciana, será la música de la Camerata de Santa Cecilia la que abra las Noches de Verano. 

-¿No tocará la Banda de Santa Cecilia al completo por la falta de director?

-No, no es por eso. Hay dos elementos importantes que hay que tener en cuenta. El primero es que no queremos empezar con un concierto que reúna mucha gente sobre el escenario, porque tenemos que ser muy precavidos. El público también tendrá que entenderlo, porque entramos en  un mundo desconocido, en el que habrá que acostumbrarse a coger la entrada preasignada, a acceder por donde haya que hacerlo, quizá con las mascarillas puestas... Aún no tenemos clara la normativa para entonces, pero habrá protocolos que tendremos que respetar. Así que para la primera actuación no queríamos pillarnos los dedos; todo el mundo tiene que ser consciente de que va a pasárselo bien, pero con responsabilidad. La Vaquilla estará muy cercana pero tendremos que aprender de todo esto y entre todos tendremos que hacer un ejercicio de esfuerzo, los que organizamos, los que actúan y los que vienen a verlo. 

El otro elemento que hay que tener en cuenta es que ningún grupo ha podido ensayar durante el confinamiento, y ahora en la desescalada lo están pudiendo hacer los grupos pequeños, de menos de quince miembros. A la Banda de Santa Cecilia, por ejemplo, no podemos pedirle que toque un concierto de hora y media sin haber ensayado en dos meses. En el caso de la Camerata lo tienen un poco más fácil porque es un grupo más pequeño, y ya están pudiendo ensayar con cierta normalidad.

-Una de las tesis que expresó en su día es que uno de los objetivos a la hora de programar iba a ser apoyar a los grupos turolenses.

-Sí, y en eso estamos. Estamos intentando llegar a todos los que se puede, tanto profesionales como amateur, intentando que la mayor parte de ellos tengan su cabida. Pero teniendo en cuenta ese problema de los tiempos y de los ensayos, porque algunas agrupaciones nos han pedido tiempo porque después del parón no están en condiciones de ofrecer un concierto largo en un escenario como el Auditorio, y teniendo en cuenta también que tampoco podemos contar con todos, porque no se pueden programar actividades todos los días. Eso en cuanto a música. En cuanto al teatro y circo contaremos con grupos como los que venían en La Huella, ya que la gente de Teruel tiene su espacio ya en el ciclo de otoño de teatro turolense, donde sí que se apuesta decididamente por ellos. 

-¿Cómo será la programación de este verano? ¿Será un programa herido por la Covid-19?

-No va a ser un verano rácano, sino todo lo contrario. Otro objetivo que teníamos era intentar mantener las mismas actividades que otros veranos, y creo que vamos a superarlo. Entre teatro y cine tenemos aseguradas más de quince actuaciones, y en función de los próximos días podemos llegar hasta las veinte. La idea es hacer el martes cine de verano, el jueves teatro y el sábado concierto, quizá no todas las semanas igual pero tratando de mantener esa estructura. Es verdad que nos hemos comido la primavera en la que no ha habido nada, pero lo que es estrictamente durante el verano, no vamos a tener menos actividad, lógicamente en los ciclos que dependen del Ayuntamiento, como el Cine de Verano, la Huella o la música de las Noches de Verano.

-¿Podemos destacar alguna actuación especial, de relumbrón?

-Queremos traer alguna actuación de mayor calado nacional, más especial, para que sea una programación digna de una capital como Teruel. Pero eso está todavía muy abierto porque generan muchas dudas esos protocolos de la nueva normalidad. No todos los grupos, artistas o tributos están dispuestos a tocar en según qué condiciones, y nosotros mismos tenemos que ser muy cuidadosos, ya no solo por las limitaciones económicas que podamos tener, sino porque no queremos generar situaciones de aglomeración o peligro. Eso es una prioridad absoluta. 

-Hablemos de otras citas... La Covid-19 obligó a aplazar la Feria de Libro y el Cómic de Teruel al 16 de octubre y el Día del Libro a finales de julio. ¿Se mantienen las fechas?

-Imposible saberlo. Como ahora no hay un protocolo claro nadie se quiere pillar los dedos, porque no sabemos lo que se podrá hacer o no, y cómo, dentro de un mes. La idea es celebrar esas citas cuando se pueda, y desde luego los libreros van a tener el apoyo municipal de sobra, pero estamos a la espera de acontecimientos. A corto plazo no podemos programar. 

-¿Y en cuanto al MIL Festival? Este festival está financiado por el Gobierno de Aragón pero también cuenta con el apoyo del Ayuntamiento...

-Va a estar complicado, primero porque las partidas presupuestarias van a estar limitadas, y tampoco se van a poder organizar grandes conciertos. La filosofía del MIL Festival era congregar mucha gente, como en Vaquilla, y esos formatos va a haber que cambiarlos. Pero del mismo modo si se decide hacer algo cambiando ese espíritu nuestro apoyo lo van a tener. 

-Otra cita que se vino abajo fue el Congreso Nacional de Toro de Cuerda...

-Sí, pero en eso si que existe certeza de que tendrá lugar en Teruel, pero al año que viene. Hay acuerdo con la Federación de Todo de Cuerda y con la localidad que lo iba a organizar en 2021. 

-En la plaza de Toros no se programará nada tampoco, claro...

-La plaza es otro de los grandes perjudicados, y será difícil ver una corrida este año. El protocolo de una persona cada nueve metros cuadrados las hace inviables, y así los empresarios no van a organizar nada. El Ayuntamiento está invirtiendo en unas intervenciones que teníamos previstas, en la capilla y la enfermería.

–¿El Teatro Marín se reabrirá tras el verano como es habitual, o mientras se mantengan los aforos limitados seguirá cerrado, por la escasa rentabilidad en esas circunstancias?

-Los empresarios del sector dicen que a mediados de septiembre habrá actividad, pero hay que esperar a que se publiquen los protocolos y sepamos qué limitaciones hay que aplicar, y sin con esos aforos es rentable su actividad. En cualquier caso debemos concienciarnos de que lo importante es la responsabilidad, por más ganas que tengamos todos de tener la vieja normalidad, la que todos conocemos y echamos de menos. Es necesario hacer las cosas muy bien para no dar pasos atrás. 

-¿El presupuesto municipal de Cultura ha mermado por las necesidades derivadas de la pandemia o no?

-No, se ha mantenido, con el objetivo de llegar a toda la gente y también de contribuir a la recuperación de los artistas turolenses, de las empresas de sonido... De hecho lo que teníamos comprometido en la Primavera Cultural que no se ha gastado se está invirtiendo en el Verano, además de esa recuperación del Auditorio de Los Fueros. 

-¿Será posible llegar a todos?

-Por desgracia va a ser inevitable que haya gente que se quede por el camino, igual que ocurrió en la anterior crisis económica. Hay quien llega más cubierto y quien llega menos, pero las administraciones públicas tenemos la obligación de intentar llegar al máximo número de personas para contribuir a que el tejido social se regenere cuanto antes, no solo en lo económico, sino también en lo anímico.