‘Cabiria’ homenajea a la Sala Maravillas, mucho más que un cine, en su 40 aniversario
El dosier de la revista aborda lo que han sido cuatro décadas de dinamización cultural en TeruelLa revista Cabiria. Cuadernos Turolenses de Cine homenajea en su último número a la Sala Maravillas, que acaba de cumplir su 40 aniversario y en todo este tiempo se ha convertido para la ciudad y la provincia en algo más que un cine, porque ha contribuido a dinamizar la vida cultural durante estas cuatro décadas. La publicación incluye un amplio dosier sobre el Maravillas además del resto de secciones habituales, y ha contado para esta ocasión con cuarenta colaboradores, una cifra inédita hasta la fecha. Patrocinada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel, es la única revista periódica de este tipo que se publica en Aragón y desde sus inicios ha tenido como referentes a los cineastas turolenses Segundo de Chomón y Luis Buñuel.
La vicepresidenta primera de la Diputación de Teruel y diputada delegada del Instituto de Estudios Turolenses, Beatriz Martín, presentó este nuevo número junto el director de la revista, Gonzalo Montón, y el gerente del Cine Maravillas, Nacho Navarro, que es quien la edita desde su aparición en el año 2004 con una periodicidad anual, que solo se ha visto rota en algún ejercicio y durante la pandemia.
Por la mañana se hizo la presentación a la prensa y por la tarde al público en general en la Sala Maravillas, coincidiendo con la celebración de su 40 aniversario, y a la que asistió también la directora del Instituto de Estudios Turolenses, Inmaculada Plaza. En este acto se recordaron lo que han sido las cuatro décadas del cine con la proyección de un audiovisual, y posteriormente se exhibió la misma película con la que se iniciaron las proyecciones en la sala el 22 de octubre de 1983, el clásico francés Mi tío, de Jacques Tati.
Aquella primera proyección contó solo con la asistencia de un espectador, tal como recordó Nacho Navarro, aunque hubo una respuesta masiva para reconocer la labor cultural que ha desarrollado este cine y sus responsables durante este casi medio siglo.
Una labor que se ha caracterizado no solo por la proyección de cine comercial, sino por traer a Teruel aquellos títulos del séptimo arte que era imposible de ver en la ciudad y que han ido incluyendo a través de proyecciones especiales, la realización de cine clubes o su participación en eventos como el antiguo Festival de Cine Animateruel y actividades periódicas como Amantes de Cine de la Fundación Amantes, entre otros, así como iniciativas educativas como Un día de cine.
La sala ha estado además siempre abierta al estreno de las películas que hacían los turolenses y para las que el Maravillas ha cedido la sala, y otras actividades culturales como teatro o actuaciones musicales. Tal ha sido su grado de implicación en todo este tiempo, que el Maravillas aportaba en numerosos casos el espacio sin ninguna contraprestación económica, asumiendo los costes que tenía cuando se trataba de colaborar con asociaciones, organizaciones sin ánimo de lucro o turolenses que querían mostrar los cortometrajes que realizaban.
La vicepresidenta primera de la DPT, Beatriz Martín, como institución que está patrocinando en los últimos años la revista, al igual que en los primeros lo hizo el Ayuntamiento de Teruel, destacó la “amplia proyección” que tiene la revista tanto dentro como fuera de la provincia, habiendo llegado su difusión a países como Francia, Italia, México y Estados Unidos, países especialmente vinculados a la obra de Chomón y Buñuel, que son los cineastas en los que siempre se ha inspirado Cabiria.
Martín valoró que iniciativas como esta lo que hacen es proyectar Teruel y la provincia en el exterior, haciendo una importante “promoción de la cultura y del turismo cultural”.
La revista, además de haberse editado 400 ejemplares en papel, puede consultarse también en la página web del Cine Maravillas, donde están colgados los 17 número que se han publicado hasta la fecha.
