Álvaro Narro y Roberto Morote se unen para publicar ‘Nubes aisladas’

El escritor Álvaro Narro y el ilustrador Roberto Morote, ambos andorranos, han unido sus sensibilidades para publicar Nubes aisladas, libro que reúne catorce relatos breves del primero con catorce ilustraciones del segundo. No solo es la primera colaboración de ambos autores, primera de una serie que probablemente se prolongará, sino que además es la primera publicación de A salto de Línea, la editorial que han creado para que vea la luz.

La obra sale hoy jueves al mercado y mañana ocupará la caseta del Centro de Estudios Locales de Andorra durante la Feria del Libro de la villa minera, donde sus dos autores firmarán ejemplares.

Dos autores de garantías

Álvaro Narro (Teruel, 1972) publicó en 2017 su primer libro de relatos, Ayúdame (Certeza), y desde entonces ha lanzado Fundido a negro (Certeza), Las doce en punto (Imperium), Migas en el mantel (Imperium) y ahora Nubes aisladas (A salto de Línea). En todo este tiempo se ha forjado como un escritor prolijo y reconocible, con tendencia a escribir sobre historias irrelevantes, casi siempre decadentes y a menudo grises o sórdidas, que sin embargo captan la atención de los lectores. Narro supera bien las limitaciones que tiene el relato breve a la hora de dibujar los personajes, desvelando los detalles que lo describen a medida que se van haciendo necesarios en la historia y conduciendo de esa manera la percepción que se tiene de él. Sus relatos también suelen jugar con las expectativas del lector, especialmente si este es habitual del género y espera el clásico giro de guion en la última página. Tras décadas fuera de la circulación ya se echan de menos los mayordomos asesinos, y es que por habitual este tipo de giros absolutamente imprevisibles se han convertido en completamente canónicos y por tanto anodinos, por lo que Narro lo emplea con cuentagotas. Decía Chéjov que si una pistola aparece en el primer acto antes o después debe ser disparada. Pero eso es tan simple como decir que a un quinto grado le debe seguir siempre el acorde de tónica. Álvaro Narro prefiere obligar a sus lectores a tener sus radares apuntando en todas las direcciones.

En este caso las catorce historias de Nubes aisladas vuelven a reflejar el universo cotidiano del que se nutre Narro. Las tramas más interesantes o la dosis de temas universales que necesitamos para pasar el día se esconden tras un trabajo aburrido con una compañera atractiva, un supermercado abierto en domingo o una bolsa de papel con dos barras de pan duro dentro. “Son historia que, al concentrarlas, pueden destilar cierta melancolía, cansancio, hastío... pero es que la vida es así, no del todo negra pero bastante gris”. “Historias en las que el personaje se levanta tras cada caída porque está acostumbrado a no tener alternativa”, concluye el autor, “en las que los personajes vuelan bajo, con el consuelo de poder emerger y ascender de vez en cuando”.

Por su parte Roberto Morote (Andorra, 1987) es un ilustrador y diseñador todoterreno que ha centrado su carrera en numerosos ámbitos. Ha colaborado en numerosas ocasiones con el Centro de Estudios Locales de Andorra, diseñando portadas, carteles, publicaciones y logos. En el ámbito del audiovisual ha dirigido Lumbre (2020) sobre la sanantonada de Estercuel y más recientemente La Deluxe sobre la popular banda musical de Andorra.

En 2020 puso en marcha junto a Guillermo Cano el podcast Quiero ser rural y al año siguiente publicó su primer cómic, una ambiciosa adaptación editada por GP Ediciones de la novela Camí de Sirga de Jesús Moncada. En ese obra fue guionista y dibujante, y desde entonces ha publicado, en la faceta de dibujante, Segundo de Chomón y Ramón y Cajal, en ambos casos con guion de Queco Ágreda.

En el caso de Nubes aisladas es el responsable no solo de las ilustraciones, sino también del diseño y la maquetación de la edición, que se ha realizado a través de la creación de una editorial propia, A salto de línea.

“Conocemos cómo se trabaja con las editoriales y no nos parece mal, nosotros agradecemos el trabajo que realizan las editoriales, pero nos apetecía intentarlo por nosotros mismos y nos lanzamos”, explica Álvaro Narro. “No es que pesemos que las editoriales se estén haciendo de oro gracias al trabajo de los escritores. Sabemos que pasan por auténticos problemas porque hay mucha gente y quizá no hay tanto pastel. Pero nosotros estamos convencidos de la calidad del libro y nos apetecía probar”.

La experiencia ha sido muy positiva, con más trabajo pero control en todos los procesos. “Roberto es un maquetador excepcional y ha hecho un trabajo que no hubiera podido igualar la mejor editorial del mundo”, afirma Narro. “Y además ha sido un trabajo que nos ha permitido aprender y crecer a los dos”.

A Salto de Línea no ha nacido únicamente para publicar este libro, que estrena una colección bautizada como Sin medias tintas. Pero la editorial publicará más trabajos conjuntos, diversificándose en el mundo del cómic o la literatura infantil, “pero sin ninguna prisa”, subraya el escritor. “No vivimos de esto y no necesitamos publicar por publicar, así que esperaremos a tener buenos proyectos y que salgan tal y como los hemos concebido”.