Turomas exige la banda ancha para poder trabajar desde Rubielos de Mora

Turomas opera con un centenar de países desde Rubielos de Mora, en cuya planta trabajan 98 personas. Para ellos un acceso rápido a internet es fundamental y el hecho de que la señal que reciben sea lenta y se caiga continuamente provoca graves contratiempos porque muchas de las máquinas requieren conexión. Por eso, el gerente de la empresa, Miguel Tomás, lleva casi dos años solicitando a las instituciones la banda ancha. Ahora ha ido un paso más allá y asegura que no descarta el traslado a México de la planta de fabricación de máquinas de vidrio plano si a lo largo de 2019 no cuenta con banda ancha.

El propietario de una de las empresas más grandes de la Comarca de Gúdar-Javalambre apunta que la inversión necesaria para mejorar la conexión a internet “no es descomunal”, sino “más bien una cuestión de voluntad”. Añade además que se trata de un servicio que no puede contratar por su cuenta y por eso ha mantenido contactos con responsables tanto del Gobierno de Aragón como del Gobierno de España para lograrlo. Señala que también el alcalde de Rubielos de Mora, Ángel Gracia, se ha implicado al máximo, aunque hasta el momento sin resultados.

Miguel Tomás explica que la empresa cuenta con una  conexión normal, de 3 megas, que es la única que le ofrecen las compañías y que sin duda resulta insuficiente para operar con otros países. “A veces conectamos con otros países que se supone que están más atrasados, como Chile, y hacemos la risa”, dice. 

El empresario turolense, que tiene previsto crear a corto plazo entre 45 y 50 empleos más , lanzó la amenaza del traslado a México –donde cuentan con un gran número de clientes– en la gala de entrega de los Premios Empresariales de Gúdar-Javalambre (celebrada el pasado fin de semana): “Llevo 66 años aquí y siempre he estado batallando por mi tierra, pero la banda ancha es una necesidad imperiosa para nosotros y, si necesitas una cosa y no la tienes, o la consigues o te tienes que ir a otro lado”, asegura. 

Tomás no está solo en su reclamación ya que los problemas de comunicaciones vía internet son un lastre también para otras industrias de la zona y afectan de forma especialmente negativa a los establecimientos turísticos.