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Seminario de fotoperiodismo: las fotografías de bodas, cotidianas y de arquitecturas se retratan en Albarracín Seminario de fotoperiodismo: las fotografías de bodas, cotidianas y de arquitecturas se retratan en Albarracín
Julio López Saguar, durante el taller que impartió ayer en Albarracín para un grupo de alumnos. Josep García

Seminario de fotoperiodismo: las fotografías de bodas, cotidianas y de arquitecturas se retratan en Albarracín

Julio López Saguar, Jordi Benardó y Rocío Vega, ponentes de la segunda jornada del curso
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Por Josep García

Las tomas cotidianas de Julio López Saguar poco tienen que ver con las de Jordi Benardó, centradas en narrar las grandes transformaciones del espacio urbano ni con las de Rocío Vega, donde los protagonistas son los novios puesto que está especializada en tomas de bodas. Sin embargo, todas ellas protagonizaron la jornada del domingo en Albarracín, donde se está desarrollando, desde el pasado sábado y hasta mañana martes, el XIX Seminario de Fotografía y Periodismo dirigido por Gervasio Sánchez en colaboración con Sandra Balsells.

La obra de Benardó se caracteriza por la investigación sobre arquitectura y urbanismo,  tratando de poner de manifiesto los nuevos sistemas de habitar el mundo en una sociedad fuertemente globalizada, y utilizando a veces una fina ironía.

Realizaba sus estudios de arquitectura cuando comenzó a interesarse por la fotografía como soporte con el que observar y definir la ciudad desde otra perspectiva: “Llegué aquí de casualidad. Estudié arquitectura y durante los últimos años de la carrera me empecé a interesar por la fotografía como herramienta para ver de otra forma la ciudad, el urbanismo y la propia arquitectura. El primer interés no era tanto la fotografía, sino su uso como estrategia para observar la urbe y pensarla, introduciendo la narrativa, la ficción o la ironía que como arquitecto me resultaban más difíciles de tratar”, explicó durante la ponencia. 

 Si en un primer momento el tratamiento que se le daba  a la fotografía era documental, en las últimas décadas la fotografía del paisaje urbano no se interesa sólo por plasmar la ciudad sino también por analizarla. No se trata de documentar sino de narrar las grandes transformaciones del espacio urbano. Estas se iniciaron en el siglo XX y han sido determinadas, principalmente, por fenómenos de sobrepoblación o abandono de ciertas áreas. Las ciudades están sometidas a un crecimiento caótico debido en parte a la construcción de nuevos barrios y a la reconversión de zonas industriales en comerciales.

Las imágenes que ofrece parecen ciertas y constatables. No obstante, en el momento en que el fotógrafo escoge aquello que quiere retratar y cómo lo quiere captar, la fotografía ya deja de ser una pura representación para convertirse en una transformación o reinvención.

La mayoría de su obra parte de encargos que transcienden hacia propuestas más personales, como le pasó con los encargos del Banco Sabadell, que tuvo como propósito el registro de cada una de las ciudades y pueblos españoles donde esta entidad tenía una oficina y que derivó en los libros Lucky Looks y Welcome to Espaiñ; y el de Rafael Doctor, que daría lugar al libro Europa.

A Julio López Saguar, el fotógrafo de lo cotidiano, le gusta trabajar en formato cuadrado, pero curiosamente no suele disparar en él sino que utiliza un método propio y adapta sus imágenes en la postproducción para obtener una mayor calidad.

Con más de 400 premios a sus espaldas, López Saguar describe su fotografía como documental, eminentemente urbana pero con muchos guiños conceptuales. Es una fotografía sincera, abierta, algo crítica y en ocasiones con un toque irónico e irreverente, tal y como debe de ser la fotografía de la calle. “Mi trabajo fotográfico es un reflejo de lo que vivo. Ante todo me inspira el mundo urbano. Vivo en las afueras de Madrid y atravieso todos los días esta ciudad en transporte público de punta a punta. Siempre estoy pendiente de todo lo que se mueve a mi alrededor, veo, escucho y, a veces, fotografío. Me interesan mucho la ciudad y sus habitantes”, concretó.

Rocío Vega, colombiana de nacimiento pero afincada en Ponferrada (León) lleva más de una década siendo fotógrafa de bodas. Ha capturado más de 400 enlaces en 10 países diferentes y sigue enamorándose cada día de su trabajo.

No contempla su vida sin un objetivo en sus manos y para ella la fotografía de boda lo es todo: “Es una pasión que me permite poder captar todo lo que sucede alrededor de un día tan especial para una pareja, poder capturar esos momentos inolvidables que se guardan en la memoria y permanecen en el tiempo y que la magia de la fotografía los mantiene vivos para siempre”, manifiesta.

Una única oportunidad

Consciente de que realizar un reportaje de la boda de una pareja es una responsabilidad enorme, porque cuenta con solo una oportunidad en la que todo debe salir bien ya que será un recuerdo que quedara inmortalizado durante toda su vida. Por esta razón, dedica al máximo todo su tiempo a conocer a la pareja para realizar el mejor reportaje con las características adecuadas que cada una representa. “Me encantan las bodas, los sentimientos están en el aire… Cuando entran los novios, mi piel se eriza y mi dedo dispara a la caza de esa mirada, capturando los momentos irrepetibles para que jamás pasen al olvido”, relató.

Hizo alusión durante su intervención al cambio tecnológico que ha protagonizado el mundo de la fotografía y recordó como en sus inicios pasaba las mañanas en un laboratorio en blanco y negro “a oscuras, revelando, jugando con la luz. Ahora hago lo mismo, pero sentada en mi ordenador. Es curioso cómo han cambiado las herramientas pero el fin sigue siendo el mismo: jugar con la luz”, agregó.

La jornada finalizó con las proyecciones audiovisuales en la Iglesia-Auditorio de Santa María de los tres ponentes del día, además de las de Andrés Cobacho y Tatjana Schlör. También hubo dos homenajes a  a Joana Biarnés, fallecida el pasado diciembre y a los 30 años de la muerte de Juantxu Rodríguez. Biarnés está considerada la primera mujer fotoperiodista de España y estuvo presente en el seminario en dos ocasiones.  Juantxu Rodríguez, fue un fotoperiodista que murió, con la cámara al cuello, por los disparos de un soldado estadounidense durante la Invasión de Panamá de 1989.