Montalbán recuerda la riqueza minera de la provincia de Teruel
Charla organizada por el espeleoclub El Farallón en el Edificio ÍtacaEl espeleoclub El Farallón de Montalbán, dentro de la programación de actos que tiene preparados para este 2019, impartió el pasado sábado una charla audiovisual en el Edificio Itaca sobre algunos de los trabajos más curiosos a nivel topográfico, geológico y con un gran interés etnológico y que aún no han sido publicados. Se trata de un impresionante catálogo de los diferentes tipos de minas que se explotaban en la provincia desde tiempos remotos. Bajo el título Minas de Teruel. Vestigios de un pasado, Juan Carlos Gordillo, miembro fundador de El Farallón, fue repasando alguna de estas minas repartidas por toda la geografía turolense.
Así el público asistente conoció la existencia de una gran variedad de minas, las ya conocidas minas de carbón no entraban en este estudio. Destacar como algo negativo de estas explotaciones mineras que ninguna de ellas dejaron valor añadido de su uso en el territorio, ya que todos los minerales extraídos, salvo el carbón que se quemaba en las centrales térmicas, eran llevados a lugares fuera de la provincia para su transformación.
La primera mina que conoció el público fue la mina Trébol en la Zoma que se explotó entre 1952 y 1960 se extrajeron 14 mil toneladas de baritina, y aún quedan en su interior 20 mil sin extraer. Gordillo explicó que una parte importante en estos estudios es el hablar con los “abuelos” del lugar porque ellos son los que mejor recuerdan cómo se trabajaba en esos tiempos. En el caso de la Mina Trébol recuerdan que era muy duro trabajar en esta mina y que los mineros sufrían mucho y que ninguno aguantaba más de dos años por las duras condiciones en las que tenían que trabajar. Con galerías muy estrechas, de apenas metro y medio, y muy altas, en algunos tramos de 50 metros en la entrada, luego los planos se van inclinando hasta alcanzar casi la horizontalidad, siguiendo los estratos.
En Linares de Mora hay muchas minas, anunció Gordillo, ellos eligieron la Mina Resurrección, ubicada cerca del pino del Escobón, muy accesible y visitable. Esta mina era de plomo y zinc, Tiene una boca de entrada muy grande y cuatro galerías de diferentes longitudes.
En Segura de los Baños estaba la mina La Favorita, de manganeso. Una mina excavada en conglomerado, con galerías pequeñas del tamaño de una persona.
Luego expuso el caso curioso de la Mina de Lecinar en Molinos, una mina que desde 2018 ya no existe porque ha vuelto a explotarse y ahora al hacerse a cielo abierto ha terminado con todas sus galerías. De esta mina se extraía el caolín hasta los años 60 o 70. Geológicamente hablando corresponde a las arenas de las facies de Utrillas.
La mina Nueva Virginia de Lanzuela es muy peculiar porque se entraba por un pozo de 30 metros en un plano inclinado y se inunda en varias de sus galerías.
Otro tipo de mina curioso son las que extraen el yeso, los aljeceros, que cocían el yeso extraído para quitarle la humedad y lo hacían en unos hornos especiales. Luego tenían que desmenuzarlo con piedras cónicas para dejarlo preparado para venderlo. En el Aljezar de Escorihuela hay una gran colonia de unos 400 ejemplares de murciélagos.
En Fuentespalda nos encontramos la Mina San Miguel, de la que se extraía bauxita. Es la única mina en la que se han encontrado con algún material empleado en los trabajos, en este caso encontraron una vagoneta. De la bauxita se extrae el aluminio, pero en el caso de la bauxita de Fuentespalda tenía un problema y es que tenía mucho óxido de hierro, algo que pudieron comprobar los asistentes a la charla porque tuvieron en sus manos este curioso mineral. Al tener óxido de hierro lo utilizaron para hacer cemento alumninoso, con alguna ventaja en el fraguado pero con muchos problemas que se han demostrado en la actualidad, señaló Gordillo.
Curiosamente también se llama mina a determinadas conducciones de agua, así tenemos La Mina de Alacón, El Caño de Cuevas de Almudén con 100 metros de recorrido y construido en piedra seca. También está el Caño de Camarillas llamado el Subterráneo la Cava de más de 130 metros construido en el siglo XV con arquetas señaladas por grabados rupestres. En Muniesa está el Caño del Regallo con puerta de entrada y salida y una boca vertical cegada porque la carretera pasa justo por encima.
Estudio aparte merecen las minas de azufre de Libros, señaló Gordillo, con minas de más de 4 kilómetros de topografía, explotadas desde el siglo XVIII. En una de estas galerías el detector de gases que llevan en sus exploraciones les sonó avisando de la presencia de gases y tuvieron que abandonar la zona por ausencia total de oxígeno.
En algunas de estas minas los espeleólogos fueron conscientes de las penosas condiciones en las que tenían que trabajar los mineros, galerías muy pequeñas como en la mina de manganeso de Camañes que costaba hasta entrar. Esta mina tenía numerosos pozos de ventilación, algunos de 60 metros, que fueron tapados por el ayuntamiento hace años para evitar problemas.
Tras este repaso por las minas más destacadas los asistentes pudieron aprender cómo se encendía un carburero, única iluminación existente en las minas, también conocieron la bauxita y la baritina. Una interesante y didáctica charla que dejó a los asistentes con ganas de conocer más.
En el mes de abril tienen preparada otra charla, dentro de los actos que conmemoran la celebración del veinticinco aniversario del Espeleoclub Farallón, bajo el sugerente título Patrimonio y Espeleología, que impartirá José Royo, Director del Prque Cultural del Río Martín y miembro del Espeleo Club.