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Carles Sancho rescata la historia de la escuela del Mas del Labrador Carles Sancho rescata la historia de la escuela del Mas del Labrador
Carles Sancho, en el Mas del Labrador

Carles Sancho rescata la historia de la escuela del Mas del Labrador

El historiador impartió una charla sobre este pueblo abandonado en el Matarraña
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Cuando el viajante pasa junto al pueblo abandonado del Mas de Labrador ninguno imaginará que entre esas ruinas de piedra hubo una vez una de las mejores escuelas de toda la contornada. La puso en marcha Mosén José Pellicer Esteban y tuvo tanta demanda que el pueblo contó hasta con una residencia de estudiantes. El párroco recibió por ello la cruz de beneficencia con distintivo blanco que daba en el primer tercio del siglo XX la Diputación Provincial de Teruel.

El historiador Carles Sancho rescató este viernes del olvido la historia más floreciente del Mas del Labrador. Sancho explicó los pormenores de la vida en este municipio en una charla celebrada en Valdeltormo con motivo de las Jornadas Culturales que organiza la Comarca del Matarraña.

A Mosén José Pellicer Esteban lo mataron en 1936. Seguramente, afirma Sancho, alguien que lo reconoció. En una partida del término municipal de Valjunquera acabó sus días un hombre al que sus alumnos dedicaron una placa en los años 70 del siglo XX en reconocimiento a su labor docente.

Uno de esos alumnos fue Eugenio Bayod Vallés, un niño nacido en Belmonte del Mezquín que acabaría siendo responsable de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España. Junto con Eugenio Bayod, otros niños de Belmonte, donde inició su labor docente Pellicer siendo ayudante del capellán, asistirían a las clases del cura en el Mas del Labrador y se quedarían en la residencia que gestionó en la misma casa parroquial. Allí “sólo podía admitir a 10 o 12 alumnos”, así que “al final, muchos de los alumnos se quedaron en pupilaje en las casas del pueblo”, narró el investigador.

“A la escuela del Mas del Labrador acudían niños de muchos pueblos de alrededor. Los de Valdeltormo, Valjunquera y Valdealgorfa -localidad donde había nacido el párroco- llegaban caminando, mientras que otros, de Mazaleón, La Fresneda, La Portellada, La Codoñera, Morella y hasta de Tortosa y otros se quedaban en la residencia”.

Aquella escuela de Mosén Pellicer era tan demandada “porque daba clases hasta de Bachillerato, lo cual no era nada usual en el entorno. Lo normal en los pueblos de alrededor es que en las escuelas se enseñara a leer, a escribir y a hacer las operaciones básicas y ya está”, recordó Sancho durante su conferencia. 

“Un dato interesante es que solamente hubo dos niñas, las dos de Valjunquera, que acudieron al Mas del Labrador a aprender. Lo es por que da muestras del papel que las familias consideraban que tenían que tener las niñas en la sociedad. Eran los niños los elegidos para prosperar”, reflexionó. 

La Diputación de Teruel no sólo le concedió en 1926 la cruz de beneficencia, sino que además le asignó 2.000 pesetas anuales para que pudieran continuar con su labor docente. La escuela, que abrió 1910 y continuó hasta 1931, “era gratuita”, según ha podido constatar Sancho a través de documentación que ha encontrado en prensa escrita del primer tercio del siglo XX.

Carles Sancho hizo un repaso durante su conferencia de la historia de este pueblo que fue abandonado definitivamente en 1962. “Benigno, Leonor y su hija Pilar fueron los últimos en abandonarlo”, aunque la guerra civil sentenció la continuidad de la vida allí. 

La aviación italiana, como hizo con otras tantas poblaciones del Bajo Aragón, bombardeó el Mas del Labrador durante la guerra civil generando cuantiosos daños y pérdidas. “Mucha gente se marchó de allí por la guerra y se quedó en Cataluña, mientras que otros, con el pueblo medio destruido, se fueron a vivir a los pueblos de alrededor. Hay que pensar que Valdeltormo está a sólo tres kilómetros y Valjunquera muy cerca”, manifestó Sancho.

Mosén José Pellicer dejó de impartir clase en esa escuela con la llegada de la Segunda República, en 1931. En 1936 dejó la parroquia y se fue a Valdealgorfa, a su pueblo, pero puntualmente regresaba al Mas para visitar a los vecinos. En una de esas salidas que realizó fue asesinado. Vestido de paisano, fue identificado por alguien cuando atravesaba el término de Valjunquera.

A partir de 1940, “Mosén León, el cura de Valdeltormo, se hizo cargo de la parroquia, y aunque esta quedó abandonada en 1962, el párroco continuó haciendo misa” en la iglesia que se está restaurando.