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Cabra de Mora quiere que su órgano histórico del siglo XVIII vuelva a respirar Cabra de Mora quiere que su órgano histórico del siglo XVIII vuelva a respirar
Vista del órgano de la iglesia de Cabra de Mora, que conserva la estructura original de 1788

Cabra de Mora quiere que su órgano histórico del siglo XVIII vuelva a respirar

Una campaña de micromecenazgo trata de reunir 20.000 euros para iniciar la restauración
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Sus notas llevan sin sonar más de cien años y, aunque milagrosamente sobrevivió a la Guerra Civil Española, lleva desde entonces siendo pasto del abandono. Excepto una reparación que se le práctico un siglo después de su construcción, conserva la caja, la mecánica, el secreto y la fuellería original que construyó en 1788 Vicente Sospedra, maestro organero autor de otros instrumentos por el Bajo Maestrazgo y que intervino otros como el de Morella o la Catedral de Teruel.

Eso lo convierte en una pieza única del patrimonio turolense, incluido en la lista roja de Hispania Nostra. Es el último órgano que conserva tubos originales de la Comarca Gúdar-Javalambre, según el catálogo del Sistema de Información de Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA), donde existe otro órgano, el de Mosqueruela, del que sin embargo se conservan muchos menos elementos.

Por eso la asociación cultural Abad Zapater de Cabra de Mora lleva varios años empeñada en rescatar de la muerte esta obra de arte, y ha puesto en marcha a través de la plataforma crowdfunding.hispanianostra.org una campaña de micromecenazgo para reunir fondos que sirvan para emprender su restauración. Antes de terminar la primera semana la iniciativa ha recaudado más de 8.000 euros, y hasta el 24 de septiembre esperan alcanzar una cantidad entre veinte y treinta mil euros, necesaria para emprender los primeros trabajos. “No estábamos seguros de la acogida de la gente”, explica Gabriel Fuertes, de la asociación, “porque cuando hay que poner dinero nunca se sabe... Pero estamos contentos y hasta sorprendidos, porque en solo cuatro días hemos alcanzado el 40% de nuestro primer objetivo”.

La campaña de micromecenazgo es un primer paso al que luego seguirán otros como la captación de subvenciones del Gobierno de Aragón o de Europa para la recuperación de patrimonio. La asociación Abad Zapater ha pedido presupuesto a tres talleres organeros, entre ellos el que Carlos Álvarez tiene instalado en Villel, y estima en torno a los 150.000 euros el total de lo que costaría la restauración completa del órgano de Cabra de Mora. “Aunque lo ideal sería acometer el proyecto de forma integral existe la posibilidad de hacerlo por fases, así que ocurra lo que ocurra estamos decididos a seguir adelante”, asegura Fuertes.

Su compañera Matilde Sebastián explica que buena parte del éxito que ha tenido la campaña de micromecenazgo en sus primeros compases se debe a la importante difusión que la asociación cultural lleva haciendo del proyecto más ambicioso de cuantos lleva entre manos. Un ejemplo es el Festival de Música Clásica y Coral de Cabra que lleva organizándose desde hace cuatro años en el interior de la Iglesia de Santa María y San Miguel, y que está apoyado por la Diputación Provincial de Teruel dentro de su circuito de festivales turísticos. El de 2024 marcha por su ecuador; el 7 de agosto actuaron Quiteria Muñoz y Úrsula Segarra (soprano y arpa) y el 11 el Cuarteto Waldstein, y este miércoles, 21 de agosto, cerrarán el ciclo Yolanda Marín, Vicent Romero y Teresa Bullón. Hasta ahora el viejo órgano solo ha sido un espectador más de los conciertos que se realizan anualmente, pero el sueño de muchos egrabenses es que algún día su órgano vuelva a ser la estrella principal. “Poco a poco el festival va siendo conocido, y aunque la música clásica no sea la más popular cada vez viene más gente, no solo del pueblo, sino también de localidades cercanas o de Teruel”, afirma Sebastián. “Eso hace que mucha gente conozca nuestro órgano y entienda que su recuperación es importante para Aragón”.

Mal estado pero recuperable

El órgano de Cabra de Mora está afectado principalmente por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, y su estado general ha sido calificado de “muy deficiente” por los expertos. La buena noticia es que, si bien en la actualidad es imposible hacerlo sonar, conserva muchos de sus elementos originales y son plenamente recuperables.

Parte de su cañutería ha sido expoliada, y parte está doblada o magullada sobre los secretos, cubiertos por la suciedad y con visibles muestras de carcoma en las partes de madera. Los teclados y pedales originales se conservan, si bien no funciona su sistema mecánico. Los registros y tiradores están muy afectados por la carcoma aunque conservan todos los pomos en su disposición original.

