Mora de Rubielos y Valderrobres concentran el 60% del total de los turistas interesados en los castillos
En muchos territorios provinciales la fortaleza actúa como gancho para atraer miles de visitantes cada año
Los castillos de Mora de Rubielos y Valderrobres son los más atractivos de la provincia de Teruel. Así lo atestigua que un 60% de los 120.850 visitantes que tuvieron las fortalezas pasaron por alguno de los dos.
El castillo con mayor afluencia es desde hace algunos años el de Mora, que el pasado 2017, en el que se abrió parte de la planta más alta al público, superó las 41.000 visitas. El alcalde, Arquímedes Ríos, señala que la gente no acude hasta la localidad atraída por el castillo “pero es verdad que, una vez aquí, casi todo el mundo entra y además luego lo recomienda”, dice. Sí es un foco de interés para todo aquel que se desplaza hasta Gúdar-Javalambre con el fin de conocer el patrimonio arquitectónico y, según Ríos, constituye una pieza clave en las visitas que hacen los grupos concertados por las localidades de Mora y Rubielos.
El mes con mayor afluencia de visitantes fue agosto, seguido de abril, en el que además de la Semana Santa, hubo dos puentes, el de San Jorge y el del 1 de mayo. En lo que respecta a la procedencia, la mayor parte acuden desde la Comunidad Valenciana, aunque hay de todas las regiones de España. “El número de extranjeros no es muy significativo, pero llama la atención que hay de casi todas las nacionalidades, siendo los franceses e ingleses los que más nos visitan”, especifica Arquímedes Ríos.
Aumento en temporada baja
La fortaleza de Valderrobres, con sus 32.556 visitas –que suponen un incremento del 11,4% con respecto a 2016– es el segundo más visitado de la provincia y un espolón clave en los numerosos atractivos que tiene la comarca, donde según Antonio Monfort, guía de la Fundación Castillo de Valderrobres, también se ha incrementado la afluencia de turistas. “La gente no viene al Matarraña solo para ver el castillo, la zona ofrece un montón de atractivos y actividades y todo forma parte de un conjunto en el que el castillo es muy relevante”, asegura. Están muy contentos con el incremento, sobre todo porque parte de ese crecimiento se ha producido en temporada baja, aunque Monfort reconoce que en los meses mas fríos, que son enero y febrero, “es difícil vencer la estacionalidad”.
El tercer recinto amurallado más visitado es el castillo de Peracense, que ronda los 22.000 visitantes, una cifra que supone un 13,9% de aumento con respecto a 2016 y que aún está lejos, según comenta el presidente de Arcatur, Rubén Sáez, de tocar techo.
El gran atractivo del Jiloca
La fortaleza, gestionada por la empresa Acrótera, realiza diferentes actividades a lo largo del año y entre ellas en 2017 destacó el 30 aniversario del inicio de su rehabilitación, un acto al que acudieron buena parte de los mineros de Sierra Menera a los que se dio trabajo con las obras de Peracense. Los visitantes que acuden a la fortaleza lo hacen a propósito puesto que es el mayor atractivo de la localidad y uno de los más relevantes del Jiloca. Aún así, llama la atención que uno de cada cuatro visitantes ya lo habían recorrido con anterioridad, según comenta Jesús Franco, arqueólogo de Acrótera.
El Ayuntamiento de Peracense logró el pasado año un hito importante y es la colocación de señales indicativas de la existencia del castillo en la A-23. Una medida similar va a solicitar el Ayuntamiento de Mora para dar mayor visibilidad a su fortaleza.
El castillo de los Calatravos, en Alcañiz, es, con 11.444 visitas el pasado año, uno de los monumentos más visitados del Bajo Aragón. La mayor afluencia fue en el mes de abril, seguido de octubre, junio y agosto.
En lo que respecta a las fortalezas que han registrado en 2017 un descenso, Cristina González, guía en el castillo de Albalate, señala que el monumento está en obras, lo que ha impedido su promoción, de ahí la caída de casi un 27% en las visitas.
Por su parte María José Castillo, que enseña el castillo de Alcalá, recuerda que el camino de acceso al castillo está cada vez peor debido a que es de tierra y piedras, algo que echa para atrás a buena parte de los visitantes, sobre todo a los de mayor edad. Además, Castillo es la única guía de la localidad y debe atender tanto la oficina de turismo como el castillo.
