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Alcañiz homenajea la trayectoria fotográfica del doctor Miguel Perdiguer Alcañiz homenajea la trayectoria fotográfica del doctor Miguel Perdiguer
Perdiguer explica a Zapater el por qué de una de sus fotografías. Luis Pitarque

Alcañiz homenajea la trayectoria fotográfica del doctor Miguel Perdiguer

Una exposición en la Biblioteca repasa más de ocho décadas de afición en 40 instantáneas
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Miguel Perdiguer (Santolea, 1918) compró su primera cámara de fotos en 1935 y desde entonces ha sacado decenas de miles de instantáneas en su localidad natal, pero también en Mas de las Matas o Alcañiz, a donde se trasladó después de que la Confederación Hidrográfica del Ebro inundara la huerta más próspera del Bajo Aragón para hacer un embalse que en breve será ampliado. Debido a su veteranía, el pediatra y anestesista posee uno de los archivos fotográficos más espléndidos de Alcañiz, por lo que el Ayuntamiento ha querido homenajearle con una exposición visitable hasta el 30 de junio en la Biblioteca municipal. 

La muestra, titulada El impulso de la curiosidad. Fotografías de Miguel Perdiguer. Exposición antológica, fue inaugurada el pasado 8 de junio como complemento a la jornada de puertas abiertas con motivo del Día Internacional de los Archivos, dedicado a la memoria y el patrimonio. 

“No son las mejores fotos que tengo entre las 100.000 que constan en mi archivo, pero son las adecuadas para lo que se pretendía”, explicó en un arrebato de sinceridad el carismático doctor y aficionado a la fotografía, que el viernes volvió a hacer las delicias de sus amistades.

“Es un personaje de nuestra tierra con una trayectoria larguísima, que está a punto de cumplir los cien años”, destacó la concejala delegada de Cultura, Berta Zapater, a quien le pareció “muy interesante hacer una exposición antológica de este alcañizano adoptivo a modo de pequeño homenaje”. 

A lo que Perdiguer respondió: “Oye, que llevo 72 años viviendo en Alcañiz, algo de aquí sí que soy ya”. Carcajada general porque muy pocos de los que se congregaron en la inauguración de la muestra llegaban a esos dígitos. Genio y figura. 

Ocho décadas de afición

La muestra recoge 40 fotografías minuciosamente seleccionadas agrupadas en ocho bloques cronológicos, uno por cada una de las décadas que el doctor lleva viendo la vida desde su cámara. Se trata, pues, de un recorrido por su dilatada vida y actividad fotográfica.

Las primeras imágenes son reflejo de la etapa vital de Perdiguer en Santolea. Aparece un viaje de estudios; la romería a la ermita de la patrona, Santa Engracia; la Encamisada; momentos familiares (su boda con María y el viaje de novios) o personajes ilustres como Mariano el cartero.

Las labores de antaño, como la trilla, el matacerdo y el mondongo también tienen un hueco, así como su dedicación profesional a la medicina. 

Perdiguer ha fotografiado también a personajes ilustres como Franco, el Pastor de Andorra o las dos últimas generaciones de Reyes de España, que también tienen su hueco en la muestra. 

La fotografía artística tiene su peso, destacando especialmente una vieja silla en un desván cubierta de telarañas. 

“La selección de imágenes constituye una auténtica crónica de nuestro pasado y nuestro presente: del ayer y del hoy, del marco vital en el que ha transcurrido la vida de su autor”, recoge el panel explicativo que acompaña a la exposición.

Con esta muestra, el Archivo Municipal de Alcañiz pretende presentar una de las colecciones particulares más extensas y valiosas del Bajo Aragón y reafirmar la labor permanente de los archivos públicos, abiertos también a preservar fondos documentales de archivos familiares y colecciones particulares del territorio.

La exposición puede visitarse en horario de la Biblioteca pública, de lunes a viernes de 9 a 13 y de 17 a 20 horas, y los sábados de 10 a 13 horas. 

A la inauguración acudieron representantes municipales, de la Asociación Fotográfica del Bajo Aragón y familiares y amigos de Perdiguer que no quisieron perderse el evento. 

“Cosa de magos”

Acompaña a la exposición el vídeo de una entrevista realizada por el periodista del Ayuntamiento, José Puche, a Perdiguer en la que éste relata que su primera cámara le costó 12 pesetas con 90 céntimos que tuvo que ahorrar en su época de estudiante. “Siempre me había atraído mucho la fotografía, como una cosa misteriosa, como cosa de magos; los fotógrafos estos de cajón, que iban por los pueblos a fotografiar a los chicos pequeños y cosas de estas”. 

Afirma que la fotografía le ha proporcionado “muchas satisfacciones”, si bien también ha tenido que hacer sacrificios por ella.

Preguntado por fotografías de especial recuerdo para él, nombra la de un niño al que sus padres le trajeron de París, con asma y pálido. Después de unos meses a sus cuidados médicos, se engordó y le sacó una fotografía que envió a Francia a sus padres. Ellos se alegraron tanto que le invitaron a él y a su mujer a París todo el tiempo que quisieran estar. 

También recuerda la ilusión que le hizo al gerente de Construcciones López una fotografía de su nieto hecha por él. Días antes de recibirla no tenían buena relación por la elección de otro contratista para una cooperativa de viviendas de la que Perdiguer era presidente, pero a raíz de la foto fue “el mejor fotógrafo del mundo”.

En la entrevista, el casi centenario también responde a preguntas relacionadas con su profesión. De esta forma, recuerda que compaginaba pediatría –más agradecida porque los niños tardaban más en pasar por la consulta que los adultos– y anestesia. De hecho, “el introductor de la anestesia moderna en Alcañiz fui yo, porque no había ningún anestesista”, asegura.