El secreto, la parte del órgano que comprende los canales y válvulas por donde circula el aire y donde se apoyan los tubos, no funciona correctamente y contiene piezas y partes de piezas desprendidas, y los fuelles que alimentan el sistema de aire presentan roturas y grietas en su estructura y en las pieles, y las palancas de activación están muy afectadas.

Pese a todo, sorprende la gran cantidad de partes originales que se conservan desde finales del siglo XVIII. Las estructuras principales están intactas y aquellas que han desaparecido pueden sustituirse. Jesús Gonzalo López, uno de los mejores especialistas en órganos históricos de España, lo estudió en su día y escribió: “Se conserva original prácticamente el 100% en todas las mecánicas, aire y caja, guardando también una cierta cantidad de tubería de metal original”, algo menos del 50%, lo que sin embargo ya es mucho.

Gonzalo López entiende que su valor patrimonial es enorme, “por ser el único bien mueble de la época conservado” dentro de una Iglesia cuyo interior fue destruido durante la Guerra Civil, lo que lo convierte en una excepción “en la amplia zona turolense, tan castigada durante la Guerra Civil, donde no ha quedado prácticamente ningún órgano con tubería en sus iglesias”.

En la página web de la campaña de micromecenazgo de Hispania Nostra se detalla el proceso de restauración que se pretende realizar, que se puede resumir en una limpieza a fondo de todos los elementos, un tratamientos contra los insectos xilófagos, cohesionar los elementos, reparar los sistemas y tubos recuperables, fabricar aquellos que no lo sean, reconstrucción del sistema de alimentación aéreo, ajuste, montaje, armonización y afinación.

Desde la asociación Abad Zapater de Cabra insisten en que lo importante es comenzar el proyecto, así que el objetivo es empezar cuanto antes con la restauración, centrándose en los tubos de metal y madera. Si lo recaudado supera los 30.000 euros, en la primera fase de la restauración se incluirán además los fuelles del instrumento.

Una vez termine la campaña de micromecenazgo y puedan empezar los primeros trabajos, la asociación cultural Abad Zapater, cuyo número de miembros (170) casi triplica el número de habitantes de Cabra de Mora, se centrará en buscar financiación a través de las instituciones hasta poder finalizar la restauración.

Los egrabenses ya piensan en el destino que podría tener un organo en pleno funcionamiento, desde las celebraciones litúrgicas, menester para el que fue concebido, hasta visitas culturales guiadas, pasando por festivales de música antigua como el que ya se realiza desde hace cuatro años, seminarios sobre música o construcción de órganos, jornadas musicales, cursos especializados o colaboraciones con instituciones como el Conservatorio de Música de Teruel o el Coro de Música de la Seo de Zaragoza, entre otros.

Mecenas

Cuando uno decide aportar parte de su dinero a una causa como la recuperación del órgano histórico de Cabra de Mora no suele hacerlo por razones espurias sino porque considera una responsabilidad personal la conservación del patrimonio histórico.

Aún así, la asociación cultural Abad Zapater de Cabra ha ideado un curioso método de recompensas para aquellos que deseen aportar a la causa, como es apadrinar diferentes piezas del instrumento, desde los tiradores del registro que el músico utiliza para cambiar la sonoridad del órgano hasta las teclas o los 1.443 tubos de madera y metal que tiene el monumental instrumento.

Por cincuenta euros uno puede apadrinar uno de los tubos metálicos más pequeños, de 20 a 50 centímetros, o por 150 euros los más grandes e imponentes, que llegan a medir hasta dos metros. En cualquier caso se grabará el nombre del mecenas en el tubo correspondiente. Y lo mismo con otras partes del instrumentos, desde los pedales del órgano hasta los tiradores del registro, los fuelles o el mecanismo del secreto que le permite sonar. Lo que ya tiene mecenas son las teclas blancas de hueso (400 euros) y las negras, fabricadas en madera de palo santo (425 euros).

Además de la grabación del nombre en la parte correspondiente, en función de la cantidad de dinero donado la asociación cultural Abad Zapater ofrece diferentes recompensas, desde visitas guiadas al órgano y la iglesia de Santa María y San Miguel hasta invitaciones para los conciertos que se desarrollen en la localidad durante 2025, incluido el que servirá para inaugurar el instrumento cuando vuelva a respirar y regrese a la vida.

A través de este link puede encontrarse la campaña de micromecenazgo del órgano de Cabra crowdfunding.hispanianostra.org
 

Vista de la bóveda de la iglesia de Santa María y San Miguel de Cabra de Mora


 

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