Unas 60 personas recorren la línea defensiva de Bueña en la guerra civil
El investigador Hernández Trigo explica la importancia estratégica que tuvo la localidadUnas 60 personas participaron este sábado en Bueña en una ruta senderista que recorrió algunos de los principales enclaves defensivos utilizados durante la guerra civil española.
Los participantes, procedentes de la localidad de Bueña y de las vecinas de Argente y Rubielos de la Cérida, recorrieron las trincheras de los Cabezos y la Solana Alta guiados por el investigador Fernando Hernández Trigo. Durante el recorrido, el experto les explicó que el municipio fue durante el conflicto bélico “un objetivo estratégico de primer orden” que estuvo protegido por los sublevados y sobre el que los republicanos lanzaron sucesivos ataques a lo largo de 1937 para intentar su conquista. Era un espacio estratégico porque permitía llegar al valle del Jiloca y cortar las comunicaciones con la ciudad de Teruel.
El primer ataque de entidad, relató Hernández Trigo, se produjo entre el 21 y el 28 de agosto de 1937, “coincidiendo, a modo de distracción, con la ofensiva republicana hacia Zaragoza por Zuera y Belchite. Las tropas republicanas atacaron Bueña y Aguatón y provocaron una cuarentena de heridos entre los defensores. “Viendo la feroz resistencia de los sublevados, la lucha se desplazó hacia el sur”, matizó el encargado de dirigir la ruta, quien añadió que se abrieron nuevos frentes en las estribaciones de Sierra Palomera, entre Santa Eulalia del Campo y Villarquemado, “pero fueron obligados a retroceder rápidamente”.
Los ataques a Bueña se recrudecieron entre el 6 y el 15 de septiembre, cuando tropas republicanas procedentes de Aguatón atacan la Sarteneja y el Cabezo, que fue la posición más castigada.
La actividad desarrollada en Bueña fue organizada por el Ayuntamiento de la localidad, la Asociación sociocultural A-bueñíza-te, el Centro de Estudios del Jiloca y el Gobierno de Aragón. El objetivo era dar a conocer la historia más reciente de esta zona del Jiloca así como mostrar las espectaculares vistas que desde el alto se observan de varios pueblos del Jiloca, como Monreal del Campo o Singra.
Entre los asistentes había tanto adultos como niños e incluso un octogenario que contó diversas anécdotas en primera persona sobre los lugares donde se desarrolló el conflicto bélico.