Un centenar de escaladoras se cita en la tercera edición de la quedada Albarragirls
Las participantes abren líneas en los bloques vírgenes entre Rodeno Tierra Media y MeteoritosLa zona de escalada de los Pinares de Rodeno volvió a vestirse de rosa el pasado fin de semana con la celebración de la tercera edición del encuentro de escaladoras Albarragirls. La cita, que empezó después de la pandemia casi por casualidad, se ha convertido en uno de los eventos más destacados del calendario del boulder femenino más apasionado. Tánto, que en esta ocasión se reunió un centenar de deportistas para compartir casi tres jornadas de bloques.
De nuevo, escaladoras de toda España se congregaron en Albarracín, consagrado como una de las mecas de este tipo de escalada a nivel mundial, para compartir 60 horas de risas y compañerismo salpicadas de magnesio y el caucho de los pies de gato.
A pesar de que el índice de repetición es muy elevado, en esta ocasión y debido al aumento exponencial de las participantes, a las más veteranas con tres ediciones a las espaldas se sumaron otras debutantes, bien en el propio encuentro o incluso en la práctica deportiva de la escalada en bloque.
Las primeras participantes en esta quedada llegaron ya el viernes a primera hora de la tarde y pudieron desafiar las leyes de la Física en el Rodeno, aunque el grueso de las inscritas se presentaron el sábado.
“De donde más chicas vinieron fue de Madrid y de Zaragoza”, explicó la organizadora, Jeza Espín. “De Madrid vienen una barbaridad porque han venido todos los sitios. De Madrid viene un equipazo espectacular”, insistió en referencia a la veintena de deportistas llegadas de la comunidad madrileña. También una veintena de escaladoras aportó la provincia de Zaragoza y el resto de procedencias fueron salpicando el listado de inscripciones llegando participantes de lugares lejanos Córdoba o una chica marroquí (afincada en Madrid)âÂÂy una italiana.
Tierra Media
La zona virgen en la que estuvieron escalando las albarragirls se encuentra entre los sectores Tierra Media y Meteoritos. “No vamos a bloques que ya están abiertos porque al ser tántas no queremos masificar el pinar. Queremos estar sin molestar a nadie, sin alterar el equilibrio, porque nos metemos 94, más la gente que viene de fuera”, señaló Espín.
Mientras que Tierra Media y Meteoritos son sectores en los que los escaladores ya han diseñado los recorridos por los bloques de rodeno, les han puesto nombre y reseñado su grado de dificultad, las chicas apostaron por abrir sus propias líneas, adecuando cada trayecto a su grado y a su capacidad. “Este año se abrió algún techo muy bonito”, recordó la organizadora, todavía conmovida por la respuesta de las deportistas. “Los bloques han sido más duros que otros años. Han venido chicas que escalaban más. Este año ha habido más dificultad en los bloques que han abierto”, explicó Espín recordando que había participantes de entre 4 de las niñas más pequeñas y 58 años de la escaladora de más edad.
“Estuvimos limpiando los bloques y escalando. Es muy bonito porque una vez que la gente y los grupitos han limpiado sus bloques, es como al juego de las sillas, y se empiezan a mover. Que si vamos a ver el bloque de Fulanita, que si vamos a ver el otro bloque... y así van probando las líneas de sus compañeras. Es muy bonito lo que se crea, porque comparten mucho”, recordó Jeza Espín.
Reponer fuerzas
Para reponer fuerzas, todo el grupo se reunió el sábado a la mesa para cenar en el restaurante la Zahona, en Albarracín, copando todas las sillas del establecimiento. Incluso, las incorporaciones de última hora tuvieron que sacar sillas de los maleteros de sus furgonetas para poder cenar con sus compañeras.
Durante la cena se sortearon los regalos, que en esta ocasión habían sido cedidos por la marca de material de montaña RAB, entre los que brillaron sobre los demás un saco de alta montaña y una chaqueta de pluma o las multipresas de entrenamiento de GT-Bouldering.
El futuro de esta quedada está asegurado, sobre todo porque las participantes se han convertido en amigas, casi en familia, y antes de terminar la quedada ya se habían intercambiado los números de teléfono para mantener el contacto y seguir escalando juntas por toda la geografía nacional. “Les motiva mucho el conocer a otras chicas para juntarse en otros puntos de España. Pero sobre todo el abrir lineas. Algo que yo considero tan normal, el primer encuentro ya me llamó la atención lo que a ellas les llega a motivar. Dicen: lo quiero limpiar, le voy a poner yo el nombre... se sorprenden de poder ponerle ellas el nombre. Lo viven con una emoción que es súper bonita”, señaló Espín, que no dudó en sentenciar que para este tipo de actividades, “Teruel es el Paraíso”.