Pilar Sangüesa, propietaria de La Bodega, en Castellote, que ahora cumple 30 años: "Carbonell me animó a hacer presentaciones de libros en La Bodega"
El comercio es un referente cultural en la zona de CastellotePilar Sangüesa es de las Cuevas de Cañart y propietaria de La Bodega, un establecimiento de Castellote que lleva 30 años al margen de los cánones establecidos. Igual vende revistas que cerámica de Teruel y es el lugar idóneo para tomarse una cerveza o un té y escuchar a un autor leer poesía durante la presentación de su libro.
-¿Cómo nace la Bodega?
-Mis padres siempre han tenido tienda en las Cuevas de Cañart y cuando me quedé sin trabajo, tras emplearme en varios sitios, decidimos poner una tienda de vinos y licores en la planta baja de la casa de mis abuelos en Castellote. Pronto vi que aquello no podía ser porque había poca gente para vivir de los vinos y los licores y amplié con papelería y material escolar. También con libros, que eran un producto que antes solo podíamos comprar con el Círculo de Lectores.
-¿En estos 30 años ha ido ampliando?
-Teníamos la bodega de abajo y estaba tal cual, nos daba pena que no se pudiera visitar, así que decidimos arreglar la zona de las cuadras y poder bajar a la bodega. Pusimos una barra pequeña para darle vida y, a raíz de tener más espacio, comencé a vender también productos de la tierra, quesos, embutidos, aceite, alimentos de cercanía y de calidad.
-También vende prensa, ¿no es así?
-En Castellote no había prensa, el cartero del pueblo repartía el Heraldo de Aragón a los suscriptores y se quedaba algún ejemplar más para venderlo en un local en el que arreglaba zapatos. Cuando se jubiló me lo ofreció y empecé a traer al principio solo cuatro periódicos, Heraldo de Aragón, Sport, El Periódico y Diario de Teruel, porque eran los únicos que llegaban todos los días con el reparto del Heraldo. Luego ya amplié con toda la prensa, un sector que ahora ha perdido fuerza, pero antes era muy importante llegar a Castellote y poder comprar un periódico, un servicio que ni siquiera en Cantavieja, que es la capital de la comarca, se ofrece.
-¿Cuál es su clientela?
-Tengo productos que trabajo día a día con la gente del pueblo e intento captar turistas. El tema de la bodega a la gente le gusta mucho, se está muy bien en ella. Me funciona el boca oreja y tengo muchos clientes de los pueblos de alrededor. Estoy contenta, porque aunque en periódicos y revistas han bajado las ventas, se mantienen las de libros y lo que más demanda la gente son los productos alimentarios.
-¿Sus principales clientes son los turistas?
-No, de momento yo de ellos no puedo vivir, mis principales clientes son los que vienen a la zona porque tienen aquí su segunda residencia. Hay muchos turistas que ni siquiera compran, solo entran a ver la bodega. Es verdad que mi horario es de tienda, estoy sola y mis condiciones familiares no me permiten tener un horario más amplio, el turista tiene que encontrarte abierto y eso en un pueblo es difícil.
-¿Cómo surgió hacer presentaciones de libros?
-Fue por Joaquín Carbonell, al que un día le mandé un correo, le expliqué que tenía una tienda en Castellote y que coincidía con él en las críticas de televisión que publicaba en El Periódico de Aragón. Me contestó y me planteó hacer la presentación de su libro aquí, vino y se quedó alucinado con el sitio, le encantó y me animó a invitar a autores. Me calenté porque el tema de los libros me encanta y empecé a invitar a gente de la zona, escritores cercanos, ahora me llama gente para hacer sus presentaciones.
-¿La gente de Castellote valora la labor cultural que realiza?
-Estoy contenta con la gente del pueblo, aunque muchos no vienen nunca a las presentaciones sé que lo valoran porque lo explican a sus familiares y amigos cuando los traen a La Bodega. Yo con las presentaciones lo paso fatal, me pongo nerviosa por si no vienen nadie.
-¿Cree que hay poco interés por la cultura en los pueblos?
-Yo creo que sí, los bares funcionan muy bien, pero el resto cuesta mucho más. Hay un grupo de gente que sí que lo valora. De todas formas yo he llegado a un momento de mi vida que estas cosas no me afectan, no busco que nadie me valore, hace unos años era más insegura. Ahora hago lo que quiero o lo que me parece, no necesito que me digan nada.
-Pero en castellote sí hay un círculo cultural que se mueve bastante
-Sí, tenemos la Casa de Cultura, que está justo enfrente de la tienda, y la bibliotecaria Marisa Tena tira mucho del carro. A veces aprovecho los clubes de lectura para traer escritores.
-¿El turismo ha aumentado en estos años?
-Cuando abrí la tienda acababan de cerrar las minas, en lo que respecta a población yo solo he visto marcharse gente, pero en estos años se ha trabajado mucho a nivel comarcal en materia turística y ha aumentando. Han abierto muchas casas rurales, el hotel, que ya estaba, funciona muy bien. Los turistas están contentos, muy sorprendidos porque no esperan encontrar todo esto. En mi tienda tengo todo tipo de información turística porque en invierno el horario de oficina y del Torreón Templario son más reducidos. A mí me encanta explicar a la gente, me gusta tratar a al gente tan bien como a mí me gustaría que me trataran.