Nacho Navarro recordó que antes se hicieron otras publicaciones coincidiendo con el cine club y la temática que se abordaba cada año, hasta que después se decidió hacer la revista con unos contenidos más variados y abriendo el número de colaboradores, que ha alcanzado la cifra récord esta vez con cuarenta participantes, los mismos que años tiene el cine desde su apertura en 1983.
La sala abrió sus puertas tras formarse una cooperativa de cinco personas y sin experiencia previa en este tipo de actividad, aunque con el tiempo acabó siendo gestionado por solo dos de sus miembros, Fernando Nano Vicente Redón y Nacho Navarro. Tras el fallecimiento de Nano, fue Navarro el que continuó en solitario con el cine hasta la actualidad, cuando a punto de cumplir 70 años de edad se abren interrogantes sobre el futuro de la que en estos momentos es la única sala de cine de Teruel capital.
Navarro comentó a preguntas de la prensa que quiere seguir adelante unos años más, aunque admitió que no sabía si podría conseguirlo. Si bien reconoció que ahora vuelve a haber interés por ver películas en los cines, advirtió que no es lo mismo gestionar un negocio de este tipo en una ciudad pequeña como Teruel, que hacerlo en grandes capitales donde el público es muchísimo mayor.
Comentó que los costes son los mismos, mientras que no se lo ponen fácil a salas como el Maravillas. De hecho, explicó que les han denegado una ayuda de las que convoca el Gobierno de Aragón para apoyar las salas de exhibición, con la que quería renovar la calefacción, después de que la práctica totalidad del dinero se haya destinado a los cines de Zaragoza capital.
Navarro se quejó de que la comunicación oficial que le han enviado es que la Sala Maravillas no llegaba a la puntuación para recibir la ayuda, si bien aclaró que en el decreto no aparecía nada de los baremos para concederlas, y se pregunta qué criterios se han seguido.
También a requerimiento de los medios de comunicación sobre qué pasará cuando él se jubile, comentó que el problema futuro es ver quién asume el relevo, puesto que los costes son altos para un sitio como Teruel con menos público del que tienen las ciudades grandes. “Las oportunidades no son las mismas para todos”, se quejó.
Navarro detalla en el primer artículo de la revista lo que han sido estas cuadro décadas de la Sala Maravillas, una historia a la que se refiere como una “ilusión compartida” puesto que han sido muchas personas en todo este tiempo las que han participado y han hecho que hoy el cine sea un referente para todos los turolenses.
Entre los hitos, destacó la aparición de la revista Cabiria, que se está publicando desde hace veinte años y que ha sido el vehículo para la participación de muchos cinéfilos de Teruel con artículos de todo tipo; una nómina de autores a la que se están sumando ya las nuevas generaciones como es el caso de Aitor Cobos, una joven promesa turolense de 18 años que acaba de iniciar sus estudios universitarios de Comunicación Audiovisual y que en este número demuestra ser además un gran analista con un artículo sobre el neorrealismo español, sus orígenes, influencias y máximos exponentes.
El gerente del cine valoró que Cabiria haya ido creciendo tanto en implicación de la gente como en calidad, de aquellos primeros números en blanco y negro, que contaron con la financiación del Ayuntamiento de Teruel, a las últimas revistas publicadas en color con el patrocinio del Instituto de Estudios Turolenses.
Memoria cinematográfica
La publicación en este tiempo se ha convertido además en la memoria cinematográfica de la provincia con la publicación de diferentes trabajos que recuerdan los cines que hubo en ella, que inició Ángel Gonzalvo y que han continuado otros autores.
En este número, Jesús Lechón escribe sobre Calamocha, una villa de cine; David Sáez se centra en el Cine Capicol de Albarracín; Marisol Julve lo hace del Cine de Bezas; y el trío formado por Agustín Sanz, Joaquín Conesa y Pedro Blesa escriben de Escucha: un cine para los mineros.
