Se hunde un tramo de 15 metros de alero de la iglesia de San Miguel de Cantavieja
No se produjeron daños personales aunque sí materialesUn alero de la iglesia de San Miguel, en Cantavieja, se desplomó el martes sobre cuatro vehículos que estaban estacionados junto a ese paño de pared ocasionando únicamente daños materiales. Se trata de un tramo de más de 15 metros que había sido restaurado hace treinta años. El inmueble es propiedad de la Diócesis y está catalogado con una figura de protección, dentro del Conjunto Histórico Artístico de Cantavieja
A las 13:00 horas del martes se desprendió un tramo de más de 15 metros del alero de la iglesia de San Miguel. El derrumbe provocó daños materiales en cuatro vehículos de trabajadores de la residencia de mayores de Cantavieja. “No hubo que lamentar daños personales”, celebró el alcalde de Cantavieja, Ricardo Altabás, aunque añadió que fue “de casualidad” porque, explicó, apenas un cuarto de hora antes había pasado por ese mismo lugar una visita guiada con cincuenta personas, que visitaba la iglesia de San Miguel, “que es una de los monumentos que se visitan” en estos recorridos.
Tras el suceso, las brigadas del Ayuntamiento acordonaron la zona. Tras dar parte al Obispado, los técnicos y el delegado de obras de la institución acudieron para evaluar el siniestro. Este miércoles, operarios municipales comenzaron la retirada de los cascotes que habían quedado encima de los coches para poder trasladarlos en grúa al taller. “Ahora, se consolidará ese alero y el Ayuntamiento equipará las tejas que puedan causar peligro y se mantendrá acordonado hasta que se tome una decisión sobre su restauración”, explicó Altabás.
En el Consistorio no se tenía constancia de que esa parte del techado estuviera en mal estado. “Estaba en mal estado pero no se había detectado” insistió Altabás. Esa parte del edificio fue objeto de una rehabilitación hace treinta años, cuando ante la imposibilidad de instalar caneleras al final del tejado por tratarse de un monumento de un conjunto histórico, se instaló un desagüe interior en el tramo final del alero. La hipótesis que se maneja es que esta canalización estuviera obstruida tras tres décadas desde su instalación, “y esa acumulación de agua y humedades durante años haya hecho que la madera de los canes del alero se pudriera hasta que ha llegado un momento en el que se ha caído”, señaló Altabás.
Aunque no es el templo principal de la localidad, Altabás destacó su importancia por albergar joyas como el sepulcro de alabastro de Gonzalo de Funes, que se restauró hace tres años junto a la Comarca del Maestrazgo y la Fundación Santa María de Albarracín.