Bomberos de la DPT en la zona del incendio
Los vecinos de la localidad turolense de Olba afectada por el incendio que desde el pasado jueves ha arrasado más de 4.000 hectáreas en las provincias de Teruel y Castellón, y que todavía sigue activo, demandan en un comunicado conjunto zonas de protección para todos los habitantes del valle.
En el comunicado recuerdan que el fuego ha estado a punto de destruir el valle de Olba, una zona la que viven 280 personas y que les salvó "que el viento sopló en otra dirección y que muchos medios personales y aéreos lucharon sin descanso para que las llamas no entraran en nuestro pueblo".
Tras cuatro días de desalojo, los vecinos de Olba pudieron regresar a sus hogares este domingo por la tarde donde fueron "más conscientes que nunca de la fragilidad del ecosistema y del entorno en el que vivimos".
"De hecho vivimos en un polvorín y tenemos miedo de que un nuevo incendio se declare en cualquier momento y el viento esta vez no sople a nuestro favor", afirman.
El valle de Olba, entre las sierras de Gúdar y Javalambre, es un espacio natural protegido y forma parte de la Red Natura 2000. Sus grandes masas boscosas, que llegan hasta las casas de muchos de los núcleos de población (aldeas) que forman el municipio, están resecas por falta de lluvias y el calor inusual de los últimos meses, a lo que se une la falta de usos del monte lo que convierte esos bosques "en altamente sensibles", explican en la nota.
Por todo ello, los vecinos de Olba solicitan al Gobierno de Aragón: Que se realicen perímetros de seguridad en cada uno de los barrios (aldeas) del valle para evitar que, en caso de incendio, ardan nuestras casas, como ha ocurrido en La García; Que se doten a todos los barrios de los medios de extinción necesarios en cada caso para atajar los posibles conatos.
Y también que se destine los medios suficientes para la prevención de incendios (aéreos y terrestres), se mejoren las condiciones de trabajo de los equipos de extinción, y cuente con personas locales y desempleados para frenar también la despoblación; y finalmente que se realicen los correspondientes planes de prevención de incendios contando con los expertos de la zona que conocen cada palmo de terreno y las condiciones.
En el comunicado recuerdan que el fuego ha estado a punto de destruir el valle de Olba, una zona la que viven 280 personas y que les salvó "que el viento sopló en otra dirección y que muchos medios personales y aéreos lucharon sin descanso para que las llamas no entraran en nuestro pueblo".
Tras cuatro días de desalojo, los vecinos de Olba pudieron regresar a sus hogares este domingo por la tarde donde fueron "más conscientes que nunca de la fragilidad del ecosistema y del entorno en el que vivimos".
"De hecho vivimos en un polvorín y tenemos miedo de que un nuevo incendio se declare en cualquier momento y el viento esta vez no sople a nuestro favor", afirman.
El valle de Olba, entre las sierras de Gúdar y Javalambre, es un espacio natural protegido y forma parte de la Red Natura 2000. Sus grandes masas boscosas, que llegan hasta las casas de muchos de los núcleos de población (aldeas) que forman el municipio, están resecas por falta de lluvias y el calor inusual de los últimos meses, a lo que se une la falta de usos del monte lo que convierte esos bosques "en altamente sensibles", explican en la nota.
Por todo ello, los vecinos de Olba solicitan al Gobierno de Aragón: Que se realicen perímetros de seguridad en cada uno de los barrios (aldeas) del valle para evitar que, en caso de incendio, ardan nuestras casas, como ha ocurrido en La García; Que se doten a todos los barrios de los medios de extinción necesarios en cada caso para atajar los posibles conatos.
Y también que se destine los medios suficientes para la prevención de incendios (aéreos y terrestres), se mejoren las condiciones de trabajo de los equipos de extinción, y cuente con personas locales y desempleados para frenar también la despoblación; y finalmente que se realicen los correspondientes planes de prevención de incendios contando con los expertos de la zona que conocen cada palmo de terreno y las condiciones.