Pero el dosier con el que se abre este número se centra en el Maravillas con más de medio centenar de páginas. Tras el artículo de apertura de Navarro, que hace un recorrido por la historia del cine, Ángel Gonzalvo escribe sobre Apuntes para conocer otras actividades culturales y educativas realizadas en la Sala Cine Maravillas, y Paco Martín habla de El cine club La Mirilla.
Pimpi López Juderías recuerda su experiencia como trabajador del cine en el artículo En el Maravillas fui Totó; mis Alfredos fueron Nano y Nacho; y José Baldó escribe un texto titulado Pink Flamingos. Además, hay otras colaboraciones de gente que ha estado vinculada con el cine, desde espectadores, críticos de cine, cineastas y escritores, que relatan sus experiencias y anécdotas en esta sala de cine tan atípica, como Helena Navarro, Guillermo Vicente, Javier Hernández o Gaizka Urresti, entre otros muchos.
Dentro de las secciones habituales con que cuenta la revista, Maite Joven, Elena Joven y Carlos Gurpegui escriben sobre lo que fue la VI edición del Rally Desafío Buñuel, que organiza la Fundación Amantes y cuyo director es Pimpi López Juderías.
Vuelve a introducirse la sección sobre cuentos del cine con colaboraciones de Juan Villalba (La leyenda de las dos torres), Elifio Feliz de Vargas (Una sobreexposición a películas), y ¿YâÂÂÂÂÂÂÂÂla bicicleta?, de Mario Hinojosa.
Dentro de la sección dedicada al análisis fílmico, además del interesantísimo artículo sobre las huellas del neorrealismo en el cine español, escrito por Aitor Cobos, Pilar Pedraza analiza uno de los cineastas españoles de referencia con su estudio titulado Reflejos en un cristal oscuro. El cine de Agustí Villaronga.
Clemente de Pablos aborda el trabajo El cuento tradicional como base en la escritura del guion para cine: ‘Maravillas’, de Gutiérrez Aragón, como ejemplo; y José Ángel Gil ofrece un análisis singular en el artículo La cabina de Pennan.
Completan los textos Gonzalo Montón, director de la revista, con una crónica de la última edición del Festival de Cine de San Sebastián; José Antonio del Barrio con el artículo La utilización del esperanto en el cine; Mario Daganza de Aizpurúa con el trabajo Quién mató a Walter Benjamin. ¿Hay una historia de cine?; y Javier Hernández, que escribe el artículo De lo bello a lo horrible, de lo sentimental a la soberbia. ‘El retrato de Dorian Gray’ frente a ‘El hombre elefante’.
Junto a los artículos, en la revista colaboran varios ilustradores. Diego Arribas lo hace con la portada, que evoca la película Mi tío de Jacques Tati, en la que el famoso personaje cinematográfico de Monsieur Hulot pasa con su bicicleta por delante del Cine Maravillas. El resto de ilustraciones corren a cargo de Carlos Gómez, Juan Carlos Navarro, Toni Alcaine, Javier Burguete y Jorge Rueda.
Un recuerdo muy especial para Fernando ‘Nano’ Vicente Redón
La presentación del último número de Cabiria y la celebración del 40 aniversario del Cine Maravillas tuvo un recuerdo especial para Fernando Nano Vicente Redón, ya fallecido, que fue quien dio un impulso especial a esta sala de exhibición junto a Nacho Navarro. Ambos son los artífices de que el Maravillas sea hoy lo que es, un lugar de referencia de la cultura turolense.
Navarro recordó a Nano durante el acto de presentación, al que acudieron numerosos familiares, y estuvo de nuevo presente en la pantalla a través del audiovisual que se proyectó. En la revista se recuerda la larga trayectoria de la sala desde sus inicios difíciles hasta las vicisitudes por las que ha tenido que pasar en una localidad pequeña, pero que ha traído la magia del cine a Teruel.